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domingo, 29 de marzo de 2015

La imagen de Jesús en "La pasión de Cristo"

Comienza hoy la Semana Santa, un buen momento para recordar aquella película dura y polémica -pero, a la vez, maravillosa, encendida, realista... llena de fe y amor- que fue "La Pasión de Cristo" (2004). Un filme que, a pesar de sus detractores, tuvo un impacto tremendo y muy positivo en las audiencias de todo el mundo.

Con independencia de su posterior trayectoria personal, Mel Gibson ha reconocido que quiso rodar su película, llena de significación teológicapara agradecer a Dios la “fuerte crisis espiritual” que le había hecho “volver a mi fe cristiana”. Así lo contaba en una entrevista publicada poco antes del estreno:

Yo siempre he creído en Dios, en su existencia. En mi familia me enseñaron a creer de cierta manera. Pero a mitad de mi vida, dejé algo de lado mi fe, y otras cosas ocuparon el primer lugar (...). En ese momento, comprendí que necesitaba algo más si quería sobrevivir. Me sentía impulsado a una lectura más íntima de los Evangelios, de la historia en su conjunto. Ahí fue cuando la idea empezó a cuajar dentro de mi cabeza. Empecé a ver el Evangelio con gran realismo, recreándolo en mi propia mente para que tuviera sentido para mí, para que fuera relevante para mí. Eso es lo que yo quería llevar a la pantalla”.

Precisamente por eso, el director australiano fue sido muy explícito a la hora de señalar qué le movía a realizar esta cinta. Por una parte, una suerte de catarsis, de purificación personal: “Descubrí que, para sanar las heridas de mi vida, debía observar las heridas de Cristo; y, por tanto, contemplar la Pasión”. Por otra, una oportunidad para que la gente sencilla pudiera redescubrir la manifestación máxima del afecto divino: “Es la historia del amor más grande que se puede tener: dar la vida por alguien. La Pasión es la aventura más grande de la historia. Creo que es la mayor historia de amor de todos los tiempos: Dios que se hace hombre y los hombres que le odian y le matan”.

Para esta recreación de los relatos evangélicos, Gibson optó por una narración y una puesta en escena decididamente realistas. No quería dulcificar ni un ápice el duro relato de la Pasión, y su guión definitivo abundó en escenas crudas, como la flagelación y coronación de espinas, los malos tratos de la soldadesca, la creciente asfixia colgado en el madero, la muerte agónica sobre la cruz.

En síntesis, el cineasta quiso reflejar a Cristo en toda su doliente humanidad (maniatado, flagelado, insultado y arrastrado hasta la cruz) como manifestación plena de su inmenso amor por los hombres. Esa es la imagen que nos muestra de Jesús: no un Jesús bello y hermoso; tampoco uno distante o angustiado por nuestras faltas; sino un Jesús doliente: humano, plenamente humano, que asume el castigo que sus hermanos los hombres merecíamos.

El Jesús de Caviezel apenas habla, y tampoco expresa muchas emociones. En silencio, calla y sufre: porque esa es la Voluntad de su Padre. Y Gibson nos hace ver que esa noche de amargura no fue en absoluto un trance fácil por el hecho de que fuera Dios. Como hombre, sufrió en la misma medida de su amor, que era inmenso. Por eso sufrió una agonía que el espectador llega a sentir en su propia carne. Más de uno ha tenido que apartar la vista o salir por unos instantes de la proyección. Cuando, terminada la primera flagelación, le vemos levantarse para seguir sufriendo, somos conscientes de todo lo que nos amó...

domingo, 12 de octubre de 2014

Jesucristo en el cine (Vídeo 6 minutos)

En Internet está disponible este breve documental (6' 30"), elaborado por la Asociación católica Aleteia: una amplia panorámica por las principales películas sobre Jesús.

Su planteamiento es muy sencillo. Desde los orígenes del Cristianismo, las artes han sido un instrumento para evangelizar. Por eso, lo que la pintura hizo durante siglos, puede hacerlo ahora la gran pantalla: podemos descubrir de nuevo a Jesucristo a través de las películas, a través del cine.

En su recorrido, se destacan algunos de los grandes filmes tratados en este blog:

- Christus (G. Antamoro, 1915). Concede gran importancia a la composición pictórica de las escenas.
- Rey de Reyes (De Mille, 1927). Primera super-producción sobre Jesús. La conversión y el amor de la Magdalena ocupan el primer plano del relato.

- Ben Hur (W. Wyler, 1959). La aparición de Jesús, al estilo puritano de la época (que temía "humanizar" la figura de Cristo), es tan solo indirecta.
- El Evangelio según San Mateo (Passolini, 1964). El filme trata de aunar la visión cristiana con la marxista. Subraya el mensaje social del cristianismo.

- Jesús de Nazaret (Zeffirelli, 1977). Su fuerza reside en el retrato de los apóstoles. Robert Powell encarna al Jesús más popular de la historia del cine.
- La pasión de Cristo (Gibson, 2004). Muestra a Jesús como "El Sirvo Doliente de Yahve". Vemos la crudeza de la Pasión y el amor infinito de Cristo.

Espero que os guste. Me encantará conocer vuestra opinión.

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lunes, 21 de abril de 2014

La escena de la Resurrección en el cine (y 2)


Ayer veíamos cómo los filmes clásicos (Rey de Reyes, Jesús de Nazaret y la miniserie Jesús) habían plasmado la escena de la Resurrección. Hoy completo esa visión panorámica con la referencia dos filmes modernos, que ofrecen una nueva visión de Cristo.

En la misma línea de mostrar a un Jesús divino y humano, Redentor de los hombres y –a la vez- cariñoso y afable con todos, en el año 2000 se estrena en Estados Unidos una película de animación, dirigida por Stanislav Sokolov, titulada El hombre que hacía milagros. Muy fiel a los Evangelios, la historia está narrada desde el punto de vista de una adolescente: la hija de Jairo, a la que Cristo resucita en una escena conmovedora.

El filme presta una especial atención a la secuencia de la Resurrección y a los acontecimientos que siguieron. Mientras otras películas omiten esa parte (El Mesías) o la distorsionan por completo (Jesús de Montreal, Jesucristo Superstar), El hombre que hacía milagros le da una importancia capital en el conjunto del relato. Además, y en comparación con los demás filmes comentados en este serial sobre “La Resurrección en el cine”, aquí el desarrollo de esos acontecimientos abarca un metraje considerable y conjuga, en su narración, la fidelidad a las Escrituras con una integración creativa de las distintas escenas relatadas por S. Juan y S. Lucas.

En este filme vemos, de forma hilvanada, todos los sucesos de aquellas horas: María Magdalena encuentra la tumba vacía y se echa a llorar (Jn 20, 1). Entonces, una voz cálida a sus espaldas —que ella toma por la del hortelano— trata en vano de consolarla; hasta que le oye pronunciar su nombre, “¡María!”, y se vuelve conmovida porque ha comprendido que está ante Jesús resucitado (Jn 20, 11-18). Según le indica el Maestro, corre a contárselo a Pedro, y esto mueve al apóstol a acudir a la tumba (Jn 20, 2-7), aunque sin la compañía de Juan.

De regreso a Jerusalén, mientras medita en el sepulcro vacío, Pedro se encuentra con el Maestro (Lc 24, 34) y vuelve corriendo para contarlo a los demás apóstoles. Al llegar al cenáculo, vemos que acaban de llegar Cleofás y Jairo, y éstos relatan —se ve luego en dibujos animados— cómo Jesús se les ha aparecido en el camino a Emaús y les ha explicado las Escrituras, y cómo le han reconocido al partir el pan (Lc 24, 13-35). Tomás muestra entonces un escepticismo sarcástico frente a esos relatos, que juzga fantaseados... Y aquí corté la secuencia, para no hacerla demasiado larga. Lo que sigue es la repentina aparición de Jesús, que enseña sus manos a todos, y en especial a Tomás. El apóstol cambia su incredulidad por un sincero acto de fe (Jn 20, 36-41).

La concatenación de escenas -creando unidad en lo que eran cuadros sueltos- es lo que hace sublime, atractivo y dinámico el relato que este filme nos ofrece de toda la secuencia de la Resurrección.

(Para ver la secuencia, pinchar en el fotograma)



El último filme que analizamos en este serie es La Pasión de Cristo (2004), dirigido por Mel Gibson. En un plano breve (un epílogo sumamente sugestivo a todo el gran relato de la pasión) nos ofrece una explicación teológica –basada por completo en un pasaje de S. Juan- de lo que sucedió en el instante de la Resurrección.

Según testimonios de la época, los judíos empleaban una gran sábana blanca para embalsamar a los difuntos. También era costumbre envolver el rostro con otro paño más pequeño (sudario, le llamaban) para sujetar la mandíbula y evitar que se abriera la boca del cadáver. Es lo que hicieron con Jesús: tenía la sábana “y el sudario que había sido puesto en su cabeza” (Jn 20, 7). Con esto tenemos dos piezas: la sábana y una venda separada de ella que se usaba como mortaja.

Cuando Juan entró en el sepulcro, “vio los lienzos plegados y el sudario, que había sido puesto en su cabeza, no plegado junto con los lienzos, sino aparte, todavía enrollado, en un sitio” (Jn 20, 7). Es esa disposición de los lienzos (“todavía enrollados” pero sin el cuerpo en su interior), simplemente “plegados(en el original griego: “caídos”, como si hubiera desaparecido el cuerpo de su interior) es lo que inmediatamente mueve a la conversión del apóstol: “Entonces entró también el otro discípulo…, y vio y creyó” (Jn 20, 8).

Todo esto es lo que trata de reflejar el último plano de la película de Mel Gibson. Un fantástico plano-secuencia sugiere el momento en que se desliza la piedra de la entrada. Todos los Evangelios señalan que la piedra fue removida, y Mateo describe incluso el momento en que “se produjo un gran terremoto, y un ángel del Señor… apartó la piedra” (Mt 28, 2). La toma va recorriendo las distintas cavidades de la roca, y de repente entran en plano los lienzos sagrados en el momento en que empiezan a caer sobre sí mismos.

Sigue el movimiento del plano, y los lienzos quedan “caídos”, atados y enrollados alrededor de la mortaja, como si en ese preciso momento hubiera desaparecido el cuerpo de Jesús. Justo entonces vemos la razón de ese vacío: la cámara enfoca un luminoso primer plano de Cristo resucitado, que a continuación se alza para mostrar su cuerpo glorioso, sin los estigmas de la flagelación y la coronación, pero sí con las señales de los clavos en sus manos. Es el momento en que acaba de resucitar y por eso los lienzos caen sobre sí mismos. Gibson muestra así a los espectadores, justo en el momento en que sucede, lo que una vez acontecido conmoverá profundamente a Juan.

viernes, 11 de abril de 2014

Siete películas sobre la pasión de Jesús

La mayor parte de los filmes sobre Jesús abarcan su vida entera o, al menos, su vida pública. Pero, en la historia del cine, también se han producido películas centradas en el relato de la Pasión, o que han tomado ocasión de esa escena para contar una historia de profunda significación cristiana.

En este post ofrezco un breve comentario de las siete películas que, a mi juicio, mejor han reflejado la crucifixión y muerte de Jesús. En cada una indico el director (D) y, si tiene un papel relevante, también el actor que encarnó a Jesucristo (J).

a) Filmes sobre la Pasión:

- La pasión de Cristo (USA, 2004). D: Mel Gibson. J: Jim Caviezel. Muestra con realismo y crudeza los tormentos que sufrió Jesús: los azotes, la subida al Calvario, la crucifixión. Vemos el papel de María en la Redención y su especial sintonía con su Hijo. Sin duda la versión más completa de los sufrimientos de Cristo, con abundantes símbolos y metáforas. La más conocida y la que más ha influido en el público. 126 min.

- Gólgota (Francia, 1935). D: Julián Duvivier. J: Robert Le Vigan. Película que mantiene muy bien el ritmo, con un guión rico en matices sobre los sentimientos de Jesús, al que muestra en una faceta a la vez divina y humana (no tan solemne como en otros filmes de la época). Duvivier tomó todos los diálogos de los Evangelios, componiendo las escenas con una estética preciosista, y con un tono lírico sin precedentes. En este filme se inspiró Zeffirelli para construir su serial televisivo Jesus de Nazaret. 95 min.

- La Passion de Notre-Seigneur Jésus Christ (Francia, 1902). D: Ferdinand Zecca, producida por la casa Pathé con fotografía de Segundo de Chomón. El público acogió el filme con entusiasmo, y Zecca decidió entonces ampliar el proyecto, escribiendo un guión más amplio que abarcaba la vida entera de Jesús. Entre 1903 y 1906, filmó otras escenas que incorporó a las ya rodadas; y al final, la cinta contenía 37 cuadros que contaban la vida entera de Cristo.

- The Passion Play of Oberammergau (USA, 1898). D: Henry Vincent, J: Frank Rusell. Este filme compitió duramente con otro de los Lumiere titulado La Vie et la Passion de Jésus-Christ. El filme de Vincent hace referencia a una representación multitudinaria que, cada cierto tiempo —desde 1634—, lleva a cabo el pueblo entero de Oberammergau, en Baviera, durante la Semana Santa. Inspirado en ella, escribió su propia historia de la Pasión y filmó la película en el Museo de cera y en el Gran Central Palace de Nueva York.

b) Filmes que dramatizan historias en torno a la Pasión:

- Ben Hur (USA, 1959). D: William Wyler. Judá Ben Hur, un aristócrata judío injustamente condenado a galeras, encuentra ayuda y consuelo en Jesús de Nazaret, a quien nunca olvidará. Con el tiempo, ambos vuelven a encontrarse en el momento de la crucifixión: un encuentro que permite a Ben Hur convertirse, volver a la fe perdida y recuperar a su madre y a su hermana, enfermas de lepra. 212 min.

- La túnica sagrada (USA, 1953). D: Henry Koster. Primera película en Cinemascope, que obtuvo cinco candidaturas a los Oscar, incluidos los de mejor película y mejor actor (Richard Burton). Burton interpreta a Marcelo Gallo, el centurión romano encargado de supervisar la crucifixión, cuya vida cambia para siempre cuando, al pie de la cruz, gana la túnica de Cristo en un juego de apuestas. 135 min.

- Barrabás (USA, 1962). D: Richard Fleischer, basada en una novela de Par Lagerkvist. La historia se centra en el personaje del malhechor (interpretado por Anthony Quinn) que fue liberado por Poncio Pilato en lugar de Jesús. Esta figura del ladrón nos es presentada con realismo, como un hombre violento y asesino, pero cuya existencia queda marcada para siempre por la obsesión de que un hombre bueno, al que muchos creían Hijo de Dios, sufrió la muerte miserable a la que él estaba condenado.

Otras películas han tratado también, directa o indirectamente, el relato de la pasión de Cristo. Pero ninguna con la fidelidad de las 4 primeras ni con la sincera emotividad de las 3 últimas. Feliz Semana Santa, también con ayuda del cine.

domingo, 21 de abril de 2013

"La Pasión de Cristo", la Pascua judía y la Eucaristía

En un post de esta Semana Santa citaba un artículo de Juan Manuel de Prada sobre el filme “La Pasión de Cristo” en el que decía: “La película aborda algunos asuntos medulares de la fe católica, como es el vínculo existente entre el sacrificio de la Cruz y el sacrificio de la misa”.

En efecto, el filme de Mel Gibson abunda en pasajes simbólicos que establecen dos claros paralelismos temáticos en el marco de la pasión de Cristo: el paralelismo de la pascua judía con la Última cena, y el del sacrificio del Calvario con el sacrificio de la Misa.

La primera escena que refleja esa analogía temática acontece casi al principio, cuando un joven escapa de Getsemaní soltando su manto (en alusión al joven que escapó arrojando una sábana: Mc 14, 51-52) y llega a la casa donde están pasando la noche la Virgen y María Magdalena. Les anuncia que se han llevado a Jesús, y la Virgen dice: “be-mah nishtanah ha-layla ha-zot mi khol ha-layelot” (“¿En qué se diferencia esta noche de todas las noches?”). Es la única frase en hebreo (no arameo) que se escucha en la cinta, y se trata de una pregunta ritual que siempre se hace en hebreo, aún hoy, en los primeros momentos de la cena pascual. A continuación responde María Magdalena, también en hebrero: “Porque una vez fuimos esclavos, y ahora ya no lo somos”.

Situada la frase en ese momento, como clave de interpretación para todo lo que vendrá, no sólo establece el paralelismo entre la cena pascual judía y la Última cena, sino que es también el inicio del profundo simbolismo que se irá desarrollando entre toda la pasión y la Última cena de Cristo: el lavatorio de los pies, la presentación del pan, la consagración del pan y del vino… Todo ello se entrelaza con pasajes de la crucifixión que refuerzan esa misma analogía. Gibson quiere recordar a la audiencia, por un lado, que en esa cena pascual se unieron el Antiguo y el Nuevo Testamento, y por otro, que en ella se anticipó sacramentalmente lo que en plenitud se realizaría poco después en la Cruz.

A partir de ahí, el filme desarrolla abundantes paralelismos que anticipan el sacrificio de la Cruz. Así, Jesús ve a un herrero que golpea las argollas de su inminente tortura y recuerda sus golpes en la madera al tallar una mesa en el taller de Nazaret: una y otra escena difieren en luminosidad (luz y alegría en Nazaret, oscuridad y tristeza en el palacio de Caifás), pero tienen para Él una misma significación: con su trabajo y con su pasión redimió igualmente a todos los hombres.

Otros paralelismos son más explícitos, como el lavatorio de las manos de Pilatos al entregar a Jesús, en contraste con el lavatorio de las manos de Jesús al comienzo de la Pascua. Ambos actúan como preámbulo y preparación de un sacrificio pascual: en la pascua judía, el paso de la esclavitud egipcia a la liberación como pueblo escogido; en la pascua del Gólgota, el paso de la esclavitud del pecado a la liberación como hijos de Dios.

Finalmente, el más claro paralelismo de la cinta se manifiesta en el flash-back de la consagración. Tras ver en el Calvario cómo los soldados clavan a Jesús en la cruz y empiezan a elevar su cuerpo, un montaje paralelo nos retrotrae al momento de la Última Cena en que Jesús eleva el pan y dice: “Tomad y comed, porque éste es mi cuerpo”. A continuación, volvemos al Gólgota y vemos que de la cruz recién levantada empieza a chorrear la sangre de Cristo, que se derrama sobre el madero. Un nuevo paralelismo nos sitúa en el Cenáculo, cuando el Señor levanta el cáliz y dice aquellas palabras: “Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre… que será derramada por vosotros”.

Por si quedara alguna duda, la muerte de Cristo supone una profunda conmoción en la naturaleza dañada por el pecado –tal y como recogen los Evangelios- y el mismo diablo es herido mortalmente con la propia muerte del Redentor: sus gritos lastimeros se oyen desde lo más profundo del abismo.

La última imagen del filme (un precioso plano-secuencia que recorre la sepultura donde fue enterrado el Señor) termina en un primer plano de Jesús resucitado. Con Él, se disipan las tinieblas que han dominado casi toda la película, y la luz de la Resurrección inunda definitivamente la pantalla. Ha dado comienzo la Nueva Alianza sellada con la sangre de Cristo.

lunes, 1 de abril de 2013

La Resurrección de Jesús en el Cine (y 2)


Ayer veíamos cómo los filmes clásicos (Rey de Reyes, Jesús de Nazaret y la miniserie Jesús) habían plasmado la escena de la Resurrección. Hoy completo esa visión panorámica con la referencia dos filmes modernos, que ofrecen una nueva visión de Cristo.

En la misma línea de mostrar a un Jesús divino y humano, Redentor de los hombres y –a la vez- cariñoso y afable con todos, en el año 2000 se estrena en Estados Unidos una película de animación, dirigida por Stanislav Sokolov, titulada El hombre que hacía milagros. Muy fiel a los Evangelios, la historia está narrada desde el punto de vista de una adolescente: la hija de Jairo, a la que Cristo resucita en una escena conmovedora.

El filme presta una especial atención a la secuencia de la Resurrección y a los acontecimientos que siguieron. Mientras otras películas omiten esa parte (El Mesías) o la distorsionan por completo (Jesús de Montreal, Jesucristo Superstar), El hombre que hacía milagros le da una importancia capital en el conjunto del relato. Además, y en comparación con los demás filmes comentados en este serial sobre “La Resurrección en el cine”, aquí el desarrollo de esos acontecimientos abarca un metraje considerable y conjuga, en su narración, la fidelidad a las Escrituras con una integración creativa de las distintas escenas relatadas por S. Juan y S. Lucas.

En este filme vemos, de forma hilvanada, todos los sucesos de aquellas horas: María Magdalena encuentra la tumba vacía y se echa a llorar (Jn 20, 1). Entonces, una voz cálida a sus espaldas —que ella toma por la del hortelano— trata en vano de consolarla; hasta que le oye pronunciar su nombre, “¡María!”, y se vuelve conmovida porque ha comprendido que está ante Jesús resucitado (Jn 20, 11-18). Según le indica el Maestro, corre a contárselo a Pedro, y esto mueve al apóstol a acudir a la tumba (Jn 20, 2-7), aunque sin la compañía de Juan.

De regreso a Jerusalén, mientras medita en el sepulcro vacío, Pedro se encuentra con el Maestro (Lc 24, 34) y vuelve corriendo para contarlo a los demás apóstoles. Al llegar al cenáculo, vemos que acaban de llegar Cleofás y Jairo, y éstos relatan —se ve luego en dibujos animados— cómo Jesús se les ha aparecido en el camino a Emaús y les ha explicado las Escrituras, y cómo le han reconocido al partir el pan (Lc 24, 13-35). Tomás muestra entonces un escepticismo sarcástico frente a esos relatos, que juzga fantaseados... Y aquí corté la secuencia, para no hacerla demasiado larga. Lo que sigue es la repentina aparición de Jesús, que enseña sus manos a todos, y en especial a Tomás. El apóstol cambia su incredulidad por un sincero acto de fe (Jn 20, 36-41).

La concatenación de escenas -creando unidad en lo que eran cuadros sueltos- es lo que hace sublime, atractivo y dinámico el relato que este filme nos ofrece de toda la secuencia de la Resurrección.

(Para ver la secuencia, pinchar en el fotograma)



El último filme que analizamos en este serie es La Pasión de Cristo (2004), dirigido por Mel Gibson. En un plano breve (un epílogo sumamente sugestivo a todo el gran relato de la pasión) nos ofrece una explicación teológica –basada por completo en un pasaje de S. Juan- de lo que sucedió en el instante de la Resurrección.

Según testimonios de la época, los judíos empleaban una gran sábana blanca para embalsamar a los difuntos. También era costumbre envolver el rostro con otro paño más pequeño (sudario, le llamaban) para sujetar la mandíbula y evitar que se abriera la boca del cadáver. Es lo que hicieron con Jesús: tenía la sábana “y el sudario que había sido puesto en su cabeza” (Jn 20, 7). Con esto tenemos dos piezas: la sábana y una venda separada de ella que se usaba como mortaja.

Cuando Juan entró en el sepulcro, “vio los lienzos plegados y el sudario, que había sido puesto en su cabeza, no plegado junto con los lienzos, sino aparte, todavía enrollado, en un sitio” (Jn 20, 7). Es esa disposición de los lienzos (“todavía enrollados” pero sin el cuerpo en su interior), simplemente “plegados(en el original griego: “caídos”, como si hubiera desaparecido el cuerpo de su interior) es lo que inmediatamente mueve a la conversión del apóstol: “Entonces entró también el otro discípulo…, y vio y creyó” (Jn 20, 8).

Todo esto es lo que trata de reflejar el último plano de la película de Mel Gibson. Un fantástico plano-secuencia sugiere el momento en que se desliza la piedra de la entrada. Todos los Evangelios señalan que la piedra fue removida, y Mateo describe incluso el momento en que “se produjo un gran terremoto, y un ángel del Señor… apartó la piedra” (Mt 28, 2). La toma va recorriendo las distintas cavidades de la roca, y de repente entran en plano los lienzos sagrados en el momento en que empiezan a caer sobre sí mismos.

Sigue el movimiento del plano, y los lienzos quedan “caídos”, atados y enrollados alrededor de la mortaja, como si en ese preciso momento hubiera desaparecido el cuerpo de Jesús. Justo entonces vemos la razón de ese vacío: la cámara enfoca un luminoso primer plano de Cristo resucitado, que a continuación se alza para mostrar su cuerpo glorioso, sin los estigmas de la flagelación y la coronación, pero sí con las señales de los clavos en sus manos. Es el momento en que acaba de resucitar y por eso los lienzos caen sobre sí mismos. Gibson muestra así a los espectadores, justo en el momento en que sucede, lo que una vez acontecido conmoverá profundamente a Juan.

miércoles, 27 de marzo de 2013

La relación de Jesús con su Madre en "La Pasión de Cristo"

Estamos en plena Semana Santa, y en estos días las televisiones suelen programar películas que nos hagan recordar aquellos inmortales sucesos. Entre todas las cintas, “La Pasión de Cristo”, de Mel Gibson, destaca por la fuerza de sus imágenes y la profundidad teológica.

En mi libro “Jesucristo en el cine” dedico bastante espacio a comentar un aspecto de este filme: la relación entre Cristo y su Madre que vemos en las escenas del Vía Crucis. Una relación maravillosa, llena de matices –humanos y sobrenaturales- que ayuda a entender la íntima fusión de sus almas en la común tarea de la Redención.

Para completar lo que de esa relación señalan los Evangelios, Gibson se inspiró en antiguas tradiciones cristianas. Una de ellas es el encuentro del Señor con su Madre, justo después de su primera caída. Jesús cae bajo el peso de la cruz, y la Virgen se apresura a socorrerle. Un oportuno flash-back nos traslada a una escena paralela de la infancia, cuando Jesús niño tropieza y cae, y María se apresura a también a socorrerle: “Aquí estoy, a tu lado”, parece decir en ambas escenas. La transposición de planos temporales establece aquí un marco muy emotivo, que invita al espectador a la reflexión y a la contemplación.

Por otra parte, el encuentro de ambos en esta escena adquiere un significado muy especial, muy teológico: la Virgen se nos muestra totalmente volcada en cumplir la Voluntad de Dios, y Jesús aparece con una clara conciencia de estar redimiendo a la humanidad: “¿Ves, Madre, como hago nuevas todas las cosas?”.

En apoyo de esta idea, quiero aportar ahora las citas de algunas críticos cinematográficos que han señalado también esta profunda afinidad:

1. “La Pasión de Mel Gibson”, por Juan Orellana: Director del Departamento de Cine de la Conferencia Episcopal Española
Mel Gibson se ha aproximado a una historia mil veces contada en el cine, una historia conocida hasta en sus diálogos, sus escenas, personajes y tramas secundarias, y ha sabido recrearla y adecuarla al lenguaje cinematográfico moderno de tal forma que sorprende, impacta, emociona, e incluso puede afectar a lo más hondo del corazón y la conciencia del espectador. (…) Fiel a la historicidad de los sucesos, Gibson se permite unas licencias –como todos los cineastas que han llevado a Jesús a la pantalla–, que son sencillamente deliciosas. Licencias que podrían haber ocurrido perfectamente, pero de las que no tenemos constancia. Por ejemplo, (…) si nos fijamos, varias veces que Cristo cae, encuentra fuerzas para incorporarse cuando sus ojos descubren a su Madre. Otra invención preciosa que aparece en la película es un flash back muy breve en el que Jesús toma el pelo a María en su carpintería de Nazareth, mientras inventa la mesa moderna. “Eso no tiene futuro”, le dice María”. (Ver aquí el artículo entero).

2. “La Pasión de Cristo”, por Juan Manuel de Prada: Escritor y columnista

Habría que anticipar, antes de referirnos a otros aspectos más concretos, que Mel Gibson ha querido completar una obra declaradamente católica. Aunque en Estados Unidos hayan sido las comunidades evangélicas quienes con más ahínco la han defendido, la película aborda algunos asuntos medulares de la fe católica –así, el vínculo existente entre el sacrificio de la Cruz y el sacrificio de la misa– que un protestante no puede llegar a comprender plenamente. Su catolicismo militante se trasluce, sobre todo, en el tratamiento de la figura de María, a quien en todo momento se muestra sabedora y consciente de la misión salvífica de su Hijo. (…) Pienso, también, en uno de los momentos más sublimes de la película, en el que María pega el rostro al suelo; un pudoroso movimiento de cámara nos descubre que, justamente debajo de ese lugar, se halla Jesús, aherrojado en una mazmorra: la empatía entre madre e hijo que se transmite en estos fotogramas es de una delicadeza conmovedora”. (Ver aquí el artículo entero).

3. “La Pasión de Cristo: el Hijo y la Madre, según Mel Gibson”, de Julio Rodríguez Chico: Autor de la web “La mirada de Ulises”

Me llama la atención la conseguida ambientación de un momento histórico concreto y especialmente la recreación de unos personajes que caminan a distinta velocidad y por distinta órbita que el resto. Vemos cómo Jesucristo y su madre María parecen saborear la trascendencia de unos momentos sublimes para la Humanidad, que son a la vez inefables para el espectador del Gólgota y para el de la sala de cine. Ellos no entienden de violencia, venganza ni odio… y su rostro en cambio sí refleja la serenidad y paz, y también intimidad y dulzura de una relación que supera a la de madre-hijo. De ahí esos flash back en que se evocan tiempos de la infancia o de la juventud en el taller, o esas miradas que Jim Caviezel y Maia Morgenstern llenan de contenido y profundidad su relación y la misma pantalla. (…)Por eso, “La Pasión de Cristo” no es solo un film histórico sino que fundamentalmente es una película de personajes, y no es solo una cinta con violencia o sangre –sería un grave reduccionismo– sino de actitudes vitales ante la verdad de uno mismo y de lo que sucede alrededor”. (Ver aquí el artículo entero).

Feliz Semana Santa. Y feliz cine para estos días tan especiales.

domingo, 24 de marzo de 2013

Siete películas sobre la pasión de Jesús

La mayor parte de los filmes sobre Jesús abarcan su vida entera o, al menos, su vida pública. Pero, en la historia del cine, también se han producido películas centradas en el relato de la Pasión, o que han tomado ocasión de esa escena para contar una historia de profunda significación cristiana.

En este post ofrezco un breve comentario de los siete filmes que considero más importantes. En cada uno indico el director (D) y, si tiene un papel relevante, también el actor que encarnó a Jesús (J).

a) Filmes sobre la Pasión:

- La pasión de Cristo (USA, 2004). D: Mel Gibson. J: Jim Caviezel. Muestra con realismo y crudeza los tormentos que sufrió Jesús: los azotes, la subida al Calvario, la crucifixión. Vemos el papel de María en la Redención y su especial sintonía con su Hijo. Sin duda la versión más completa de los sufrimientos de Cristo, con abundantes símbolos y metáforas. La más conocida y la que más ha influido en el público. 126 min.

- Gólgota (Francia, 1935). D: Julián Duvivier. J: Robert Le Vigan. Película que mantiene muy bien el ritmo, con un guión rico en matices sobre los sentimientos de Jesús, al que muestra en una faceta a la vez divina y humana (no tan solemne como en otros filmes de la época). Duvivier tomó todos los diálogos de los Evangelios, componiendo las escenas con una estética preciosista, y con un tono lírico sin precedentes. En este filme se inspiró Zeffirelli para construir su serial televisivo Jesus de Nazaret. 95 min.

- La Passion de Notre-Seigneur Jésus Christ (Francia, 1902). D: Ferdinand Zecca, producida por la casa Pathé con fotografía de Segundo de Chomón. El público acogió el filme con entusiasmo, y Zecca decidió entonces ampliar el proyecto, escribiendo un guión más amplio que abarcaba la vida entera de Jesús. Entre 1903 y 1906, filmó otras escenas que incorporó a las ya rodadas; y al final, la cinta contenía 37 cuadros que contaban la vida entera de Cristo.

- The Passion Play of Oberammergau (USA, 1898). D: Henry Vincent, J: Frank Rusell. Este filme compitió duramente con otro de los Lumiere titulado La Vie et la Passion de Jésus-Christ. El filme de Vincent hace referencia a una representación multitudinaria que, cada cierto tiempo —desde 1634—, lleva a cabo el pueblo entero de Oberammergau, en Baviera, durante la Semana Santa. Inspirado en ella, escribió su propia historia de la Pasión y filmó la película en el Museo de cera y en el Gran Central Palace de Nueva York.

b) Filmes que dramatizan historias en torno a la Pasión:

- Ben Hur (USA, 1959). D: William Wyler. Judá Ben Hur, un aristócrata judío injustamente condenado a galeras, encuentra ayuda y consuelo en Jesús de Nazaret, a quien nunca olvidará. Con el tiempo, ambos vuelven a encontrarse en el momento de la crucifixión: un encuentro que permite a Ben Hur convertirse, volver a la fe perdida y recuperar a su madre y a su hermana, enfermas de lepra. 212 min.

- La túnica sagrada (USA, 1953). D: Henry Koster. Primera película en Cinemascope, que obtuvo cinco candidaturas a los Oscar, incluidos los de mejor película y mejor actor (Richard Burton). Burton interpreta a Marcelo Gallo, el centurión romano encargado de supervisar la crucifixión, cuya vida cambia para siempre cuando, al pie de la cruz, gana la túnica de Cristo en un juego de apuestas. 135 min.

- Barrabás (USA, 1962). D: Richard Fleischer, basada en una novela de Par Lagerkvist. La historia se centra en el personaje del malhechor (interpretado por Anthony Quinn) que fue liberado por Poncio Pilato en lugar de Jesús. Esta figura del ladrón nos es presentada con realismo, como un hombre violento y asesino, pero cuya existencia queda marcada para siempre por la obsesión de que un hombre bueno, al que muchos creían Hijo de Dios, sufrió la muerte miserable a la que él estaba condenado.

Otras películas han tratado también, directa o indirectamente, el relato de la pasión de Cristo. Pero ninguna con la fidelidad de las 4 primeras ni con la sincera emotividad de las 3 últimas. Feliz Semana Santa, también con ayuda del cine.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Imágenes y símbolos en "La Pasión de Cristo", de Mel Gibson

A Mel Gibson le gustan los símbolos. Por eso recurre a ellos en buena parte de "La Pasión de Cristo", y casi siempre con asombrosa eficacia.

Uno de los más celebrados acontece al comienzo de la cinta, durante la oración en Getsemaní: Gibson adelanta visualmente la victoria de Cristo en el sufrimiento de la Cruz con el gesto de Jesús al aplastar la cabeza de un áspid. Es una escena decisiva, que impacta poderosamente en el espectador y hace resonar en su memoria aquel pasaje del Génesis, en el diálogo de Dios Padre con la serpiente: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; tú le acecharás el talón y ella te aplastará la cabeza”.

Más delicado es el símbolo que vemos en la escena del proceso ante Pilatos, cuando una paloma remonta el vuelo ante Cristo doliente, único testigo de tan armonioso vuelo. Con ello —Gibson lo señaló en una entrevista—, el director quiso significar la cercanía del Espíritu Santo a Jesús durante toda la agonía de su Pasión.
Otra imagen muy acertada es aquella en que María, acompañada de Juan y de la Magdalena, entra en la plaza del templo y se arroja sobre el suelo, intuyendo el lugar donde se encuentra encerrado su Hijo. La cámara desciende por debajo del terrazo y muestra a Jesús, encadenado en el sótano, mientras dirige sus ojos hacia arriba, donde está la Virgen: la perfecta sintonía entre Madre e Hijo, que fue particularmente intensa durante la Pasión, es transmitida a los espectadores con toda la fuerza y la emoción de ese conmovedor simbolismo.

La película contiene también una alusión simbólica a la cena pascual judía. Se trata de la única frase en hebreo (no arameo) que se escucha en la cinta, y que vemos casi al principio, cuando un joven escapa del huerto y llega a la casa donde están la Virgen y María Magdalena. Les anuncia que se lo han llevado, y la Virgen dice: be-mah nishtanah ha-layla ha-zot mi khol ha-layelot (“¿En qué se diferencia esta noche de todas las noches?”). Se trata de una pregunta ritual que siempre se hace en hebreo, aún hoy, en los primeros momentos de la cena pascual. Situada en ese momento, como clave de interpretación para todo lo que vendrá, es también el inicio de un paralelismo que se irá desarrollando entre la pasión y la última cena: el lavatorio de los pies, la presentación del pan, la consagración del pan y del vino se entrelazan con algunos pasajes de la crucifixión. Gibson quiere recordar a la audiencia, por un lado, que en esa cena pascual se unieron el Antiguo y el Nuevo Testamento, y por otro, que en ella se anticipó sacramentalmente lo que en plenitud se realizaría poco después en la Cruz.

domingo, 29 de julio de 2012

Documental sobre Jesucristo en el cine

En Internet está disponible este breve documental (6' 30"), elaborado por la Asociación católica Aleteia: una amplia panorámica por las principales películas sobre Jesús.

Su planteamiento es muy sencillo. Desde el origen de la Iglesia, las artes han sido un instrumento evangelizador de primer orden. Ahora, por tanto, también el cine puede ofrecer una nueva posibilidad de transmitir el mensaje de Cristo. Lo que la pintura hizo durante siglos, debe hacerlo ahora la gran pantalla: podemos conocer de nuevo a Jesucristo, a través de las películas, a través del cine.

En su recorrido, se destacan algunos de los grandes filmes tratados en este blog:

- Christus (G. Antamoro, 1961). Cuenta la vida entera de Jesús, desde su nacimiento hasta la resurrección. Concede gran importancia a la composición de las escenas, no en vano imita la iconografía del renacimiento italiano. Su estilo es netamente pictórico.

- Rey de Reyes (De Mille, 1927). Primera super-producción de tema religioso, centrado en la última semana de la vida de Jesús. La conversión y el amor de la Magdalena ocupa un primer plano del relato. Coloreada, con gran despliegue de medios. Los actores, inspirados por la historia que iban a contar, cambiaron su comportamiento durante los día del rodaje.

- Ben Hur (W. Wyler, 1959). Historia de dos amigos, un aristócrata judío y un centurión romano, que la vida separa de forma trágica. La aparición de Jesús, al estilo puritano de la época (que temía "humanizar" la figura de Cristo), es tan solo indirecta: vemos su sombra, su mano o se le muestra vuelto de espaldas. La música, en cambio, subraya y enfatiza su condición divina.

- El Evangelio según San Mateo (Passolini, 1964). Película dedicada a Juan XXIII y rodada con gran fidelidad al texto evangélico. El director trata de aunar la visión cristiana con la marxista, y subraya especialmente la dimensión social del mensaje cristiano.

- La pasión de Cristo (Gibson, 2004). Basado en los Evangelios y en las visiones de Catalina Emmerich, relata las doce últimas horas de la vida de Jesús, desde la doble perspectiva de Cristo y su Madre. El filme es duro y realista. Sentimos en nuestra alma los latigazos que restallan en la espalda del Maestro, y le vemos como "El Sirvo Doliente de Yahve" que profetizó Isaías. Controvertida, pero a la vez edificante y conmovedora, está llamada a ser una de las grandes películas de Jesucristo en el cine.

Espero que os guste. Ya me diréis qué os parece este montaje.

lunes, 14 de mayo de 2012

Las 10 mejores películas sobre la Virgen

Hace dos años y medio publiqué en este blog mi listado sobre las 10 mejores películas sobre Jesús, que aún hoy sigue siendo uno de los post más visitados. Poco después publiqué las 10 mejores películas navideñas, que también tuvo buena acogida. Y, en meses sucesivos, otros listados igualmente populares: las 25 mejores películas románticas, las 100 películas más inspiradoras de la historia, las 100 mejores películas católicas, etc.

Hoy le toca el turno a la Virgen. Estamos en el mes de mayo, mes mariano por excelencia, y es un buen momento para recordar cuáles han sido los grandes filmes que han tenido por protagonista  a la Madre de Jesús. He priorizado las películas que más fácilmente pueden encontrarse en el videoclub (por ser más recientes o más populares) y he distinguido dos categorias: las que relatan su vida y las que se centran en sus apariciones. Porque ambos aspectos han interesado desde siempre a los cineastas. En la primera lista, indico qué actriz hace de la Virgen (V) y qué actor de Jesucristo (J).

Espero que os guste. Y, por supuesto, agradeceré vuestros comentarios y sugerencias.

A) Películas sobre la Virgen:

1- María de Nazaret (Jean Delannoy, Francia, 1995). V: Myriam Muller. J: Didier Bienaimé. Con un guión muy fiel a los textos bíblicos, dedica la mayor parte del metraje a la infancia de Jesús: desposorios de la Virgen, Anunciación y Visitación, Nacimiento y Huida a Egipto, etc. También presenta a María siguiendo a su hijo y sintonizando con sus palabras y su misión. En una escena significativa la vemos ayudando a los niños para que se acerquen a Jesús.

2- Mary, Mother of Jesus (Kevin Connor, Estados Unidos, 1999). V: Pernilla August. J: Christian Bale. Película para televisión que se pasó también en los cines. Cuenta la historia de Jesús desde los ojos de María. El filme enfatiza la importancia de la Virgen en el Señor, sugiriendo que algunas de sus parábolas fueron inspiradas por historias que Ella le contó. También recoge una escena, basada en la Tradición, en la que Cristo resucitado se aparece privadamente a su Madre.

3- Maria, figlia del suo figlio (Fabrizio Costa, Italia, 2000). V: Yaël Abecassis. J: Nancho Novo. El guión es de Massimo De Rita. Sigue los Evangelios al pie de la letra, aunque rellena la historia con pasajes imaginados y un par de escenas sacadas de los apócrifos. Cuenta la historia de María, desde la Concepción virginal de Jesús hasta la Asunción de la Virgen al cielo.

4- La pasión de Cristo (Mel Gibson, Estados Unidos, 2004). V: Maia Morgenstern. J: James Caviezel. Incluyo este filme sobre Jesús por la relevancia conferida a la Virgen. María es co-protagonista y corredentora: unida a su Hijo, sufre en su alma todo lo que su Hijo sufre en la pasión. Sólo Ella advierte la presencia del diablo. Por contraste a las turbas enloquecidas, la Virgen transmite siempre serenidad, amor maternal, aceptación de la Voluntad divina.

5- La Natividad (Catherine Hardwicke 2006). Bien documentada, recrea con acierto los escenarios, vestuario y utillaje de la época. Sigue las principales escenas de la vida de María (noviazgo, desposorios, nacimiento de Jesús), y dibuja con ternura los detalles de afecto entre José y María. Pero su retrato de la Virgen es confuso: aparece con frecuencia tímida y asustadiza. Su retrato divino se difumina: no la reconocemos como "la llena de gracia". Y, además, el filme omite su principal discurso: el "Magnificat". Con todo, es una película piadosa, apropiada para los niños y para la Navidad.

b) Películas sobre las apariciones de la Virgen:

En Lourdes:
6- La canción de Bernadette (Henry King, Estados Unidos, 1943) . Hermosa recreación de las apariciones de la Virgen en Lourdes, en 1858, a la joven María Bernarda Soubirous. Uno de los debuts más aclamados de la historia del cine, el de una jovencísima Jennifer Jones, que consiguió un Oscar por este papel. Gran parte del mérito se debe a la brillante adaptación  de George Seaton a partir de la novela de Franz Werfel. Aunque no aparece en los créditos, Linda Darnell hizo una excelente interpretación de la Virgen.

7- Bernadette (Francia, 1988) y La Passion de Bernadette (Francia, 1989), ambas de Jean Delannoy. Dos películas que forman una unidad: la vida de la vidente de Lourdes, hasta las apariciones y su biografía posterior. Rodadas en continuidad, representan un bello ejemplo de sensibilidad religiosa a la vez que una recreación histórica muy cuidada. Han sido elogiadas por el Vaticano como "un retrato sensible de una historia muy conmovedora que merece un público más amplio". Otras cintas que han recreado estos sucesos son: Il suffit d'aimer (1960), Aquella joven de blanco (1965) y la reciente Lourdes (2009).

En Fátima:

8- El mensaje de Fatima (John Brahm, Estados Unidos, 1952). Película sobre las apariciones de la Virgen en Fátima a los tres pastorcillos: Lucia, Francisco y Jacinta. Tiene detrás a un gran director, con un guión muy fiel a los hechos, excepto en la introducción de un personaje ficticio, el pícaro Hugo, caradura y algo descreído, que será testigo de la señal prometida por la Virgen en Cova da Iria. Hay pasajes conmovedores, bien conseguidos, como el del interrogatorio de los chicos por el gobernador. Y la solución para mostrar las apariciones, como en transparencia, resulta muy elegante. Otras cintas sobre estas apariciones: La señora de Fátima (1951), Las apariciones de Fátima (1991) y The 13th Day (2009)

En Međjugorje:

9- Gospa: The Miracle of Medjugorje (Jakov Sedlar, Croacia-EEUU, 1995). Relata las apariciones de la Virgen a seis escolares en Medjugorje, una pequeña villa de Herzegovinia. Ellos afirman que han visto a "Gospa" (Virgen María, en croata). El sacerdote del pueblo, interpretado por Martin Sheen, conocido actor católico, confía plenamente en los niños, aunque muchos se oponen y él mismo no consigue ver a la Señora. Tras predicar un encendido sermón que molesta a las autoridades comunistas, es encarcelado y torturado. Instado a desautorizar las apariciones, el párroco se niega, y entonces los dirigentes deciden destruir la colina de Medjugorje.

En Guadalupe:

10- Guadalupe (Santiago Parra, México-España, 2006). Se estrenó coincidiendo con el 475 aniversario de las apariciones. Cuenta la historia de dos jóvenes científicos, marcados por una infancia traumática, que deciden investigar los misterios de la tilma de Guadalupe. Lo que comienza como un simple estudio científico se irá transformando en un descubrimiento personal que cambia por completo sus vidas.  Otro filme que ha recreado las apariciones: 1531 (2011).

viernes, 13 de abril de 2012

La Resurrección en el cine (y 5): "La Pasión de Cristo" (2004)

El último filme que analizamos en este serie es La Pasión de Cristo (2004), dirigido por Mel Gibson. En un plano breve (un epílogo sumamente sugestivo a todo el gran relato de la pasión) nos ofrece una explicación teológica –basada por completo en un pasaje de S. Juan- de lo que sucedió en el instante de la Resurrección.

Según testimonios de la época, los judíos empleaban una gran sábana blanca para embalsamar a los difuntos. También era costumbre envolver el rostro con otro paño más pequeño (sudario, le llamaban) para sujetar la mandíbula y evitar que se abriera la boca del cadáver. Es lo que hicieron con Jesús: tenía la sábana “y el sudario que había sido puesto en su cabeza” (Jn 20, 7). Con esto tenemos dos piezas: la sábana y una venda separada de ella que se usaba como mortaja.

Cuando Juan entró en el sepulcro, “vio los lienzos plegados y el sudario, que había sido puesto en su cabeza, no plegado junto con los lienzos, sino aparte, todavía enrollado, en un sitio” (Jn 20, 7). Es esa disposición de los lienzos (“todavía enrollados” pero sin el cuerpo en su interior), simplemente “plegados(en el original griego: “caídos”, como si hubiera desaparecido el cuerpo de su interior) es lo que inmediatamente mueve a la conversión del apóstol: “Entonces entró también el otro discípulo…, y vio y creyó” (Jn 20, 8).

Todo esto es lo que trata de reflejar el último plano de la película de Mel Gibson. Un fantástico plano-secuencia sugiere el momento en que se desliza la piedra de la entrada. Todos los Evangelios señalan que la piedra fue removida, y Mateo describe incluso el momento en que “se produjo un gran terremoto, y un ángel del Señor… apartó la piedra” (Mt 28, 2). La toma va recorriendo las distintas cavidades de la roca, y de repente entran en plano los lienzos sagrados en el momento en que empiezan a caer sobre sí mismos.

Sigue el movimiento del plano, y los lienzos quedan “caídos”, atados y enrollados alrededor de la mortaja, como si en ese preciso momento hubiera desaparecido el cuerpo de Jesús. Justo entonces vemos la razón de ese vacío: la cámara enfoca un luminoso primer plano de Cristo resucitado, que a continuación se alza para mostrar su cuerpo glorioso, sin los estigmas de la flagelación y la coronación, pero sí con las señales de los clavos en sus manos. Es el momento en que acaba de resucitar y por eso los lienzos caen sobre sí mismos. Gibson muestra así a los espectadores, justo en el momento en que sucede, lo que una vez acontecido conmoverá profundamente a Juan.

lunes, 2 de abril de 2012

Siete películas sobre la pasión de Cristo

La mayor parte de los filmes sobre Jesús abarcan su vida entera o, al menos, su vida pública. Pero, en la historia del cine, también se han producido películas centradas en el relato de la Pasión, o que han tomado ocasión de esa escena para contar una historia de profunda significación cristiana.

En este post ofrezco una breve comentario de los siete filmes que considero más importantes. En cada uno indico el director (D) y, si tiene un papel relevante, también el actor que encarnó a Jesús (J).

a) Filmes sobre la Pasión:

- La pasión de Cristo (USA, 2004). D: Mel Gibson. J: Jim Caviezel. Muestra con realismo y crudeza los tormentos que sufrió Jesús: los azotes, la subida al Calvario, la crucifixión. Vemos el papel de María en la Redención y su especial sintonía con su Hijo. Sin duda la versión más completa de los sufrimientos de Cristo, con abundantes símbolos y metáforas. La más conocida y la que más ha influido en el público. 126 min.

- Gólgota (Francia, 1935). D: Julián Duvivier. J: Robert Le Vigan. Película que mantiene muy bien el ritmo, con un guión rico en matices sobre los sentimientos de Jesús, al que muestra en una faceta a la vez divina y humana (no tan solemne como en otros filmes de la época). Duvivier tomó todos los diálogos de los Evangelios, componiendo las escenas con una estética preciosista, y con un tono lírico sin precedentes. En este filme se inspiró Zeffirelli para construir su serial televisivo Jesus de Nazaret. 95 min.

- La Passion de Notre-Seigneur Jésus Christ (Francia, 1902). D: Ferdinand Zecca, producida por la casa Pathé con fotografía de Segundo de Chomón. El público acogió el filme con entusiasmo, y Zecca decidió entonces ampliar el proyecto, escribiendo un guión más amplio que abarcaba la vida entera de Jesús. Entre 1903 y 1906, filmó otras escenas que incorporó a las ya rodadas; y al final, la cinta contenía 37 cuadros que contaban la vida entera de Cristo.

- The Passion Play of Oberammergau (USA, 1898). D: Henry Vincent, J: Frank Rusell. Este filme compitió duramente con otro de los Lumiere titulado La Vie et la Passion de Jésus-Christ. El filme de Vincent hace referencia a una representación multitudinaria que, cada cierto tiempo —desde 1634—, lleva a cabo el pueblo entero de Oberammergau, en Baviera, durante la Semana Santa. Inspirado en ella, escribió su propia historia de la Pasión y filmó la película en el Museo de cera y en el Gran Central Palace de Nueva York.

b) Filmes que dramatizan historias en torno a la Pasión:

- Ben Hur (USA, 1959). D: William Wyler. Judá Ben Hur, un aristócrata judío injustamente condenado a galeras, encuentra ayuda y consuelo en Jesús de Nazaret, a quien nunca olvidará. Con el tiempo, ambos vuelven a encontrarse en el momento de la crucifixión: un encuentro que permite a Ben Hur convertirse, volver a la fe perdida y recuperar a su madre y a su hermana, enfermas de lepra. 212 min.

- La túnica sagrada (USA, 1953). D: Henry Koster. Primera película en Cinemascope, que obtuvo cinco candidaturas a los Oscar, incluidos los de mejor película y mejor actor (Richard Burton). Burton interpreta a Marcelo Gallo, el centurión romano encargado de supervisar la crucifixión, cuya vida cambia para siempre cuando, al pie de la cruz, gana la túnica de Cristo en un juego de apuestas. 135 min.

- Barrabás (USA, 1962). D: Richard Fleischer, basada en una novela de Par Lagerkvist. La historia se centra en el personaje del malhechor (interpretado por Anthony Quinn) que fue liberado por Poncio Pilato en lugar de Jesús. Esta figura del ladrón nos es presentada con realismo, como un hombre violento y asesino, pero cuya existencia queda marcada para siempre por la obsesión de que un hombre bueno, al que muchos creían Hijo de Dios, sufrió la muerte miserable a la que él estaba condenado.

Otras películas han tratado también, directa o indirectamente, el relato de la pasión de Cristo. Pero ninguna con la fidelidad de las 4 primeras ni con la sincera emotividad de las 3 últimas. Feliz Semana Santa, también con ayuda del cine.

lunes, 31 de octubre de 2011

Todos contra “La Pasión de Cristo” (y 10).- Recepción internacional del filme

Cuando el filme de Mel Gibson terminó su carrera comercial, había ingresado en los cines de todo el mundo más de 610 millones de dólares, lo que la convierte en la 25ª película más taquillera de todos los tiempos, y en la primera —con mucha diferencia sobre las demás— de las producidas en lengua no inglesa.

De esos 610 millones, 370 los había recaudado en Estados Unidos y 240 en el resto del mundo, siendo Italia (26’5 millones), Inglaterra (20 millones), México (18’8) y Brasil (15’4) los países en que alcanzó las taquillas más altas. En España vieron la película en los cines 2’6 millones de espectadores, que dejaron unos ingresos en ventanilla de 11’3 millones de euros.

Es muy sorprendente el récord alcanzado en Estados Unidos. La cifra de ingresos en los cines, 370 millones de dólares, sobrepasa con mucho a los éxitos comerciales más sonados, como Parque Jurásico, The Matrix, El sexto sentido o El Señor de los anillos, lo que la situó en el puesto nº 8 en el ránking de películas más taquilleras en U.S.A. (Siete años y medio después, sigue en una posición respetable: la nº 16). La siguiente película en lengua no inglesa, Tigre y dragón, está situada en la posición 182 del ránking histórico. La cinta de Gibson multiplica por tres las cifras de taquilla obtenida por este filme (128 millones) y multiplica por seis al siguiente: La vida es bella (57 millones).

Junto a esas cifras millonarias, La Pasión de Cristo consiguió también audiencias reducidas pero muy valiosas y significativas. En Israel, donde la cinta estaba prohibida por las autoridades, la noticia de su gran éxito internacional hizo que se permitiera un único pase en todo el país: fue a mediados de abril de 2004, en la Filmoteca de Tel Aviv.

De modo semejante, en Malasia la cinta fue prohibida por el gobierno —se trata de una nación fuertemente musulmana— pero la presión de las audiencias hizo que se levantase la prohibición pasados algunos meses, y de este modo llegaron a ver la película más de cuatrocientas mil personas.

Finalmente, en países como Siria y Líbano hubo una gran expectación motivada por la fuerte campaña de los grupos judíos radicales. Esta circunstancia permitió que se otorgara luz verde a la película, cuando el Islam prohíbe explícitamente la representación de la imagen de los profetas; y Jesús fue, según el Islam, uno de los más importantes. Como señalaba un periódico de gran tirada, “Jesús consiguió así ser profeta en su tierra”.

Pero más impresionante que todos estos datos, y más revelador de su impacto en las audiencias, son esas historias que ha recogido la prensa sobre auténticas conversiones de personas que confiesan sus crímenes después de haber visto la película. Tal vez el caso más conocido sea el de un neonazi noruego, que, a la salida de ver La Pasión de Cristo, se dirigió a la comisaría de policía y confesó haber participado diez años antes en dos atentados con bomba.

Junto al testimonio del neonazi, otros muchos fueron publicados en la web de la película y en algunas páginas creadas por los fans de la cinta. En una web de la productora, se publicaron relatos de gente que, tras ver la cinta, se reconciliaba con su familia, volvía con su mujer, rehacía su vida, ofrecía el perdón a sus hermanos.

Ciertamente, ese es el principal legado que la película ha dejado entre nosotros. Un legado hermoso, del que otro día hablaré, más extensamente. De momento, yo celebro que exista este filme, por el bien que ha hecho y por la hermosura con que ha contado en imágenes la pasión de Jesús.

jueves, 27 de octubre de 2011

Todos contra “La Pasión de Cristo” (9).- Un estreno apoteósico

Sobre el papel, la película lo tenía todo para ser un estrepitoso fracaso comercial: era un filme de temática religiosa, cuando parece que ese género ya no suscita el interés de la audiencia. Además, no tenía apenas estrellas de renombre, salvo Monica Belluci. Tenía una calificación restrictiva: los menores de 17 años no podían ir a verla sin el acompañamiento de un adulto. Y, para colmo, estaba rodaba en dos lenguas muertas: latín y arameo. Sin embargo, el estreno en Estados Unidos el 25 de febrero fue un éxito comercial fuera de toda lógica.

En muchas ciudades de aquel país, la gente hizo cola durante horas y horas para ver el primer pase de la cinta. En Plano (Texas), unas seis mil personas se organizaron para asistir a las 6 de la mañana a la primera sesión de la película, antes de acudir a la oficina, a la tienda o a las aulas del instituto. Y en Los Ángeles, como no se podía estrenar hasta el miércoles 25, más de cien personas asistieron al estreno de medianoche para luego acostarse a las 2 y volver a levantarse a las 6 para ir al trabajo.

La paulatina expectación del público había hecho que aumentara progresivamente el número de salas en que se iba a proyectar. De las 900 que se calculaban en octubre de 2003, en enero ya se anunciaban cerca de 2.000, y al empezar el mes de febrero se contrataron las 3.043 salas en que definitivamente se estrenó. Tan solo en el primer día de exhibición, los ingresos por taquilla superaron los 30 millones de dólares que había costado hacerla. Y eso que era un día laborable.

En los primeros 5 días, la película había recaudado cerca de 120 millones, y se consolidaba como el arranque cinematográfico más espectacular de los últimos años, por encima de Titanic, Spiderman o El retorno del Rey. Cuando llevaba cuatro semanas, superaba los 250 millones de taquilla, y aún no se había estrenado en la mayoría de los países.

El interés era tan intenso, que la usual piratería que sigue a los estrenos (descargas en Internet, copias ilegales de CDs, etc.) se disparó hasta límites insospechados. Está considerada como la película más pirateada de la historia, con cifras disparatadas en todos los ámbitos. Incluso se adelantaron los estrenos en muchos países de América Latina porque la expectación era tan grande que se temía una proliferación a gran escala de la piratería on-line. Aún así, la taquilla pareció no resentirse en exceso.

Cuando terminó su carrera comercial, había ingresado en los cines de todo el mundo más de 610 millones de dólares, lo que la convierte en la 25ª película más taquillera de todos los tiempos, y en la primera —con mucha diferencia sobre las demás— de las producidas en lengua no inglesa.

Pero lo más interesante fue su masiva y entusiasta recepción en países como Italia o México, y su inesperado estreno -tras una inicial prohibición- en naciones donde el cristianismo está velada o explícitamente perseguido...

(Artículo final: lunes 31.X)