No quería hablar de "El Discípulo" mientras no fuera estrictamente necesario, pues toda mención pública –también las referencias críticas– ayudan indirectamente a la promoción de cualquier filme, y muy especialmente a los de tinte polémico como éste.
Pero ha llegado un punto en que sí es conveniente hablar de esta película. Se ha estrenado, ha levantado polvareda (acrecentada, como siempre, por los medios de comunicación) y ha suscitado denuncias críticas en uno y otro sentido. Y aunque sólo se ha estrenado en 60 salas en toda España (a fecha de hoy debe ser una cifra mucho más reducida), algunos quieren aumentar su recaudación a base de controversias en los medios.
Digámoslo claramente. Esta película, basada en una desconocida novela de Esteban Poullet y alejada por completo de los Evangelios, no quiere contar la vida de Jesús, sino la que su director, Emilio Ruiz Barrachina, y su “asesor científico”, Antonio Piñeiro, han querido relatar. Y la promocionan presentándola como “la historia no revelada” de Jesús. (¡Vaya recurso original! Eso lo he oído decir de todas las cintas que se han inventado la biografía de Jesús). Por si quedara alguna duda, aquí están las palabras de su director: “Mi película es un disparo a la línea de flotación de la religión cristiana. Presento una imagen de Jesús muy similar a la que todos conocemos a nivel iconográfico, pero totalmente distinto como persona. Es la historia de Jesús no revelada”.
Juan Orellana, Director del Departamento de cine de la Conferencia episcopal, señala que “su objetivo es negar la divinidad de Cristo, su concepción virginal, su resurrección, su celibato y su relación personal con Dios”. Así resume el argumento:
“En los títulos de crédito ya se expone visualmente la propuesta del film: se ve un icono de Cristo del que se va borrando progresivamente el halo de santidad que rodea su cabeza. La película desdiviniza a Cristo; es su principal intención. (...) En la película Jesús era hijo de una familia numerosa, su madre María no era virgen, San José murió en un combate a espada contra los romanos, y Jesús era cojo, a consecuencia de una herida de espada. Este Jesús era el discípulo predilecto de Juan el Bautista, un agitador antirromano. Jesús se convierte en el líder de una célula antiimperialista que lo que pretende es dar un golpe de estado en Jerusalén. Judas Iscariote es el encargado de conseguir armas en el mercado negro. María, al ver que su hijo se va a meter en un lío, le pide a la Magdalena, la prostituta del pueblo, que le seduzca para ver si así el díscolo hijo se centra en otras cosas. Y la Magdalena, aprovechando la importante cogorza que Jesús coge en las bodas de Caná, lo consigue. Y así es toda la película hasta llegar a una Pasión de tebeo, que pone el broche de oro a este delirio”.
Como cabía esperar, en la película no hay milagros, ni resurrección ni la más mínima referencia a Dios. Además, este filme pretendidamente “científico” pone en boca de Jesús palabras que nunca dijo. Barrachina insistió en la presentación a los medios que “los diálogos están literalmente sacados del Evangelio, aunque en otros contextos”. Pero, como bien señala Orellana, “jamás se había oído antes decir a Jesús: ‘¿qué puedo hacer para olvidarla (a María Magdalena)?’ o gritarle a María, su madre, ‘¿cómo te has atrevido a vender la espada de mi padre’?”. Para justificar otras ausencias, Barrachina argumenta también que “las Bienaventuranzas o el propio Padrenuestro son oraciones conocidas mil años antes de la vida de Jesús”.
Estas referencias bastarían para desacreditar un filme pretendidamente serio y riguroso, y para tomarlo más como una broma que como una película blasfema. Pero no es así, y por varios motivos. Por una parte, porque resulta molesto saber que algunas instituciones de nuestra querida Andalucía han subvencionado esta película tan ofensiva para la religión cristiana (Y es en nuestra Autonomía donde más intensamente vivimos la pasión de Cristo durante la Semana Santa). Y, por otra, resulta bastante insoportable ver a un Jesús gritón, malhumorado y constantemente airado, que sólo respira odio a los romanos en vez de amor a los hombres, que está en constante pelea con su Madre, y que no es más que un amargado tullido.
¿Dónde está el respeto a las creencias, garantizado por la Constitución? En el artículo 16 se dice que “los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española”. Quizás a la hora de subvencionar filmes debería primar el criterio de que las obras seleccionadas no ofendan al público. Eso, al menos, es lo que espera toda persona sensata.
(Ver aquí la crítica de Juan Orellana)
Pero ha llegado un punto en que sí es conveniente hablar de esta película. Se ha estrenado, ha levantado polvareda (acrecentada, como siempre, por los medios de comunicación) y ha suscitado denuncias críticas en uno y otro sentido. Y aunque sólo se ha estrenado en 60 salas en toda España (a fecha de hoy debe ser una cifra mucho más reducida), algunos quieren aumentar su recaudación a base de controversias en los medios.
Digámoslo claramente. Esta película, basada en una desconocida novela de Esteban Poullet y alejada por completo de los Evangelios, no quiere contar la vida de Jesús, sino la que su director, Emilio Ruiz Barrachina, y su “asesor científico”, Antonio Piñeiro, han querido relatar. Y la promocionan presentándola como “la historia no revelada” de Jesús. (¡Vaya recurso original! Eso lo he oído decir de todas las cintas que se han inventado la biografía de Jesús). Por si quedara alguna duda, aquí están las palabras de su director: “Mi película es un disparo a la línea de flotación de la religión cristiana. Presento una imagen de Jesús muy similar a la que todos conocemos a nivel iconográfico, pero totalmente distinto como persona. Es la historia de Jesús no revelada”.
Juan Orellana, Director del Departamento de cine de la Conferencia episcopal, señala que “su objetivo es negar la divinidad de Cristo, su concepción virginal, su resurrección, su celibato y su relación personal con Dios”. Así resume el argumento:
“En los títulos de crédito ya se expone visualmente la propuesta del film: se ve un icono de Cristo del que se va borrando progresivamente el halo de santidad que rodea su cabeza. La película desdiviniza a Cristo; es su principal intención. (...) En la película Jesús era hijo de una familia numerosa, su madre María no era virgen, San José murió en un combate a espada contra los romanos, y Jesús era cojo, a consecuencia de una herida de espada. Este Jesús era el discípulo predilecto de Juan el Bautista, un agitador antirromano. Jesús se convierte en el líder de una célula antiimperialista que lo que pretende es dar un golpe de estado en Jerusalén. Judas Iscariote es el encargado de conseguir armas en el mercado negro. María, al ver que su hijo se va a meter en un lío, le pide a la Magdalena, la prostituta del pueblo, que le seduzca para ver si así el díscolo hijo se centra en otras cosas. Y la Magdalena, aprovechando la importante cogorza que Jesús coge en las bodas de Caná, lo consigue. Y así es toda la película hasta llegar a una Pasión de tebeo, que pone el broche de oro a este delirio”.
Como cabía esperar, en la película no hay milagros, ni resurrección ni la más mínima referencia a Dios. Además, este filme pretendidamente “científico” pone en boca de Jesús palabras que nunca dijo. Barrachina insistió en la presentación a los medios que “los diálogos están literalmente sacados del Evangelio, aunque en otros contextos”. Pero, como bien señala Orellana, “jamás se había oído antes decir a Jesús: ‘¿qué puedo hacer para olvidarla (a María Magdalena)?’ o gritarle a María, su madre, ‘¿cómo te has atrevido a vender la espada de mi padre’?”. Para justificar otras ausencias, Barrachina argumenta también que “las Bienaventuranzas o el propio Padrenuestro son oraciones conocidas mil años antes de la vida de Jesús”.
Estas referencias bastarían para desacreditar un filme pretendidamente serio y riguroso, y para tomarlo más como una broma que como una película blasfema. Pero no es así, y por varios motivos. Por una parte, porque resulta molesto saber que algunas instituciones de nuestra querida Andalucía han subvencionado esta película tan ofensiva para la religión cristiana (Y es en nuestra Autonomía donde más intensamente vivimos la pasión de Cristo durante la Semana Santa). Y, por otra, resulta bastante insoportable ver a un Jesús gritón, malhumorado y constantemente airado, que sólo respira odio a los romanos en vez de amor a los hombres, que está en constante pelea con su Madre, y que no es más que un amargado tullido.
¿Dónde está el respeto a las creencias, garantizado por la Constitución? En el artículo 16 se dice que “los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española”. Quizás a la hora de subvencionar filmes debería primar el criterio de que las obras seleccionadas no ofendan al público. Eso, al menos, es lo que espera toda persona sensata.
(Ver aquí la crítica de Juan Orellana)
Me produce risa que la película se venda como fruto de una "línea de investigacion cultivada por numerosos estudiosos". Como garantes de la rigurosidad histórica de Jesús en el film aparecen el catedrático de la Universidad complutense Antonio Piñero y la Federación Nacional de libre pensamiento francés.
ResponderEliminarPodeis ver el material en : http://www.ircania.com/es/pelicula
Efectivamente "una línea" es lo que tienen que aportar, y nada más. Que pérdida de tiempo y dinero.
Lo que me ofende es que se haga esta pelicula con el dinero de todos(católicos incluidos) por medio de la Junta de Andalucia. Que lo hace un productor arriesgando su dinero, chapeu para él.
ResponderEliminarOs quiero poner una crítica cinematográfica de este filme de Nacho Gay, crítico de elconfidencial.com que no es nada sospechoso de tirar hacia la Iglesia ¡todo lo contrario! sólo tenemos que ver como pone a la pelicula de Mel Gibson:
"Puede que Mel Gibson convirtiera a su dios en un juguete a expensas del gore. Puede que su reconstrucción cinematográfica de la Pasión fuera tan devota y declaradamente fundamentalista como morbosa y desconcertante.
Puede incluso que su poema descarnado, su oda al sufrimiento, provocara en algunos el efecto contrario del que procuraba. Pero de lo que nadie puede dudar, al margen de debates de una ‘trascendentalidad’ tan impostada como estéril, es que Gibson consiguió elaborar un impresionante retrato hiperrealista, estéticamente sobresaliente, del viacrucis de un hombre cualquiera condenado a la crucifixión.
A pesar de compartir la controvertida visión de un mismo personaje, El discípulo sobrevivirá en el imaginario colectivo, quizá siquiera lo consiga, como la antítesis de La Pasión de Cristo (2004). De la exaltación, a la desmitificación de su protagonista; de la abierta grandilocuencia escénica, al minimalismo; de la ausencia de discurso, al exceso; de la genialidad escenográfica, al despropósito.
Más allá de sus ya impugnadas aportaciones supuestamente científicas sobre la verdadera vida, obra y (no) milagros del icono de la cristiandad, que levantarán sin duda alguna que otra ampolla en beneficio de su implantación comercial, El discípulo es, en el plano estrictamente cinematográfico, una película tremendamente fallida.
Lo que pretende ser un homenaje a Dreyer, quien jamás pudo rodar su atea visión de Cristo, es en realidad un mal favor. Secuencias de una impostura alarmante, entre lo teatral y lo paródico, se suceden en un montaje arbitrario, repleto de fundidos y cortes sin ninguna concepción cinematográfica real, bajo la atenta mirada de una cámara habitualmente inmóvil, mal encuadrada y mal colocada en escenarios de un minimalismo ‘pasoliniano’, que en realidad pretende esconder las carencias de una dirección artística y fotografía amateurs.
Comentario aparte merece el tratamiento del sonido. Inexistente o inservible el grabado en directo, el director ha doblado de una manera atroz toda su película, con una ligereza y un descuido en el detalle, que nos retrotrae a las obras menos logradas de Garci. La mezcla en estudio de la banda sonora es particularmente punible. No ya el atrevimiento insólito –a ratos sugerente- de mezclar el flamenco con piezas de Vivaldi, Bach o Beethoven, sino el absoluto descuido con el que se insertan en la narración estas piezas.
El Discípulo, aunque a veces lo pretenda, ni es ni se parece en nada a El Evangelio según San Mateo (Pier Paolo Pasolini, 1964). Tampoco Emilio Ruiz Barrachina es Buñuel, por mucho que le copie un par de planos. Ni su Cristo, presentado como un guerrillero iracundo y vengador, cojo y pasional, es un profeta al que seguir hacia la desmitificación de su propio icono ni a ninguna otra parte. Más bien todo lo contrario."
En pocas palabras... ¡A lo que hemos llegado en un estado que financia este tipo de films! Seguro que cualquiera de corte católico o simplemente con valores morales acordes con nuestra fe, es menospreciada o saboteada.
ResponderEliminarMe temo que tan respetable puede ser esta versión, con sus falsedades sin duda, como las otras versiones que los católicos defienden y que también están trufadas de falsedades aunque se den como ciertas.
ResponderEliminarSugiero leer en profundidad la historia de los textos que llaman "inspirados" por Dios, y ver sin apasionamiento cómo han sido manipulados hasta la saciedad.
Esta fantasía no es menos válida que la fantasía oficial del catolicismo que durante siglos ha sido inventada, reinventada y justificada sin argumentos o, aún más, con argumentos que se sabían falsos.
¿Pueden quienes aceptan un conjunto de mentiras o invenciones evidente criticar otro montón de mentiras o invenciones de signo contrario? Pueden, pero deberían ser más prudentes y aguantar tanto como han hecho, durante siglos, aguantar a otros.
Los españoles, por una u otra vía, hemos pagado (y aún lo hacemos, que nadie crea que no)muchísimos más gastos de la Iglesia Católica de los que nos puede costar subvencionar esta película.
Respeto profundamente la fe de cada cual y las manifestaciones que haga al respecto pero también respeto que el que no tenga fe se manifieste como quiera.
La catolicidad, hoy, lo permite porque no le queda otro remedio. Hasta hace bien poco fue la primera en no respetar a nadie e incluso en perseguir a los contrarios.
En el fondo esa es la mayor de las diferencias y la que habría que corregir sin duda.
Coincido contigo en que hay que respetar la fe de cada uno. De hecho, conozco a muchos católicos (entre ellos me considero) que alaban películas sobre Jesucristo realizadas con respeto desde una óptica protestante: como “La historia más grande jamás contada”, “Rey de Reyes” o, más recientemente, “La Natividad”; así como algunos filmes que ensalzan la religión judía o la musulmana. El respeto (no decir nada que ofenda al otro) es la base del diálogo.
ResponderEliminarTambién convengo contigo en que los que no tienen fe se pueden expresarse como quieran, incluso creo que debemos reconocer el derecho de un artista a inventar una historia ficticia a partir de personajes históricos, pero con dos salvedades que aseguran ese respeto que propicia el diálogo:
- Que, en el caso de las religiones, se respeten las creencias de los demás: es decir, evitar las caricaturas, las desfiguraciones, etc (Recuérdese el efecto que provocaron las “caricaturas de Mahoma”: creo que la libertad de expresión no debe emplearse para ridiculizar las creencias de nadie).
- Que, en el caso de personajes históricos, se diga claramente que esa historia inventada no es la historia real, sino lo que uno quiere contar.
En el caso del filme del que hablamos, echo en falta estas dos condiciones.
Y a propósito de lo que dices, sobre la manipulación de textos, me gustaría subrayar que la crítica textual ha revelado que los documentos antiguos más fiables (más cercanos y fieles a la redacción original) son precisamente los Evangelios. De las obras de Aristóteles sólo existen 5 copias en pergamino, y la más cercana al original dista de aquella en 1.400 años; de escritores romanos posteriores a Jesús, como Suetonio y Tácito, existen sólo 6 y 20 copias antiguas respectivamente, y todas distan más de 800 años del original; mientras que de los Evangelios existen más de 5.400 copias en pergamino, y la más cercana dista unos 50 años. Si algún texto no ha sido manipulado es el relato conjunto de los Evangelios Sinópticos.
Gracias por esa contestación, Alfonso. La verdad es que temía molestar o enfadar a alguien. No es mi intención. Tus palabras confirman el que piense que se puede hablar, desde la diferencia, con firmeza y al mismo tiempo con respeto. Eso me hace confiar en que la palabra aún puede salvarnos del enloquecido mundo en que vivimos.
ResponderEliminarDe acuerdo con tus criterios de respeto, de no ridiculizar y de dejar bien claro si se pretende hacer ficción, contar historia como verdadera o hacer alguna recreación que admita cierta mezcla.
El cine --y veo que eres un experto-- está lleno de estas cosas. Basta con ver la última versión de Troya para pensar que Homero (o quien quiera que fuese) se disgustaría con los inventos de Hollywood... aunque sus libros también tengan mucho de fantasía.
A lo que íbamos: Estoy un poco menos de acuerdo en lo referente a la manipulación de textos. Sin entrar muy en el fondo de la cuestión, sí tengo alguna constancia de manipulación, añadidos, etc. en lo referente a los Evangelios, incluso se ha confirmado con bastante ecuanimidad en estudios teológicos, lo que, por cierto, no empece para nada la fe o el mensaje que pretenda extraerse.
En todo caso ni Aristóteles ni Suetonio son presentados como palabra revelada u objeto de fe. Ahí radica la mayor diferencia.
Ha sido un placer esta breve charla internáutica. Seguiré frecuentando tu página.
Un saludo
Enrique Gracia Trinidad
La pelicula es exacta y precisa. Jesus no fué el hijo de Dios, eso es ridiculo, un montage de la Iglesia al servicio de los poderosos. Jesus fué un lider politico e ideologico que pensaba que la ruptura de la alianza era la causa de las desgracias de Israel. La Iglesia trastoco su imagen humana, para desvirtuar su autentico mensaje y de paso vivir del cuento aterrorizando, persiguiendo, torturando y asesinando a todos los que no la obeddecian
ResponderEliminarHola, Anónimo:
ResponderEliminarSupongo que, aunque pienses de modo diferente, respetas la opinión contraria. Yo respeto tu opinión, pero los datos de que disponemos avalan la creencia de muchos millones de cristianos y lo escrito por muchos historiadores de la época. Porque la divinidad de Jesús fue proclamada por los cristianos desde el principio: desde que se apareció a los discípulos tras su resurrección, antes de que fuera proclamada por la Iglesia. Incluso los historiadores judíos y romanos del siglo I afirman que los seguidores de Jesús atestiguan haberle visto después de resucitado.
Como ejemplo, esta cita del famoso historiador judío Flavio Josefo, que escribe esto entre los años 70-90, tras entrevistar a muchos que conocieron a Jesús: "Por aquel tiempo existió un hombre sabio, llamado Jesús, si es lícito llamarlo hombre, porque realizó grandes milagros y fue maestro de aquellos hombres que aceptaron escucharle. Atrajo a muchos judíos y muchos gentiles. Era el Cristo. Delatado por los príncipes de entre los nuestros, Pilatos lo condenó a muerte de cruz. Y aquellos que antes lo habían amado no dejaron de hacerlo, porque se les apareció al tercer día de nuevo vivo."
El testimonio flaviano, tal cual lo ha recogido vd, está interpolado por un escriba cristiano...
Eliminar¿La historia no revelada? Yo debo ser muy tonto pero ¿cómo se puede conocer algo que no ha sido revelado?
ResponderEliminarAl final no conseguí ver la película pero por los comentarios de la red no debió ser gran cosa. Una de las razones por las que deseaba verla era por el asesoramiento del Catedrático Antonio Piñero. Este autor en sus obras hace exhaustivos análisis sobre los evangelios y sobre el cristianismo que realmente hacen dudar o reflexionar ciertos aspectos del cristianismo. Hecho todo ello desde el más absoluto rigor científico. Es muy difícil hoy poder dejar pasar ciertos aspectos en los que el jesús de la historia case perectamente con el jesús de la fe, incluso el Papa en su obra Jesús de Nazaret, aborda este tema. Como contrapunto a la tesis de este catedrático , existe otro profesor de la universidad de Navarra del Antiguo Testamento, Francisco Varo, que en su obra Rabí Jesús de Nazaret, aborda la historicidad del Jesús de la Fe.
ResponderEliminarLos temas polémicos sobre Jesús, siempre serán vendibles y económicos. Lo triste es que los cristianos, no defendemos con argumentos sólidos los mismos argumentos con los que atacan esa Fe.De hecho, el profesor Piñero tiene una "contracrítica" a la del Vaticano sobre la película, en la que en ningún momento defiende las chorradas sobre un Jesús pidiendo la espada de San José , ni a María contratando a María Magalena pero si en cierto modo reta a un debate con profesores universitarios a discutir sobre la historicidad de ciertos aspectos y lo triste es que nadie contesta. Ojalá algún valiente con mente abierta aceptara y defendiese con hechos y palabras lo que todas las religiones menos la nuestra hacen, defender su Fe.
Muchísimas gracias Alfonso por el blog porque los comentarios a las películas son estupendas. Un saludo
Sucribo lo que vd dice palabra por palabra
EliminarAun no he visto la pelicula, pero no se deben ofender, nadie nunca saber a ciencia cierta la verdad, por lo tanto, todos son libres de dar su punto de vista, y atraves de la historia verdades que se consideraban irrefutables al final cayeron, ej. como que el sol giraba alrededor del sol, al final esa verdad cayo, eso es solo un ejemplo, y no es que crea la verdad que manifiesta la peli, simplemente para que quede que cada quien tiene su opinion, y tambien es irrefutable que la iglesia catolica a manipulado muchisimas cosas en favor del poder, en fin, la iglesia catolica esta llena de abusos, depravaciones, en fin toda la podredumbre del hombre, el que refute eso mis respectos,
ResponderEliminarHola, Anónimo:
ResponderEliminarSupongo que habrás leído los comentarios anteriores al tuyo. Ahí habrás leído lo que discutimos acerca de opinar libremente sobre las creencias de terceros. En el diálogo quedó zanjado que todos somos libres de hacerlo siempre que se tengan en cuenta dos criterios:
- Respeto, es decir: no ridiculizar ni ofender las creencias de otros
- No engañar al público: si es ficción, dejarlo claro; y no hacerlo pasar como la verdadera historia.
Respecto a los abusos en la Iglesia, me parece que nadie ha creído jamás en ninguna Iglesia (ni en la luterana, ni en la calvinista, ni en ninguna otra) por la virtud de sus ministros. Al menos en la Iglesia Católica creemos por Jesucristo, que quiso fundar Su Iglesia (no la que los hombres se quieran inventar) y puso al frente a Pedro, asegurándole su asistencia. Está claro que los hombres siempre hemos sido pecadores –lo fueron también los Apóstoles, y el Señor les reprendió no pocas veces-, pero está claro también que la gracia existe y obra entre nosotros. Por eso sabemos que Cristo sigue perdonando los pecados y confeccionando la Eucaristía todos los días aun por medio de ministros no siempre dignos (aunque, afortunadamente, la mayoría lo son).
Creer en la Iglesia supone creer en Dios, a pesar de nuestras flaquezas. Eso es la Fe y no otra cosa.
Un cordial saludo.
Respetando a todos los que dicen que la pelicula no es respetuoso o que les ofende... solo hay que decir una cosa: NO LA VEAN. Y si la ven accidentalmente hagan su comentario en contra y en paz. Y a qui paz y dspues gloria.
ResponderEliminarSi la Junta la ha financiado en parte y eso les incomoda habra que recordar que la Junta tambien financia cosas catolicas y yo, como atea,lo respeto.
Ridiculiza? caricaturiza? es una opinion. Ofende? es inevitable.. si uno la quiere ver, claro. Asi pues no la vean. Cualquier otra opcion seria atacar el derecho a opinar del guionista y director,a tener su propio criterio acerac de quien era Jesus y que significo.
A mi me parece risible que muchos creyentes se hayan tomado al pie de la letra los Evangelios en cuanto la historia de Jesus, que considero tergiversada, manipulada y refrita para encajar con una ideologia afin al imperio romano. Es mi opinion. Espero sea respetada igualmente.
Anónima: Discrepo de lo que dices. Ofender sí es evitable. Y evitar la ofensa es el primer requisito para poder dialogar. si no respetas las creencias de otros, no puedes exigir que respeten las tuyas.
ResponderEliminarSe puede hacer una historia diferente a lo que dicen los textos evangélicos (los cuales, por cierto, han recibido la confirmación de la Crítica histórica reciente), pero no se puede hacer pasar por verídica -y menos aún por la verdadera historia de Jesús- lo que no es sino una pura invención.
Y, además de no hacer pasar por historia lo que es ficción, también se le debe pedir respeto a las creencias de los demás: es decir, evitar las caricaturas, las desfiguraciones, etc. Como decía arriba, conviene no olvidar el efecto que provocaron entre los seguidores del Islam las “caricaturas de Mahoma”: creo que la libertad de expresión no debe emplearse para ridiculizar las creencias de nadie.