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domingo, 8 de noviembre de 2015

Los 25 años de "Despertares"

(JUAN JESÚS DE CÓZAR) El final de la década de 1980 estuvo marcado por varias tendencias cinematográficas. Una de ellas fue la irrupción de una serie de películas cuyos protagonistas resultaban ser personas disminuidas física o psíquicamente. Recuérdese, por ejemplo, Hijos de un dios menor (1986), protagonizada por una sordomuda; Rain man (1988), en la que Dustin Hoffman encarna el papel de un autista; o Mi pie izquierdo (1989), con Daniel Day Lewis interpretando a un paralítico cerebral.

Durante los años 90 se siguió cultivando un género que conectaba bien con el público, sensible a la atención de las personas con discapacidad. Una de las primeras muestras fue Despertares (1990), que llegó a ser candidata al Oscar a la mejor película.

Han pasado 25 años desde su estreno y Despertares sigue conservando la capacidad de emocionar al espectador como lo hizo en 1990. Como es frecuente en este tipo de filmes, su argumento está basado en hechos reales que el neurólogo norteamericano Oliver Sacks recogió en un relato autobiográfico del mismo título. Por delicadeza, los nombres de las personas en la vida real se sustituyeron por otros de ficción. El encargado de realizar la adaptación cinematográfica fue el entonces poco conocido Steven Zaillian, que logró su nominación al Oscar por este guión y que lo conseguiría más tarde con el que escribió para La lista de Schindler. Por su parte, Penny Marshall asumió la dirección.

Verano de 1969. Malcolm Sayer (Robin Williams), un médico tímido y poco sociable, es contratado por un hospital de Nueva York para cubrir una vacante. A pesar de su falta de experiencia clínica ‑es un investigador nato‑ no le falta sensibilidad y humanidad en el trato con los enfermos. Con gran empeño y con la ayuda de Eleanor (Julle Kavner), una inteligente y responsable enfermera, consigue “despertar” a una serie de pacientes del hospital, que sufrieron en los años 20 una encefalitis letárgica y que desde entonces se encontraban como ausentes: son niños que se quedaron dormidos, afirmará un veterano médico que conoció muchos casos. La administración a estas personas de la L-Dopa, una droga empleada contra el Parkinson, fue la clave para este regreso a la vida.

A partir de aquí el film se centra en Leonard Lowe (Robert de Niro), enfermo desde los 11 años, y en sus relaciones con el doctor Sayer. Los diálogos entre ellos están llenos de emoción y sinceridad. Sayer encuentra en el discapacitado Leonard un amigo a quien confiarse y una ayuda para resolver su problema de incomunicación. Especialmente sugerente resulta la escena en la que Leonard despierta de madrugada al doctor Sayer para transmitirle su entusiasmo: “La gente se ha olvidado de lo que es la vida ‑le dice Leonard‑; han olvidado el milagro de estar vivo. Necesitan que se lo digan. Necesitan que alguien les recuerde lo que tienen y lo que pueden perder. Necesitan que les hablen de la alegría de vivir, del don de la vida, de la libertad de vivir, de la maravilla de la vida”.

Robert de Niro borda su papel, que también mereció su nominación al Oscar. Robin Williams no le va a la zaga y el duelo interpretativo entre ambos es magnífico. A esto se añade una bella fotografía de Miroslav Ondricek y una preciosa banda sonora de Randy Newman, salpicada de temas de diversas épocas. La realización de Penny Marshall es algo efectista, pero eficaz, sabiendo no alargar los momentos de ternura y manteniendo una gran fluidez narrativa.

Película simpática y positiva, que transmite el optimismo del que ha aprendido ‑como acaba diciendo el doctor Sayer‑ “que el espíritu humano es más poderoso que cualquier droga y que eso es lo que debemos alimentar, con trabajo, ocio, amistad y familia, que son las cosas importantes, las que teníamos olvidadas, las más sencillas”.

domingo, 23 de noviembre de 2014

La conversión de Gary Cooper: el valor de un amigo

En la historia de cada conversión, junto a la insondable intervención divina, se da también la mediación humana: un amigo, un familiar, un compañero de fatigas... que sabe orientar, sin violencia, en el momento oportuno…

Frank James Cooper nació en Montana (Estados Unidos) el 7 de mayo de 1901. Era hijo de unos inmigrantes ingleses, que poseían de un inmenso rancho. El futuro actor aprendió allí a montar a caballo, habilidad que demostraría después en numerosos westerns.

Tras cursar estudios primarios en Inglaterra, regresó a Montana y trabajó como dibujante de tiras cómicas en diversas publicaciones. Después decidió probar fortuna en el cine, y en los años veinte logró pequeños papeles en películas del Oeste, en las que ya se acreditaba como Gary Cooper. A mitad de los treinta es una de las máximas estrellas de Hollywood: rueda grandes filmes como “Adios a las armas” (1932), “Tres lanceros bengalíes” (1935) o “Beau Geste” (1939). En 1941 logra su primer Óscar por “El sargento York”, y en 1952, el segundo por “Sólo ante el peligro”.

Precisamente en esos años es cuando tiene lugar su encuentro con el Papa Pío XII. Su esposa y su hija eran católicas, y él accedió a acompañarlas cuando consiguieron ser recibidas por el Santo Padre. En el libro que escribió sobre su padre, su hija Mary recordaba aquel momento: “El entusiasmo nos embargó a todos a medida que se aproximaba la audiencia con el Papa. (…) Estábamos todos en una sala dorada del Vaticano con una veintena de invitados más. Habíamos comprado rosarios, anillos y medallas para que los bendijera Su Santidad, y papá tenía un buen puñado de esos objetos en sus manos. Cuando el Papa llegó a su lado, quiso arrodillarse para besarle la mano, y perdió un poco el equilibrio. Se le cayeron entonces todas las medallas, perlas y rosarios, que rodaron con estrépito por toda la habitación. Algunas quedaron bajo el manto del Pontífice, que supo sacar a mi padre de su monumental vergüenza con una sonrisa y un gesto de comprensión”.

A mitad de los cincuenta –sigue recordado su hija- “comenzó a pensar en su posible conversión. No hablaba mucho de ello, simplemente nos acompañaba a Misa casi todos los domingos. La excusa que daba era que deseaba oír los fantásticos sermones del padre Harold Ford”.

Este joven y celoso sacerdote correspondió al interés de Gary Cooper con una dedicación entusiasta: “No le sermoneó con el azufre y el fuego del infierno –escribe Mary en su libro- sino que supo hacerse amigo suyo. (…). Mi madre le invitó un día a merendar para que pudiera charlar con mi padre. Y, nada más entrar en la sala de armas, se ganó a mi padre manifestando un gran deseo de practicar la caza y la pesca. En los meses siguientes fue su compañero inseparable en el buceo, la caza y todo tipo de excursiones”.

Durante aquellas salidas, el padre Ford fue explicando a Gary Cooper la riqueza insondable de la Fe católica. Y, cuando ya casi estaba decidido, le dio a leer “La montaña de los siete círculos”, una autobiografía del monje Thomas Merton en el que narra su conversión. Aquello fue el empujón definitivo. El ya veterano actor se bautizó en la Iglesia católica en mayo de 1959, apadrinado por su amigo Shirley Burden, que era también converso.

A las pocas semanas de su conversión, empezaron a manifestarse los primeros síntomas del cáncer que le llevaría a la tumba. Luchó en silencio con su enfermedad, mientras rodaba sus últimas películas: “El árbol del ahorcado” (1959), “Misterio en el barco perdido” (1960) y “Sombras de sospecha” (1961). Con la salud ya deteriorada, en 1960 recibió un Óscar especial de la Academia “por su larga y extraordinaria carrera”. Durante 35 años, había intervenido en más de cien películas, la mayoría como protagonista. Murió el 13 de mayo de 1961 y fue enterrado en el cementerio católico de Santa Mónica.

En octubre de ese año, Thomas Merton escribió una carta a su hija Mary en la que le decía: “Como todo el mundo, yo también adoro las películas de Gary Cooper. Aunque sea monje, me encanta verlas. Incluso tuve la secreta esperanza de que, si algún día ‘La montaña de los siete círculos’ se llevaba a la pantalla, tu padre sería el protagonista del filme. Por muchos motivos, me hubiera gustado mucho que hiciera ese papel”.

La influencia de su conversión fue enorme en el mundo de los artistas. Ernest Hemingway, que fue un gran amigo suyo, recuerda que pocas semanas antes de la muerte del actor hablaron largo y tendido sobre el catolicismo. Al final, con la voz muy seria, Gary Cooper le dijo: “Tú sabes que tomé la decisión correcta”. Según reconoció después, Hemingway no olvidaría nunca aquella conversación. Aquel moribundo tumbado en la cama le había parecido la persona más feliz de la tierra.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Vuelve el Caviezel del cine con valores: "When the Game Stands Tall"

(JUAN JESÚS DE CÓZAR).- Jim Caviezel es, sin duda, uno de los actores más honestos de Hollywood. Sin embargo, algunos pensábamos que su carrera quedaría truncada después de su comprometida –y extraordinaria– actuación en La Pasión de Cristo (Mel Gibson, 2004).

Como es sabido, la película irritó a determinados sectores, que levantaron una polvareda en la que también se vio envuelto el actor debido a sus sinceras declaraciones de apoyo al filme. La polémica favoreció la taquilla, que alcanzó una espectacular recaudación mundial: más de 600 millones de dólares, para una película que había costado 25. Pero muchos presagiaron el fin de la carrera de Caviezel.

Han transcurrido 10 años y la realidad ha desmentido esas negativas previsiones, porque desde entonces el actor ha intervenido en 11 largometrajes y en dos series de televisión: The Prisoner y la exitosa Person of Interest, estrenada en España con el título Vigilados. Se entiende que, una vez asentado el polvo, se fueron disipando los perjuicios y no le han faltado ofertas de trabajo, quizá precisamente por su personalidad ajena a excentricidades: por su normalidad, en una palabra.

James Patrick Caviezel nació el 26 de septiembre de 1968 en Mount Vernon, Washington, en el seno de una familia católica muy unida. Bien dotado para el baloncesto, soñaba con jugar algún día en la NBA, pero una lesión en el pie acabó con ese sueño. Esto motivó un cambio en su orientación profesional y optó por dedicarse a la interpretación. Después de realizar pequeños papeles, le llegó su gran oportunidad con el idealista soldado Witt en La delgada línea roja (Terrence Malick, 1998). Su actuación le valió el reconocimiento de la crítica y le aseguró la llegada de contratos para nuevas películas.

El año 2002 tomó una decisión que sorprendió al mundillo cinematográfico: por coherencia con sus convicciones religiosas –así lo declaró–, dejaría de aceptar papeles que le exigieran realizar alguna escena “de cama”. Una resolución que con seguridad alegró a su mujer Kerri, con la que se casó en 1997, y que ha mantenido con firmeza.

Viene todo esto a cuento del estreno en USA hace dos semanas de When the Game Stands Tall, una película en la que Caviezel es protagonista absoluto. La cinta, dirigida por Thomas Carter, cuenta la historia real de Bob Ladouceur, leyenda viva (tiene 59 años) del fútbol americano en los Estados Unidos.

Ladouceur, católico de nacimiento y profesor en el instituto católico De la Salle High School de Concord (California), alcanzó un sorprendente récord como entrenador de fútbol americano: acogió a un equipo que no había ganado nada desde su fundación en 1965, y con él cosechó 151 victorias seguidas entre 1992 y 2004. En total ganó 69 títulos en 12 años. Un éxito aún más insólito si se tiene en cuenta que lo esencial de su técnica fue la motivación y la integridad de sus jugadores: se pasó 13 años infundiendo en ellos una mentalidad de lucha, esfuerzo, ilusión y honestidad que generó esa racha de triunfos sin precedentes.

Ladouceur no les pedía a sus jugadores que fuesen perfectos –explicó Caviezel– pero sí les desafiaba a entregarse con un esfuerzo perfecto”. Fiel a esta filosofía, el objetivo de la película no es reflejar cómo los protagonistas consiguieron tantos éxitos, sino mostrar cómo lograron ser mejores personas gracias al trabajo de Ladouceur.

When the Game Stands Tall lleva recaudados 20 millones de dólares en USA y otros 15 fuera de ese país. Su estreno en España está previsto para el próximo 19 de septiembre y confiamos en poder publicar en su momento la oportuna reseña. Por ahora os dejamos con su poderoso y sugestivo tráiler.

domingo, 11 de mayo de 2014

“El viento se levanta”: Despedida amorosa de un maestro

(JUAN JESÚS DE CÓZAR).- Decía la escritora Flannery O’Connor (1925-64) que nuestra época se caracteriza por un aumento de la sensibilidad y una pérdida de la visión. Esta afirmación, cada vez más evidente en buena parte del cine actual, no puede aplicarse a Hayao Miyazaki (Tokio, 1941), un genio de la animación cuya visión ha ido creciendo con el tiempo.

Su última película –multipremiada y nominada al Oscar– es una maravilla de amor y de ensueño. Se estrenó en España hace dos semanas. El título elegido, El viento se levanta, hace alusión a unos versos de Paul Valéry: “Le vent se lève!... Il faut tenter de vivre!” (¡El viento se levanta!... ¡Es necesario intentar vivir!). Pero, sobre todo, responde a la pasión de Miyazaki por volar, por los aviones y por todo lo que mece el viento; algo comprensible siendo hijo de un fabricante de timones de cola para aviones de guerra.

En esta ocasión, Miyazaki se ha alejado de su deslumbrante cine de fantasía, lleno de simbolismos y originales logros visuales (basta recordar El viaje de Chihiro, que obtuvo el Oscar en 2002), para contarnos una historia realista dirigida a jóvenes y a adultos. Con un intencionado clasicismo, Miyazaki adapta libremente una novela corta de Tatsuo Hori en torno a la figura de Jirô Horikoshi (1903-1982), ingeniero aeronáutico nipón que diseñó el tristemente célebre avión de combate Mitsubishi A6M Zero, que fue usado en el bombardeo de Pearl Harbor.

Jirô es un joven apasionado por la aviación, ferviente admirador del ingeniero aeronáutico italiano Gianni Caproni (1886-1957), y cuyo sueño –a pesar de su miopía– es fabricar aviones hermosos que rasguen el cielo. A partir de aquí, Miyazaki hace su propia lectura de la historia de Japón, desde los primeros años de la década de 1920 hasta los inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, siempre desde la perspectiva de Jirô. Ciertamente, pasa de puntillas por el conflicto bélico –algo que no ha sentado bien en Japón– y centra el relato en dos aspectos concretos: la excelencia de la labor profesional de Horikoshi y la bellísima historia de amor que vive con Nahoko.

Técnicamente, el film es impresionante. Los colores, los fondos, los paisajes, los movimientos, la ambientación… Las imágenes tienen tal riqueza que al espectador le resulta imposible abarcar tanto con la mirada. Desde luego, ayuda mucho –como en sus anteriores filmes– la preciosa banda sonora de Joe Hisaishi: otro genio. Los personajes de Jirô y Nahoko están diseñados con una ternura exquisita, y su desbordante romanticismo remite a directores como Sirk, Borzage o Lean. Sus relaciones durante el noviazgo y en el matrimonio son de lo mejor que he visto en el cine en los últimos años, junto con las de “Up” (2009). La sutileza de la escena de la noche de bodas es antológica.

Algunos críticos han calificado esta película de “obra inferior”, opinión que no comparto en absoluto. Personalmente, pienso que Miyazaki se ha convertido en un sabio y El viento se levanta lo confirma. No con esa sabiduría del que acumula sólo conocimientos –“primero es la inspiración; la técnica viene después”, le dice Caproni a Jirô en una escena del film–, sino con esa sabiduría profunda capaz de ver dentro de la persona: sus ilusiones, sus sueños, su fragilidad y su grandeza. Miyazaki ha cultivado una mirada libre de obsesiones y prejuicios, que le permite proponernos la construcción de un mundo pacífico y lleno de belleza; y una visión positiva de la realidad, sin renunciar a un noble idealismo.

La película incluye muchos temas llenos de interés, que desbordan esta breve reseña: las relaciones familiares, la amistad, la generosidad... La última escena de la película me produjo un nudo en la garganta y unas cuantas lágrimas. Gracias a Dios, la sala se mantenía a oscuras y pude sorberlas mientras aparecían los títulos de crédito, a la vez que sonaba una hermosa canción japonesa subtitulada en castellano, que hablaba… ¿De qué iba a hablar? Del cielo, naturalmente.

domingo, 23 de febrero de 2014

“Cuerdas”, Goya 2014 al mejor corto de animación, conmociona Internet

(Juan Jesús de Cózar).- María es una alegre e imaginativa niña de unos 9 años, alumna de una escuela-orfanato. Un día se incorpora a su clase un niño muy especial. Sabemos que se llama Nicolás porque, mediante un brevísimo plano detalle, vemos la portada de su expediente: “Nicolás Solís. Expte 1106”.

También sabemos que no puede hablar, ni moverse: es tetrapléjico y vive anclado a una silla de ruedas. María no tardará en convertirse en su mejor amiga, e incluso en su “entrenadora” para que mejore su movilidad. Pero María es también una princesa; y Nicolás, su peculiar príncipe azul… Esta podría ser la breve sinopsis de “Cuerdas”, porque no conviene contar más.

Nicolás se llama también uno de los hijos de Pedro Solís, director y guionista de “Cuerdas”, el cortometraje de animación que fue galardonado con el Goya en la reciente edición de esos premios. Su discurso al recoger esta segunda estatuilla (logró la primera en 2011 con “La bruxa”) se convirtió en uno de los momentos más emotivos de la Gala: “Dedico este Goya a tres personas muy especiales: a mi hija Alejandra, ¡gracias, hija, por inspirarme esta historia; a mi hijo Nicolás, porque ojalá nunca me hubieras inspirado esta historia; y te lo dedico a ti, Lola, por todo lo que no has llorado delante de mí”.

Para que lector pueda seguir atando cabos, conviene aclarar que Nicolás, el hijo de Pedro padece, desde su nacimiento en 2004,  una enfermedad llamada leucomalacia bilateral. Como consecuencia, no habla ni puede sostenerse en pie sin ayuda. “Su cabeza –explica su padre– es una máquina de escribir en la que, si tocas una tecla, tocas todas a la vez. Su cerebro pone a la vez en marcha el bíceps y el tríceps, que son músculos antagónicos. Por eso está en tensión”.

Alejandra es la hija mayor de Pedro y Lola. Como ha recordado su padre: “Alejandra me inspiró este relato, porque en 2004 ella tenía seis añitos y era hija única; y nació Nicolás, que necesitaba todos los cuidados del mundo (…). Ella le pintaba, le ponía rulos y jugaba a su manera con él. Un día iba por Guadalajara y mientras escuchaba una canción de Bunbury, vi toda la historia delante de mí y sólo tuve que dibujarla”.

Cuerdas” no es sólo un extraordinario cortometraje de animación, realizado por un competente equipo que incluye a profesionales como Enrique Gato (director de “Las aventuras de Tadeo Jones”) o Belén Rueda… Es, además de todo eso, el resultado de la experiencia personal acumulada durante años por Lola y Pedro en su propio hogar: Si los besos curaran, Nicolás sería el niño más sano del mundo, le gusta repetir al director.

Quizás por ese trasfondo, y por esa bella historia –tierna, divertida y dolorosa a la vez–, se ha convertido en un auténtico fenómeno en Internet. Espontáneamente, muchos fans del corto lo colgaron en la Red, y allí recibió miles y miles de visitas en apenas tres días. Mientras la productora pedía su inmediata retirada (porque hacerlo público anulaba su presencia en futuros festivales), los internautas lo aplaudían y compartían con entusiasmo: esa fue la "doble cara" de un éxito viral inesperado.

Al fin se retiró. Pero la productora, La Fiesta PC, ha empezado ya a trabajar para que “el cortometraje llegue a todo el planeta, a cada rincón: colegios, muestras de cortos, centros culturales, etc.”. Así lo explican en la web que han creado (http://cuerdasshort.com/). Desde luego, el cortometraje merece ser visto por todo el mundo: por su calidad y por su carga de humanidad. ¡Larga vida a “Cuerdas”!

He aquí el tráiler:

domingo, 2 de febrero de 2014

"El festín de Babette", un exquisito manjar para el gusto... y para el alma

Sin duda, es una obra de arte, y una de las mejores películas de temática religiosa. Largamente galardonada (8 nominaciones y 11 premios, incluyendo el Oscar, el BAFTA y el London Critics Award), la cinta El festín de Babette ha vuelto a ser noticia porque el Papa Bergoglio -lo publicamos en este blog- la ha calificado como su película preferida. En 2012 se cumplieron 25 años de su estreno, y con ese motivo volvió de nuevo a los cines y se editó una nueva versión remasterizada. Hoy ofrezco esta reseña de nuestro redactor jefe, que me parece sencillamente deliciosa.

(Juan Jesús de Cozar).- Gabriel Axel, autor también del guión adaptado, toma como base el relato homónimo de Isak Dinesen (Karen Von Blixen, más conocida por su novela Memorias de África), para ofrecernos una película sabia y medida, desamueblada de artificio. Deudora de Dreyer y de los grandes cineastas nórdicos, fue premiada en Cannes y ganó el Oscar en 1988 al mejor film en lengua no inglesa.

Si Dinesen afiló su pluma para contarnos de forma aparentemente suave una historia de gran calado, no lo hizo menos el director danés con su cámara como si de un pequeño bisturí se tratara. En la mejor tradición del cine nórdico, con una puesta en escena llena de naturalidad, sin alardes ni encuadres que distraigan, Axel escudriña con su objetivo las almas de los protagonistas.

La acción se sitúa hacia 1885 en Berlevaag, una remota aldea de Noruega, donde todo parece de color gris. Allí viven dos hermanas –Filippa y Martine‑ hijas de un pastor luterano y “lejos ya de la primera juventud”. Desde el fallecimiento de su padre se dedican a perpetuar el mensaje de éste y a ayudar a los demás habitantes de Berlevag, pero su rígida educación puritana les hace vivir a la defensiva, procurando no contaminarse de un mundo hostil que las puede separar de Dios. Catorce años antes acogieron en su casa a Babette, una cocinera francesa huída de un París convulso. Con ayuda de la voz en off y de unos sobrios y eficaces flash backs, conoceremos las historias de estas tres mujeres.

El clímax de la película lo constituye la suculenta cena que prepara Babette, y que ella misma insiste en costear, para celebrar el centenario del pastor. A la reunión acudirán los lugareños –cuyas relaciones se han agriado con el paso de los años‑ y un maduro general al que acompaña su anciana tía. Fieles a su creencia, los primeros han prometido blindar su paladar para no disfrutar del lujo de unos manjares que se les antojan pecaminosos. Pero Babette, que es católica, no sólo ha puesto en la cena su inmenso talento, sino que ha regado todos los ingredientes con el maravilloso vino del amor. Y entonces los colores resucitan, y se produce el milagro de la liberación de sus almas y de sus cuerpos, incapaces de comprender hasta entonces que ni la belleza ni el gozo de las cosas buenas son obstáculos para llegar a Dios y darse a los demás.

Ni en el texto original de Dinesen (se puede encontrar en su obra Anécdotas del destino, de Alfaguara) ni en la película hay sensiblería, aunque sí emoción contenida. Axel lo consigue en buena parte con la austera interpretación de Stephane Audran, que dota a Babette ‑alma de artista‑ de un protagonismo que va más allá de la mera presencia física.

Película reposada, sencilla y profunda a la vez, homenaje espléndido a la belleza, a la creación artística y a la genuina espiritualidad.

lunes, 4 de febrero de 2013

MGM proyecta un nuevo "Ben Hur", más fiel a la novela

Hace un mes, MGM estaba a punto de declararse en bancarrota. Pero la sorprendente taquilla de Skyfall (ha recaudado más de 1.000 millones de dólares en todo el mundo) y de El Hobbit (más de 900 millones de dólares), les ha hecho renacer de sus cenizas y ponerse a buscar nuevos proyectos. Lo primero que han anunciado es una nueva versión de Ben-Hur basada en la novela de Lew Wallace publicada en 1880: ”Ben-Hur: A tale of the Christ”, que en su momento superó en ventas a cualquier otro libro conocido con excepción de “La Biblia”.

El proyecto fue planteado a la MGM por Keith Clarke (guionista de Camino a la libertad, del director Peter Weir), y a él están vinculados Sean Daniel y Joni Levin como productores, y el propio Clarke y Jason Brown como productores ejecutivos.

MGM es la productora que en 1959 realizó la versión más famosa de esta historia, el Ben-Hur que inmortalizó Charlton Heston y que es recordado por ser el primer filme en recibir 11 Oscar de la Academia. Previamente, MGM había realizado la versión muda de Ben-Hur en 1925, dirigida por Fred Niblo e interpretada por Ramón Novarro. También hay otra versión más reciente (2010) para televisión, que incluso tiene participación española: el actor Miguel Ángel Silvestre y la actriz Lucía Jiménez.

En la década de los 80, MGM vendió los derechos de la película a Ted Turner, pero los de la novela continúan siendo de dominio público. Por eso el estudio se animó a plantear un nuevo Ben-Hur, fiel a la novela y distinto a su célebre versión cinematográfica. El nuevo proyecto estará más centrado en el conflicto adulto entre el príncipe judío Judah Ben-Hur (el personaje que encarnó Heston) y Messala (Stephen Boyd), el hijo de un recaudador de impuestos romano.

La cinta contará la historia de los años de formación de ambos personajes, cuando eran grandes amigos en la época en la que el imperio romano se hacía con el control de Jerusalén. El punto de inflexión será el cambio en su relación amistosa, debido en parte a las creencias religiosas (Ben Hur es judío creyente, y Messala, un agnóstico polieteísta) junto a un terrible suceso por el que Judah es vendido como esclavo.

En el nuevo proyecto se relatará también la historia paralela de Jesucristo, con quien Ben-Hur mantiene una serie de encuentros que le llevan a profesar su fe en el Mesías. La aparición de Jesucristo como personaje importante en el guión sitúa a esta cinta entre otros proyectos de Hollywood de contenido bíblico, de los que hemos hablado recientemente en este blog.

lunes, 26 de marzo de 2012

Estreno de "Prefiero el Paraíso", basada en la vida de San Felipe Neri

El próximo 30 de marzo se estrena en España "Prefiero el Paraíso", una película de LUX VIDE que trata sobre la vida de San Felipe Neri. Simpática y conmovedora, gustará sin duda a niños y a adultos. Se proyecta, además, durante la Semana Santa, una época ideal para ver con los hijos películas familiares. Por su interés, reproduzco la crítica que ha publicado Decine21.

Hagiografía de san Felipe Neri, fundador de la Congregación del Oratorio, que vivió en Italia en el siglo XVI. Inicialmente concebida como serie, esta producción de la Radiotelevisión Italiana (RAI), fue seguida en su estreno por más de 6 millones de espectadores. El director, Giacomo Campiotti, ha supervisado una versión reducida para salas de cine.

Reconstruye la vida del santo desde que abandona Monte Cassino para irse a Roma, donde espera ser enviado como misionero a las Indias con los jesuitas. Como no es posible que viaje inmediatamente, se hospeda en casa de un matrimonio amigo que le pide que eduque a su hijo. Acaba dándole clases al chico, a su hermana, y a un grupo de ladronzuelos callejeros, con ayuda de su confesor, Persiano Rosa. Mientras aumenta progresivamente el número de fieles que se acerca a él, Neri preparará a sus indisciplinados alumnos para formar un coro que cante ante el Papa, que le ha prometido que tras conocerles se pensará si le permite fundar una congregación.

Describe la etapa de los Médici, convulsa en la historia de la Iglesia, donde Neri tuvo una gran importancia a la hora de reevangelizar Roma. El guión capta bien la esencia del protagonista, un hombre optimista, que insistía en que se sirviera a Dios con alegría, y también ingenioso, capaz de hilvanar respuestas rápidas, como en la conocida anécdota de donde sale el título, cuando el Papa le ofreció convertirle en cardenal, y él le replicó "prefiero el paraíso".

O cuando le pedía a los niños "Sed buenos... si podéis" -no en vano ha quedado como patrón de los educadores y de los humoristas-. Le encarna con la suficiente convicción el veterano actor Gigi Proietti.

Campiotti, también responsable de la serie Dr. Zhivago (2002), ha contado con un presupuesto extremadamente ajustado, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un filme de época. A pesar de su puesta en escena sencilla y televisiva, consigue que Prefiero el paraíso funcione, incluso en su versión recortada, en la que no parecen quedar flecos sueltos.

Su tono amable, tan positivo como el personaje retratado, va contracorriente en relación con lo que es habitual en las producciones modernas, pero acaba convenciendo si el espectador se deja llevar. He aquí el listado de los cines en los que se proyecta.

jueves, 2 de febrero de 2012

"Una canción": historia intimista, con valores cristianos

Inmaculada Hoces, guionista y directora de cortometrajes y programas televisivos, acaba de terminar su pequeño gran sueño: un largometraje lleno de valores, muy personal, de esos que se clavan en el alma. Se titula "Una canción", y tiene -además de una canción cuya letra es alegórica- unos diálogos muy bien construidos. Es interesante seguir su trayectoria, porque la cinta dará que hablar. Y, al que le guste, le animo a difundirla.

Os ofrezco el enlace a la página web de la película y a la página de la productora Las Cosas Nuevas. Aquí podéis ver los tráilers del filme.

Sinopsis: María, una mujer madura que trabajaba como abogada, se queda en el paro por no comprometer su honestidad. Una persona como ella, que cree en la Justicia de Dios, parece no tener cabida en esta sociedad; pero no desespera y, mientras busca trabajo, escribe en un cuaderno las cosas que para ella tienen valor en la vida. Conoce a Manuel, un músico que sobrevive como puede, con el que comparte sus escritos; y a Santiago, un directivo de una discográfica, decidido a proteger a los compositores de las descargas ilegales en internet. Ambos le influyen, y de repente se ve abocada a afrontar retos que ponen a prueba su integridad.

Comentarios de la Directora: "Esta historia surge de la necesidad de compartir verdades. La madurez es una etapa idónea, ya que se cuenta con el valor de la experiencia y con las capacidades desarrolladas. Pero la sociedad, o quien sea, decide que a esas edades ya no se es productivo. No interesa.

Nuestra protagonista lo sabe y nada espera. Su necesidad nunca cambia: trabajar con honradez, compromiso y rigor. A pesar de las dificultades, María vive cada ocasión como una oportunidad. Sabe que lo que realmente importa es gratis, que la vida es un regalo, que no hay que dejar de hacer, de sembrar, de mejorar, de cambiar, sin perder el rumbo.

Esta historia habla de creencia, de leyes, de Justicia, de Dios. Habla de poemas, de música, de lo que hay detrás de las canciones, lo que se expone, lo que se arriesga. De Propiedad Intelectual, de inconsciencia, de interés soterrado, de amistad. No se detiene en el pasado ni en el futuro, solo en el presente, a veces doloroso, otras incierto, siempre esperanzador. Porque Una canción es eso: esperanza".

lunes, 1 de agosto de 2011

14 películas recomendadas para este verano 2011

Como todos los años, José Mª Caparrós publica en Cinemanet su "lista de filmes" para disfrutar en la época estival. La clasificación viene dada por orden alfabético. Todas ellas se estrenan en DVD este verano:

El castor (USA, 2011). Dtora.: Jodie Foster, con Mel Gibson y Jodie Foster. Color – 91 min.
Nueva realización de la actriz y directora Jodie Foster, muy bien interpretada por un recuperado Mel Gibson. Plantea temas de gran calado moral y existencial. Es un drama intimista, que reivindica el cariño familiar.

De dioses y hombres (Francia, 2010). Dtor.: Xavier Beauvois, con Lambert Wilson y Michael Lonsdale. Color – 120 min.
Una de los más importantes filmes religiosos de esta temporada, que ha batido récords en el país vecino. Narra el histórico asesinato de siete monjes cistercienses en la Argelia contemporánea por un terroristas islámicos, en 1996. Gustará más al público mayor.

El discurso del rey (GB, 2010). Dtor.: Tom Hooper, con Colin Firth y Geoffrey Rush. Color – 118 min.
Otra modélica película histórica británica, que relata un episodio de la vida del rey Jorge VI, y de cómo superó la tartamudez al llegar al trono. Gran interpretación. Obtuvo los principales Oscar de este año.

Encontrarás dragones (España-USA-Argentina, 2011). Dtor.: Roland Joffé, con Charlie Cox y West Bentley . Color – 117 min.
Original biopic de los primeros años de San Josemaría Escrivá, ambientado en la Guerra Civil española y en la época actual. Muy bien interpretado y dirigido, trata primordialmente del tema del perdón.

En un mundo mejor (Dinamarca, 2010). Dtora.: Susanne Bier, con Mikael Persbrandt y Trine Dyrholm. Color – 113 min.
Esta impresionante película obtuvo el Oscar de Hollywood al Mejor filme de habla no inglesa. La antigua directora del movimiento Dogma 95 ha realizado una pieza de hondura sociopsicológica, que hará reflexionar al público intelectual.

El estudiante (México, 2009). Dtor.: Roberto Giraud, con Jorge Lavat y Norma Lazareno. Color – 95 min.
Se trata de una simpática comedia mexicana, que ha batido récords de taquilla y premios en su país. Con grandes valores humanos, toca temas de candente actualidad. Espléndida interpretación del septuagenario Jorge Lavat.

Más allá de la vida (USA, 2010). Dtor.: Clint Eastwood, con Matt Damon y Cécile de France. Color – 129 min.
Nueva realización del maestro Clint Eastwood, ahora sólo detrás de la cámara, que apunta tímidamente la existencia del Más Allá. Es otro thriller perfectamente dirigido por el último clásico de Hollywood.

Midnight in Paris (USA-España, 2010). Dtor.: Woody Allen, con Owen Wilson y Marion Cotillard. Color – 100 min.
Magistral película de Woody Allen, coproducida por Mediapro y rodada en la capital francesa, que evoca también el París de los años 20 del siglo pasado y la Belle époque. Gustará más a los fans del cómico norteamericano y a los cinéfilos.

El rito (USA, 2009). Dtor.: Mikael Hafström, con Anthony Hopkins y Colin O’Donoghue. Color – 114 min.
Impactante thriller demonológico, basado en hechos y personajes reales. Es una película sobria -lejos del estilo del célebre El exorcista-, que pone en evidencia la existencia del diablo.

También la lluvia (España, 2010). Dtora.: Icíar Bollaín, con Luis Tosar y Gael García Bernal. Color – 104 min.
Importante película autóctona -sin duda, la mejor del pasado año-, que evoca la Colonización española a través del rodaje de un filme en Bolivia, en plena Guerra del Agua (enero de 2000).

El último bailarín de Mao (Australia-USA-China). Dtor.: Bruce Beresford, con Chi Cao y Bruce Greenwood. Color – 117 min.
Brillante biopic del bailarín Li Cunxin, que reconstruye la Dictadura comunista China, la época post-Mao y la América capitalista actual. Bien interpretado, posee escenas de ballet fascinantes.

Valor de ley (USA, 2010). Dtores.: Joel y Ethan Coen, con Jeff Bridges y Matt Damon. Color – 110 min.
Remake de un clásico del Oeste, de Henry Hathaway (1969), que había proporcionado el Oscar de Hollywood a John Wayne. Ahora es el hoy veterano Jeff Bridges quien incorpora el ex pistolero del ojo tapado. Para amantes del género western.

Vivir para siempre (España, 2010). Dtor.: Gustavo Ron, con Alex Etel y Ben Chaplin. Color – 95 min.
Segundo largometraje del cineasta español Gustavo Ron (Mia Sarah), rodado en Gran Bretaña y con actores ingleses. Trata con gran originalidad el tema de la muerte de un niño afectado de cáncer. Obtuvo el Premio Cinematográfico “Familia” 2010.

Wall Street: El dinero nunca duerme (USA, 2010). Dtor.: Oliver Stone, con Michael Douglas y Josh Brolin. Color – 127 min.
Segunda parte de Wall Street (1987), del mismo Oliver Stone, ahora centrada en la crisis económica y moral de nuestros días. Resulta bastante ilustrativa sobre el funcionamiento de las finanzas en este nuevo milenio. Para los más cinéfilos y economistas, cabe recomendarles también el documental Inside.

martes, 5 de abril de 2011

Guía para cine-fórum sobre "Encontrarás Dragones"


Me ha llegado por e-mail esta Guía didáctica de "Encontrarás dragones". Me parece muy útil para ver la película y comentarla luego: tanto con adultos como con alumnos. Es una guía-cuestionario, muy participativa, con algunas preguntas para reflexionar, otras para debatir y otras para plasmar un comentario personal.

Por su orientación, puede emplearse tanto para una sesión de cine-fórum como para una sesión docente en diversas asignaturas: Historia, Religión y Ética, principalmente.
Espero que os guste.
Guia didáctica "Encontrarás dragones"


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domingo, 20 de marzo de 2011

Dos escenas de "Encontrarás dragones" filtradas en la Red


El pasado 23 de febrero publiqué en este blog la primera escena de "Encontrarás dragones" que se hallaba disponible en la Red. Ahora os añado otras dos que han aparecido recientemente.

La primera aparece casi al comienzo de la película, durante la infancia de Josemaría Escriva y Manolo Torres. La escena, concebida en paralelo (ambos conducen vehículos, pero de distinta clase social), manifiesta tres cosas: el carácter alegre del futuro santo, el paralelismo entre las vidas de los dos jóvenes amigos y la amenaza de los prejuicios sociales, que están a punto de interferir en su limpia amistad. También vemos a una gran actriz, Geraldine Chaplin (la criada de los Escrivá) subida en lo alto del carro que conduce el joven Josemaría.



En la siguiente escena vemos a los dos amigos en el Seminario Mayor de Zaragoza. Manolo, influenciado por el prejuicio clasista de su padre, se burla despectivamente del trabajo humilde que ahora desempeña el padre de Josemaría Escrivá. Surje, en el ofendido, el deseo de reparar la ofensa que públicamente ha hecho a su familia, y comienza una pelea que todos los demás alientan. Lo interesante es la consiguiente reflexión del Superior del Seminario, que sólo podemos apreciar en su primera parte: la referencia al perdón ha quedado fuera de este clip.



Desde luego no hay como ver la película completa. En todo caso, espero que os sirva como aperitivo, antes de verla en los cines: se estrena este viernes 25 de marzo.

domingo, 13 de marzo de 2011

"Encontrarás dragones" y "La Misión": un extraordinario paralelismo

El día 25 de este mes se estrena "Encontrarás dragones" (There Be Dragons), el último filme de Roland Joffé. En estos días la prensa publica entrevistas a sus actores principales: a Wes Bentley (Hacer familia) y a Olga Kurylenko (Mujer hoy). También recoge artículos de periodistas conocidas: Pilar Cambra en Expansión, Cristina López Schlichting en La Razón.

Yo tuve la fortuna de ver la película hace mes y medio. He diferido mi opinión porque no quería precipitarme: es un filme denso en contenidos, demasiado rico en sugerencias como para desbrozarlo deprisa y corriendo. Tiene, además, una temática poliédrica: amor, perdón, celos... amistad, redención personal. Y, sobre todo, suscita una experiencia muy enriquecedora: llena el corazón de esperanza y la mente de reflexiones; nos hace vivir el pasado para iluminar nuestro presente.

Por eso, he preferido esperar. Y, aún hoy, me decido a abordar un sólo aspecto de sus valores cinematográficos: su portentosa continuidad con la obra más acabada de Roland Joffé: "La Misión", nominada a 7 Óscars (entre ellos: Mejor película y Mejor director) y referencia habitual en los circuitos de cine-fórum.

Las dos películas reflejan no solo el estilo personal de Roland Joffé, sino también sus preocupaciones de fondo: ambas narran historias de personajes complementarios, unidos por una fuerte amistad, que toman caminos distintos en la vida. Esa toma de postura sucede ante una conflicto bélico inesperado, ante una situación de crisis externa que deviene en catarsis personal.

Junto a esta situación de partida, ambas cintas comparten unos mismos puntos argumentales que dan fuerza y consistencia al drama fílmico:

1. En ambas películas, el hijo de una noble familia se ve sometido a prejuicios de clase y afronta una crisis personal: tras un pasado oscuro, vive en el presente con profundos dragones interiores. Es el caso de Rodrigo de Mendoza (Robert de Niro) en "La Misión", que en un duelo, por una disputa amorosa, asesinó a su propio hermano. Es también el caso de Manolo Torres (Wes Bentley) en "Encontrarás dragones", que abandonó el seminario y huyó de sí mismo comido por el odio y la amargura.

2. En ambos filmes, ese conflicto interior -y la amistad con alguien que le aporta luz y esperanza- se ve sacudido por un conflicto exterior que introduce el odio en sus vidas: la guerra de los portugueses contra los guaraníes en "La Misión"; y la guerra de los republicanos frente a los nacionales en "Encontrarás dragones".

3. Ambas películas afrontan el tema de la redención personal: en "La Misión", Mendoza siente el remordimiento por el fratricidio cometido; en "Encontrarás dragones", Manolo vive en su ancianidad con el peso de unos hechos acontecidos durante la guerra civil española.

4. En ambas cintas, ese personaje en crisis toma el camino de la violencia. Mendoza empuña la espada y sale a pelear con los guaraníes en un combate desigual, hacia una muerte segura. Manolo empuña la pistola y no dudará en utilizarla contra seres indefensos y maniatados.

5. Y, finalmente, en ambas películas aparece un personaje -un hombre de Dios- que lucha con la palabra y el mensaje de paz en un mundo de odios desatados: el padre Gabriel en "La Misión" y S. Josemaría en "Encontrarás dragones". Uno y otro trabajan por el reino del amor; y cuando el conflicto bélico parece obligar a una espiral de muerte (o matas en un bando o matas en el otro), ambos resisten esa tentación y permanecen fieles al mandato de Cristo: la violencia sólo puede combatirse desde la paz, nunca desde la violencia.

Para mí, "Encontrarás dragones" es el testamento cinematográfico de Roland Joffé. Aunque luego dirija más filmes, esta película es, de alguna manera, su última palabra -la definitiva en cuanto a los temas- que enlaza maravillosamente con su primera: la lección de amor y de perdón que transmite en esta cinta es el mismo mensaje que escuchamos también en "La Misión". Ambas guardan un extraordinario paralelismo. Ambas están llamadas a convertirse en clásicos del Séptimo Arte.

viernes, 10 de diciembre de 2010

"Feliz Navidad": Los villancicos que detuvieron la Gran Guerra en Navidad

Sucedió el 24 de diciembre de 1914 en el frente de Ypres (Bélgica), en la zona más dura de las trincheras que separaban las tropas del Imperio Alemán de las tropas británicas, durante el invierno de la Primera Guerra Mundial. Se decretó una tregua para esa noche que implicaba permanecer en los puestos sin disparo alguno, pero -al empezar la cena de Navidad- las tropas alemanas se animaron a decorar sus trincheras, y luego continuaron su celebración cantando villancicos, especialmente "Stille Nacht" (Noche de paz). Las tropas británicas respondieron entonces con "Adeste fideles" y algunos villancicos en inglés.

A continuación, ambos ejércitos intercambiaron gritos de alegría, muestras de amistad y deseos de una feliz Navidad para todos. Al poco, hubo encuentros de unos y otros en la tierra de nadie, y allí se intercambiaron pequeños regalos: whisky, cigarrillos, etc.

La tregua también permitió que los caídos fueran recuperados desde detrás de las líneas y enterrados cristianamente. Se celebraron ceremonias fúnebres con soldados de ambos bandos, llorando las pérdidas de uno y otro lado, y ofreciéndose mutuamente el pésame. En uno de esos entierros en zona de nadie, soldados británicos y alemanes leyeron juntos un fragmento del Salmo 23:

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Sobre pastos verdes me hace reposar,
Aunque camine por un valle oscuro
no temeré mal alguno porque Él está conmigo.

La tregua se propagó hacia otra áreas. En algunos puntos duró hasta el año nuevo, e incluso hasta el mes de febrero. Los comandantes británicos John French y Sir Horace Smith-Dorrien juraron que una tregua así nunca volvería a permitirse; paradójicamente, ambos habían dejado el mando antes de la Navidad de 1915.

En 2005, Christian Carion llevó a la pantalla esa tregua de Navidad, basándose en el relato de uno de los testigos: "La increíble Navidad de 1914". He aquí el tráiler de este fantástico filme, titulado "Feliz Navidad", y a continuación la secuencia cumbre del canto de los villancicos:



Aquí, la secuencia de los villancicos:



(Para ver los vídeos en Facebook, pinchar "Ver la publicación original")

lunes, 1 de noviembre de 2010

Entrevista con Gustavo Ron: "Quiero hacer un cine de personas"

Con motivo del estreno de su última película, Vivir para siempre, acordamos una entrevista con Gustavo Ron (director y guionista) en un Café céntrico de Madrid. Resultó ser un tipo franco, directo y agradable. Algo difícil de encontrar entre las altas nubes en las que viven muchos artistas del celuloide (no sólo en Hollywood).

Gustavo ya llamó la atención en 2006 con su ópera prima como director, Mia Sarah’. Licenciado en Comunicación por la Universidad de Navarra, había comenzado trabajando como guionista y, de momento, ha escrito el guión de sus dos películas. Ahora llega a los cines con ‘Vivir para siempre’, que comparte algunas características de su anterior película: la lucha por cumplir los propios sueños y un toque mágico.

¿Qué es lo que más le llamó la atención del libro de Sally Nichols, para convertirlo en película?

Se podría decir que encontré el libro en el suelo, en FNAC de Barcelona, medio escondido en la estantería de abajo. Me gustó la contraportada: “Cosas que deberías saber sobre mí: me llamo Sam, tengo 12 años, tengo leucemia, y cuando leas esto ya estaré muerto”. Caray. Me lo leí en el AVE a Madrid y me conmovió. Me pareció una historia muy difícil, porque habla de dos niños que tienen cáncer, pero lo que me llevó a convertirlo en película es que no habla de la muerte para nada. Es una novela que te habla de las ganas de vivir, de los sueños por cumplir, de cómo luchar por las cosas que quieres que existan… Y, al final, el mensaje global es tan positivo que pensé que era todo un reto.

¿Un toque optimista para hoy en día?

Sí. Oyes a mucha gente que estamos en crisis, y la gente no quiere llorar ni sufrir, sólo reírse. Pero la gente no es tonta, y se ve en los resultados de mercado: algunas comedias tontas, tanto en Estados Unidos como en España, han pinchado. Y, sin embargo, dramas con más inteligencia o más profundos están funcionando. E insisto: nuestra película no es un dramón; es un drama que tiene mucho de mensaje positivo.

Sin embargo, la idea de la muerte no dejaría de estar presente en el rodaje. ¿Cómo se enfrentó el equipo a ella?

Yo estaba muy obsesionado con que la película no iba sobre la muerte, y quería que todo el equipo tuviera claro que el mensaje de fondo era cómo cumplir tus sueños. Por eso, recopilé una serie de frases que se han dicho a lo largo de la historia sobre este tema, para que se viera que siempre ha estado presente. Ahora bien, dicho esto, cuando rodamos la escena en la que Sam muere, quería que los actores tuvieran una calma total, por lo que sólo estuvimos las personas fundamentales: los tres actores, el cámara, el pertiguista y yo. Quisimos que fuera muy intimista, muy real, nada dramática.

El resto de la entrevista en Cinemanet.

miércoles, 27 de octubre de 2010

"Vivir para siempre": un filme sobre la familia, que reflexiona sobre el dolor y el sentido de la vida

Este viernes 29 de octubre llega a nuestras pantallas "Vivir para siempre", una de las mejores películas españolas de la década, y una historia llena de valores y sentimientos. Sin duda, uno de esos estrenos que merece la pena apoyar y difundir: el éxito del primer fin de semana marcará la pauta de su futura carrera. Os dejo con la mejor reseña previa, publicada por Jerónimo José Martín en Aceprensa.

Formado en la Universidad de Navarra y en la London Film School, Gustavo Ron (Madrid, 1972) debutó en 2006 con Mía Sarah, la última película de Fernando Fernán Gómez. En su segundo largometraje, rodado en inglés, ha pulido su estilo con un toque indie, fresco y desenfadado, característico de grandes tragicomedias recientes, como Pequeña Miss Sunshine o Juno.

A partir de la novela Ways to Live Forever (titulada en español Esto no es justo), de la inglesa Sally Nicholls, el guión del propio Ron relata las andanzas de Sam, un vitalista e imaginativo niño inglés de once años, que padece una grave leucemia, y al que los médicos ya han puesto fecha de caducidad. Sus padres y su hermano pequeño no saben muy bien qué hacer; pero Sam no pierde el ánimo, y escribe un diario y filma vídeos sobre sus vivencias cotidianas, con la ayuda de su abuela, de otro chaval con leucemia, de la terapeuta de ambos y de una chica que le gusta. En ese material, Sam y su amigo intentan encontrar respuestas a las grandes preguntas mientras disfrutan de la vida, convirtiendo en una aventura cada uno de los pocos momentos que les quedan, pues es muy larga su lista de cosas que hacer antes de morir.

Como en Mía Sarah, destacan la música (César Benito), el montaje (Juan Sánchez), la fotografía (Miguel P. Gilaberte) y las interpretaciones, especialmente las de los jovencísimos Robbie Kay y Alex Etel, que a pesar del estirón que ha dado conserva la inocencia y el carisma que mostró en el papel protagonista de Millones. Por su parte, la hipnótica puesta en escena permite el salto fluido de la comedia más hilarante al drama contenido, y de éste a la tragedia, con momentos de enorme emotividad.

Algunos quizá encuentren la película demasiado sentimental, pero otros agradecerán que ponga toda la carne en el asador cuando quiere hacer reír o llorar. Además, Vivir para siempre nunca se queda en los sentimientos: desarrolla una profunda reflexión, de clara inspiración cristiana, sobre el sentido de la vida, la muerte y el sufrimiento, así como una reivindicación de la alegría de vivir en las antípodas del hedonismo materialista y una exaltación de la familia como núcleo de solidaridad. En este sentido, cabe destacar el arco dramático del personaje del padre, desde su incómoda pasividad inicial hasta el conmovedor desenlace.



lunes, 18 de octubre de 2010

Música, amistad, belleza... y Dios (Sobre "El concierto")

Ramiro Pellitero, Profesor de Teología Pastoral de la Universidad de Navarra, ha escrito una interesante reseña sobre el filme revelación del año pasado: "El concierto". La academia francesa le concedió dos César (mejor partitura y mejor sonido) y la nominó a otros cuatro premios más: mejor filme, director, montaje y guión original. En este artículo se analizan con acierto los temas de fondo.

La película “El Concierto” (dirigida por el rumano R. Mihaileanu, 2009), es un simpático muestrario de los anhelos profundos del corazón humano. Una especie de cuento acerca de la orquesta rusa Bolshoi (Moscú), cuyas actividades habían sido prohibidas en la época de Brézhnev.

Treinta años después, se les presenta la oportunidad de una revancha, con un concierto en el prestigioso teatro musical del Châtelet, en Paris. Además de buscar a sus antiguos músicos –que viven como pueden–, Andrei contrata a una conocida violinista francesa, Anne Marie. Cenan juntos el día antes del concierto. Ella le confiesa que no conoció a sus padres, un biólogo y una antropóloga, que murieron en un accidente de avión, en los Alpes: “Desde niña siempre he buscado la mirada de mis padres… Cuando toco, lo que me gustaría conseguir es su mirada un segundo, sólo un segundo”.

En 2009, meses antes del estreno de la película, radio France-Bleu (Grenoble) alababa especialmente la “humanidad” del filme, que sabe presentar temas espinosos con inteligencia y buen humor. El director señalaba que, efectivamente, “la apuesta, el tema de la película es la amistad, la solidaridad… el mestizaje de culturas, los encuentros”. Se trata de una metáfora de la “invasión” cultural del Este en la Europa occidental, que produce una mezcla un poco explosiva. Quiere mostrar –sigue explicando–, con atención al contexto histórico, que el ser humano está siempre ahí y puede estar orgulloso de sí mismo.

Música, amistad, belleza. En la perspectiva cristiana cabe –utilizando la terminología de C.S. Lewis– recordar los tres amores (afecto, amistad, “eros”) que son un reflejo y un camino para descubrir y vivir la caridad (amor divino). La caridad perfecciona los amores humanos y, respetándolos en su más alta belleza, verdad y bien, los transforma en alabanza a Dios y servicio a los demás. De este modo, la película invita a alcanzar “la última armonía” del horizonte humano.

En la película se muestra sobre todo el valor de la amistad. Las relaciones de amistad –surgidas con ocasión del trabajo profesional de los músicos y entremezcladas con las relaciones familiares– pueden verse, en efecto, como un resplandor del amor divino.

En cuanto a la música, como todo arte, es don de Dios y desarrollo del hombre, expresión de la vida y la esperanza humanas, pues “a cada hombre se le confía la tarea de ser artífice de la propia vida; en cierto modo, debe hacer de ella una obra de arte, una obra maestra” (Juan Pablo II, Carta a los artistas, n. 2). Con motivo del quinto aniversario de su elección (29-IV-2010), señaló Benedicto XVI el lugar importante de la música en la educación, especialmente de los jóvenes: “La música es capaz de abrir las mentes y los corazones a la dimensión del espíritu y conducir a las personas a alzar la mirada hacia lo Alto, a abrirse al Bien y a la Belleza absolutas, que tienen la fuente última en Dios".

(Una redacción más amplia de esta reseña puede verse en Religión Confidencial).

lunes, 19 de julio de 2010

"Toy Story 3": una lección sobre la amistad y la solidaridad, según L'Osservatore Romano

La película “Toy Story 3” (que en España se estrena pasado mañana, 21 de julio) permite al espectador “reflexionar sobre temas importantes como el valor de la amistad y la solidaridad, el miedo de sentirse solo o rechazado, lo ineludible de hacerse grande y la fuerza que surge al sentirse parte de una familia”. Esta es una de las conclusiones del diario vaticano L’Osservatore Romano sobre el filme dirigido por Lee Unkrich, producido por Pixar Animation Studios y lanzado al mercado por Walt Disney.

En esta tercera entrega, los entrañables Woody el vaquero y Buzz Lightyear junto a sus amigos deben enfrentar su destino. Andy, su dueño, dejó de jugar con ellos, ya tiene 17 años, se irá a la universidad y debe decidir entre enviarlos como donación a una guardería o desecharlos.

En un artículo titulado “Cómo se hace un bello film”, Gaetano Vallini considera que Toy Story 3 ofrece a los espectadores una profunda reflexión sobre temas humanos trascendentales y da una lección sobre la amistad verdadera, a través de la experiencia de los juguetes protagonistas. “La amistad es el verdadero vínculo de este variopinto pero afianzado grupo de juguetes”. Esto es lo que revela la película, dice el autor del artículo.