miércoles, 24 de febrero de 2010

"¡Qué bello es vivir!": Navidad en febrero

Mi amigo Ángel Esteban, Catedrático de Filología en la Universidad de Granada, me envía este artículo que -según me dice- "me lo ha inspirado tu blog". Ciertamente, "Las 100 películas más inspiradoras de todos los tiempos" también han sido capaces de "inspirar" este texto, que hoy ve la luz en la prensa local de Granada. Me parece muy sugerente, por eso reproduzco aquí los párrafos más destacados.

"El American Film Institute acaba de dar una lista de las 100 películas más inspiradoras de todos los tiempos. Por primera vez no vemos encabezando los rankings a Casablanca o Citizen Kane, sino a otra espléndida película, que se repite en nuestras pantallas cada diciembre: ¡Qué bello es vivir!. Es ciertamente una cinta inspiradora, como lo demuestran la serie americana Luz de luna (Moonlighting,1985-1989), que lanzó al estrellato a Bruce Willis y popularizó fuera de los Estados Unidos, todavía más, al cantante de Jazz Al Jarreau; la comedia Cosas de casa (Family Matters), que duró la década de los noventa en USA y se ha repetido en Antena 3 varias veces; Sensación de vivir, también en los noventa; la más reciente Los padrinos mágicos; y, sobre todo, un capítulo navideño de 1976 de Cuéntame cómo pasó, donde Alcántara es acompañado por el ángel de la guarda para ver su futuro, y es testigo de todas las desgracias que le depararía 1982 (...).

Ahora bien, pienso que la película es inspiradora no solo por los remedos que ha generado, sino porque nos hace pensar, al describir magníficamente lo que ocurre cuando una persona vive la heroicidad de los detalles pequeños o grandes que embellecen la vida de los demás. Nunca olvidaré la cara de James Stewart cuando su personaje, George, decide suicidarse, y la aparición de su ángel de la guarda, pero lo que jamás se me borrará del recuerdo es el semblante del protagonista, llevado por su acompañante al pueblo, en un recorrido ficticio por el destino de esa pequeña localidad en el caso de que George no hubiera nacido y ayudado constantemente a sus semejantes.

A veces pensamos que nuestra vida no tiene sentido, pero eso no es cierto. Lo malo es que no siempre se nos aparece el ángel para demostrarlo".

Angel Esteban

6 comentarios:

  1. Ciertamente, la secuencia en que George Bailey (James Stewart) recorre su pueblo cuando nadie le reconoce –como si él no hubiera vivido nunca- es de las secuencias más grandes de la historia del cine.

    En el cuento original, Bailey se trataba de un observador de cómo hubiera sido su pueblo. Con un apunte de genialidad, Capra decidió que, para que resultase creíble, debía hacer que ese personaje estuviera implicado en la escena. Por tanto, escribió esa secuencia haciendo que el protagonista volviera al bar que acababa de dejar justo antes del intento de suicidio: como si él pudiera volver a su vida normal.

    George no acaba de darse cuenta de que debe comportarse como un testigo mudo en los cambios de la ciudad y de sus habitantes. Su confusión, su incapacidad de acostumbrarse a esa ausencia que antes había deseado, es lo que hace que esas escenas de pesadilla sean tan conmovedoras. La gracia, en definitiva, estribaba en que el ángel de la guarda no pudiera convencer a George de que ya no existe: tiene que averiguarlo por sí mismo. Y es entonces cuando desea más que nunca vivir: “¡Qué bello es vivir!”, terminará por exclamar al final de la cinta, cuando ya todo haya pasado.

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  2. Esta película era una de mis favoritas, pero ya no porque compruebo día a día cómo sólo triunfan las personas falsas, taimadas, los hipócritas con doble cara. La vida es muy injusta y Dios da pan a quien no tiene dientes. Definitivamente no, vivir sólo es bello para los ricos y los hipócritas (que son así para ganar mucho dinero y prestigio) las personas como yo auténticas y genuinas nos vemos abocadas al suicidio o a la exclusión social por no saber o no querer hacer la vista gorda continuamente a toda la mierda que hay en este mundo de dobles morales. Qué bello es vivir, sólo para algunos.

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  3. La vida puede ser injusta, pero Dios no. Si nos hace sufrir es porque quiere purificarnos, porque nos aguarda un premio más alto. Volvemos al eterno problema del dolor y del mal en el mundo...

    En todo caso, el premio o el castigo lo recibiremos al final, cuando hayamos completado nuestro camino. Y no podemos exigir que nos lo den antes. Algunos puede parecer que triunfan, pero quizás descubran tarde que han malgastado la herencia, que no era aquí donde había que triunfar...

    Lo importante es ser feliz en la Otra Vida; y eso hay que ganárselo: no lo dan gratis.

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  4. A mi "¡Qué bello es vivir!" o "What a Wonderful live" (su título original) me parece una de las películas más ñoñas y tramposa que haya visto nunca.
    Ñoña porque, a pesar de los pesares que sufre el protagonista, sigue teniendo muy buena posición, dueño de una empresa y con la capacidad de ayudar a sus vecinos. ¿Ha renunciado a sus sueños? Sí, pero estos eran un lujo, una "boutade".
    Tramposa porque, cuando se trata la vida sin que él hubiese nacido se ve la influencia sobre las personas de su entorno a las que ha ayudado (que obviamente están peor) pero no se retrata la vida de aquellas personas para las que su influencia ha sido negativa. Y sobre todo tramposa, porque en la realidad el pobre hombre acabaría en la cárcel porque nadie le ayudaría.

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  5. Sin duda un clasico del cine por excelencia, se ha convertido en una pelicula intemporal, por muchos años que pasen nunca nos cansaremos de verla y de disfrutar con ella.

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  6. Una pelicula clasica para ver y recordar en estas fechas navideñas. Todo un clasico que nadie deberia perderse.

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