domingo, 26 de julio de 2015

"Del revés", de Pixar: El valor de las emociones

Tras una serie de películas que se alejaban del nivel al que nos tenían acostumbrado, Del revés (Inside Out) ha vuelto a traspasar las fronteras de la animación conocida y ha devuelto a Pixar al lugar de prestigio que tenía.

Dirigida por Peter Docter (Monstruos S.A., Up), nos cuenta la historia de Riley, una joven de 12 años, a través de las emociones que hay en su cabeza: Alegría, Tristeza, Miedo, Rabia y Asco (cuestionable traducción de Disgust, de la versión original). Riley, junto a sus padres, tienen que mudarse por problemas laborales y eso sirve de detonante/conflicto para que las experiencias nuevas que vaya viviendo pongan a prueba a sus cinco emociones, que son las verdaderas protagonistas. Con una creatividad propia solo de grandes maestros, Del Revés se introduce en la mente de los tres miembros de la familia mostrándonos quiénes son y por qué hace lo que hacen. En este caso, centrada en la mente de una pre-adolescente con sus conflictos, sueños, y recuerdos significativos de su infancia.

¿Hay alguien todavía que al ver una película de animación (con dibujos animados) piense que es sólo para niños y que no puede atrapar también al adulto? Toda buena película de animación, como casi todas las de Pixar, presenta una doble lectura: una primera, más obvia para niños, pero también hay una mirada adulta para todos aquellos que quieran encontrarla…

Quién no se ha divertido con los juguetes más famosos del cine (trilogía de Toy Story), a la vez que reflexionaba sobre la pertenencia, las etapas de la vida y la necesidad de una compañía humana; quién no se ha conmovido durante los primeros minutos de Up, una de las mejores aperturas de la historia del cine; quién no ha recuperado la capacidad de asombrarse y vibrar, al vivir la aventura de Monstruos S.A.; y quién no ha mirado con positividad, creatividad y hermosa curiosidad cualquier circunstancia gracias a Remy y a la maravillosa Ratatouille. Por ejemplo.

Del revés, sigue esta línea de doble lectura, aunque quizás, como le pasaba a Wall-e, sea menos apta para la comprensión de los más pequeños y puedan perderse a ratos en un laberinto bellamente construido. Para poder abordar este proyecto de gran envergadura han tocado y desarrollado temas como: la psicología masculina y femenina, el riesgo que implica vivir de la abstracción que nos lleva a confundir hechos con opiniones, la importancia de la sinceridad a un tú para poder pensar libremente (moral: una relación sincera ante un tú con el que cambio), la necesidad de vínculos para formar nuestra identidad o la dignidad de una cierta tristeza para descubrir nuestra misión y vocación en la vida. Y todo eso con una mirada alegre por la vida, nada psicologicista, que afirma y ensalza la familia como lugar privilegiado para todo. ¿Se puede encontrar todo eso en una película para niños? Sí, todo eso y mucho más.

En definitiva, una película apta para toda la familia que expresa con sabiduría, inteligente sentido del humor y gran originalidad la psique humana, y abre caminos interesantes que indican una nueva saga que dará mucho que hablar. Del revés debería ser una de las películas del año y alcanzar mucho más que el Oscar a la mejor película de animación…

Pixar ha recordado que las películas son experiencias que impulsan el cambio. Y hoy, como otras muchas veces en la historia, estamos hambrientos de una palabra distinta de crisis. Todas estas indignaciones, lamentos y frustraciones, quejas y olvidos, gritos y silencios ahogados, culminan, si somos serios, con una mirada hacia dentro… Pixar nos indica que así no, que mejor… Del revés.

Carlos Aguilera
Pantalla 90

domingo, 19 de julio de 2015

"El Apóstol": un filme valiente sobre la conversión de un musulmán a la Fe católica


(JUAN JESÚS DE CÓZAR).- Esta interesantísima película se estrenará en España el próximo 7 de agosto y corre el peligro de pasar inadvertida. Se trata de una cinta francesa dirigida por Cheyenne Marie Carron, una realizadora de 39 años de origen argelino, cuya historia personal vale la pena conocer para entender mejor “El Apóstol” (L’Apôtre, 2014).

Nací en suelo francés –explicaba Carron en una entrevista‑ y me abandonaron a la edad de tres meses. Crecí en una familia francesa. Fui a la iglesia toda mi infancia y adolescencia, y siempre me sentí amada por Dios. Pero mis padres no tenían el derecho a bautizarme porque no eran mis tutores legales. Yo estaba bajo la tutela del Estado francés”.

A los 20 años decidió iniciar la preparación para bautizarse en la Iglesia Católica, pero “no me sentía capaz de recibir el Bautismo –recordaba‑ y llevar una vida conforme a ese Sacramento. Porque yo, cuando me lanzo a algo, me lanzo a fondo. Y yo tenía miedo de que el Bautismo me apartase de mis objetivos [el cine]. Cuando uno empieza a estudiar los Evangelios, toca con los dedos lo esencial. Y lo esencial no habría podido ser el cine”.

En 2012, después de rodar un largometraje semi-autobiográfico (“La fille publique”), decidió culminar su incorporación a la Iglesia. El padre Faure, su párroco, que la conocía desde pequeña, le ayudó a prepararse para el Bautismo, que tuvo lugar en la Pascua de 2014. A partir de ese momento Cheyenne completó su nombre con el de Marie.

El Apóstol” tuvo su première mundial en el Festival Mirabile Dictu de Roma, donde recibió el premio especial de la Fundación Capax Dei. Unos meses después, el 1 de octubre de 2014, se estrenó en Francia… ¡en una sola sala! “He hecho esta película para todos los que eligen seguir los pasos de Cristo y sufren persecuciones en cualquier lugar del mundo”, manifestaba la directora a Le Figaro. Una declaración que puede ayudar a entender el temor de muchos exhibidores y su negativa a estrenarla. No obstante, la cinta continuó proyectándose con éxito en sucesivas salas. Porque, hay que decirlo ya, el filme es francamente bueno y de una autenticidad apabullante.

El argumento de “El Apóstol” se centra en Akim (Fayçal Safi), un bondadoso joven musulmán que trabaja en una panadería y que se prepara para ser Imán. Vive en el seno de una familia muy unida, junto a sus cariñosos padres, a su hermano Youssef y a su hermana Hafsa. Cierto día, un musulmán estrangula a una vecina, hermana del párroco católico del barrio; Akim presencia la retirada del cadáver y se entera después de que el sacerdote ha tomado la heroica decisión de vivir junto a los padres del asesino, porque con su presencia los ayuda a seguir viviendo. Este suceso –basado en un hecho real que impactó a la directora‑, junto al conocimiento casual de un mecánico católico, tendrá consecuencias muy importantes en la vida de Akim.

El estilo documental que Carron imprime al filme, paseando vigorosamente su cámara por los escenarios, involucrándola en los conflictos, acercándola a los protagonistas…, transmite una plena sensación de veracidad al espectador, que se siente inevitablemente implicado en los dilemas de Akim y de su familia. Los colores apagados y la reiterativa e “incómoda” música de Patrick Martens, contribuyen también a evidenciar la crisis interior de Akim y de su familia; una crisis que Carron resuelve mediante un desenlace modélico.

El Apóstol” es una cinta valiente, sensible y equilibrada, que deberían ver muchos cristianos y muchos musulmanes. Si tuviera que resumirla en dos palabras, ésas serían LIBERTAD y RESPETO; así, con mayúsculas. En la entrevista mencionada más arriba, la directora declaraba lo siguiente: “La vuelta del deseo religioso en muchos jóvenes franceses es algo real y hermoso. Yo formo parte de estos jóvenes. El reparto del filme reunió a actores ateos, musulmanes, católicos, judíos convertidos… Unidos generamos una película que afirma el deseo de creer en Dios y la tolerancia”.

Aquí se puede ver el extenso tráiler en versión original con subtítulos en español:


domingo, 12 de julio de 2015

La fe de Ennio Morricone (Entrevista por sus 50 años de carrera musical)

El compositor Ennio Morricone (400 películas en su haber, 7 discos de platino) explica en Credere.it la intimidad de su fe, desde los rosarios rezados con su madre a la oración diaria: una hora al día entre música e intenciones.

Subiendo por las escaleras de entrada a la casa de Ennio Morricone parece que volvemos a ver un encuadre de gran potencia: la cámara se eleva mientras Noodles (Robert De Niro), desesperado y destrozado por su propia violencia, se aleja hacia el mar donde reverbera el amanecer. El encuadre es de Sergio Leone en la película Érase una vez en América; la música, desgarradora, es del gran compositor que ha aceptado abrirnos su corazón.

-Maestro, siempre he pensado que esta música había sido creada antes del rodaje de la película.

-¡Es verdad! Leone me hacía trabajar antes de empezar a rodar. Los directores que dan más tiempo facilitan el trabajo tanto a ellos mismos como a mí: yo puedo dedicarme a la creación, ellos se acostumbran a la música que les propongo. Llegar al último momento puede comportar una decepción. La mayor parte de las colaboraciones creativas entre los directores y yo ha ido bien, ¡pero no todas!
»La música es un arte que para que se convierta en esposo o hermano de la película necesita el mismo elemento que caracteriza a la película: tiempo. La temporalidad hermana el cine con la música. ¿De dónde procede la música de una película? De un más allá misterioso.

-Menos misteriosa es su fe...

-Provengo de una familia cristiana. Mi fe ha nacido en mi familia. Mis abuelos eran muy religiosos. Mi madre, mis hermanas y yo rezábamos siempre antes de irnos a la cama. Recuerdo el período de la guerra. Durante esos años terribles rezábamos el Rosario. Estábamos todos muy impresionados. Me veo de nuevo, medio dormido, respondiendo a los Ave Maria de mi madre. Siempre hemos sido religiosos. Los domingos íbamos a misa y comulgábamos.

-¿Qué revela de sí un hombre creyente?

-Identifica a una persona honesta, altruista, respetuosa de Dios y del prójimo. Amar a los otros -aunque la palabra amar puede parecer fuerte-, pero es así. Esto es importante. Yo pienso verdaderamente en el bien de los otros, que mi modo de actuar no cause el mal en el prójimo. Es perfectamente normal para mí hacer algo por respeto a la persona con la que me encuentro.

-Valores que ha transmitido también a su familia.

-Sí, y también el del sacrificio. En estos últimos tiempos hay que sacrificarse aún más: yo mismo algunas veces me sacrifico para ayudar a las personas que están en paro, a las muchas preocupaciones que agobian. Con mi esposa, que es una buena persona, escrupulosa, hemos acostumbrados a nuestros hijos a esta generosidad. No está dicho que mis hijos la hayan aceptado completamente, no lo sé, pero sé que son buenísimos hijos, que se parecen al padre y a la madre. Ama a los otros como te amas a ti mismo: éste es, para mí, un modo normal de ser.

-¿Cómo de cerca puede estar la música respecto de Dios?

-La música ciertamente está cerca de Dios. Al mismo tiempo, la música está proyectada en el alma y en el cerebro del hombre. Le permite meditar. El discanto (técnica de polifonía medieval en la que un cantante canta el canto llano mientras otro entona una voz suplementaria) y el fabordón provienen de los primeros tratamientos polifónicos del canto gregoriano; de aquí nace la música occidental.
»La música es el único arte real que se acerca verdaderamente al Padre eterno y a la eternidad. Me digo a mí mismo, y algunas veces a mi mujer, que la música ya existía, ¡toda ella! La música que ha sido escrita y que será escrita. ¡Y el compositor que la ha cogido y la cogerá! Según la propia época, según el momento en el que él escribe y según la civilización y el estado de la investigación musical de su tiempo. La música ya existe, aunque no esté.

-El gran público desconoce en gran parte su extraordinario repertorio de música contemporánea, que usted define absoluta. Estos sonidos tienen a menudo referencias espirituales.

-Luciano Salce, director para el que he compuesto la banda sonora de varias películas, un día me llamó y me dijo: “Tengo que dejarte”. “¿Por qué?”. Éramos amigos y lo seguimos siendo hasta su muerte. “Porque yo hago películas cómica y tu compones música espiritual, sacra. Tengo que dejarte obligatoriamente”. Este episodio me marcó mucho. Gracias a él empecé a reflexionar sobre ello. Probablemente a veces expreso lo sacro también cuando no lo busco o no pienso en ello. Ni tan siquiera hablo de inspiración, que no existe. Hablo de ideas. Tal vez estoy en un camino que lleva a estos resultados.

-De hecho, en su repertorio encontramos también música sacra y hace pocas semanas usted dirigió la Missa Papae Francisci, un homenaje al Papa Francisco de belleza intensa y única.

-Se me pidió Amen como composición para un coro para la iglesia de Santa María de los Ángeles de Roma, con ocasión de un Festival en el que participaban seis coros procedentes de todo el mundo. Decidí componer una obra donde sólo una palabra, «Amen», fuera cantada pero con la idea de implicar a los seis coros. Egisto Macchi me pidió que escribiera un Via Crucis. Le respondí que sí. Recientemente he escrito una música sobre la Creación. El aire, la luz, el agua, el fuego, la tierra, el hombre. Después, la torre de Babel, de la que mana, en hebreo, una multitud de voces en un crescendo cada vez más imponente.

-¿Cuál es el episodio bíblico que más ama y recuerda?

-Sin dudas, las parábolas de Cristo. El relato de las bodas de Caná me emociona mucho. ¿Cómo no recordar la Pasión, momento importantísimo para la vida de Cristo y de todos nosotros?.



-La Misión es, tal vez, la película que le ha permitido narrar mejor el desmoronamiento de la conciencia humana. Mientras se narraba un periodo de sufrimiento buscado por la Iglesia, su música, a medida que se sucedían las piezas, crecía alcanzando niveles altísimos de fuerza espiritual que yo traduciría como una intensa petición de perdón.

-El co-productor de la película, Fernando Ghia, me llevó a Londres a verla. Al ver el final me puse a llorar, esa matanza de indios y de jesuitas a manos de los portugueses y los españoles. Tenía delante de mí al director y a los dos productores y les dije: “No, yo no la hago, es preciosa así”. Creo que estuve llorando media hora. Y ellos insistían. Hasta que cedí: “Haré la música”. No quería componerla porque si me equivocaba podría haber estropeado la película. Trabajando sobre tres elementos distintos que no podía ignorar, el oboe del jesuita padre Gabriel, la música coral y la música étnica de los indios, creo que fue un milagro que consiguiera componer una música en la que tres combinaciones independientes de sonidos funcionaban también contemporáneamente.

-La música puede ser una oración de gran intensidad.

-¡Ciertamente! Pero más allá de la música se necesitan palabras, intenciones, concentración. Yo rezo una hora al día, incluso más. Es lo primero que hago. También durante el día, así, al azar. Por la mañana me pongo delante de ese Cristo (en el gran salón, iluminada por una ventana, hay una magnífica imagen de Jesús). Y también por la noche. Espero que mis oraciones sean escuchadas.

Vito Amodio (Credere.it)

-o-o-o-o-o-

50 años de premios y éxitos

Ennio Morricone nació en Roma el 10 de noviembre de 1928. Se licenció en el Conservatorio en tromba y composición. Saltó a la fama en todo el mundo por las bandas sonoras de las películas del Oeste de Sergio Leone Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965), El bueno, el feo y el malo (1966), Hasta que llegó su hora (1968) y ¡Agáchate, maldito! (1971). Ha compuesto la banda sonora de más de 400 películas, colaborando con directores del calibre de Gillo Pontecorvo, Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci, Giuseppe Tornatore, Brian De Palma, Roman Polanski, Oliver Stone, Pedro Almodovar, Roland Joffé. Ha recibido 27 Discos de oro, 7 Discos de platino, 7 David de Donatello (galardón cinematográfico de la Academia del Cine Italiano), 3 Golden Globe, 1 Grammy Award, además del León de Oro del Festival de Venecia y el Oscar a toda su carrera.