Dolores Hart, una religiosa de 73 años de edad, será una de las protagonistas de la entrega de los Oscars el próximo 27 de febrero. La veremos con su hábito de la Abadía benedictina de Regina Laudis, caminando sobre la alfombra roja y saludando al público mientras se pregunta: "Dios mío, ¿tú crees que me llevaré el Oscar?".
Aunque sorprendente, la situación no pillará a nadie desprevenido. Cualquier periodista que se precie conoce hoy su historia: una actriz con mucho porvenir que, después de compartir filmes con Anthony Queen, Gary Cooper, Anna Magnani y el mismo Elvis Presley, cambió el deslumbrante mundo de Hollywood por el de la humildad y el silencio de un convento de clausura en Connecticut.
La Madre Dolores, como ahora es conocida, es el sujeto este año de la nominación de un Oscar por el documental "Dios es más grande que Elvis" (God Is the Bigger Elvis) que será transimitido por la cadena HBO en abril próximo. El cortometraje recoge la historia de su vida como religiosa después de su brillante carrera en Hollywood en la que actuó con el rey del rock and roll ("Loving You" en 1957 y "King Creole" en 1958), Anthony Quinn ("Wild Is the Wind", 1957) y George Hamilton ("Where the Boys Are", 1960). Sin embargo, su favorita es "Lisa," de 1962, en la que protagonizó a una refugiada judía después de la Segunda Guerra Mundial.
Pero el nominado documental no solo explora el periodo hollywoodense de Hart sino también su vida en el convento y el día a día de sus hermanas religiosas en la abadía, que incluye su trabajo en la granja. Como la Madre Dolores, muchas de las monjas han tenido ocupaciones profesionales antes de entrar a la clausura, incluyendo las de leyes y ciencia.
"Dios es más grande que Elvis" también presenta la última reunión entre la priora benedictina y su ex prometido, Don Robinson. Él nunca se casó y continuó visitando y ayudando a las religiosas del convento hasta su muerte, ocurrida en 2011.
En declaraciones a USA Today, la religiosa ha reconocido que "adoraba Hollywood", y que no se fue de allí "porque fuera un lugar de pecado" sino por "una cosa misteriosa llamada vocación. Es una llamada que viene de otro lugar que llamamos Dios, porque no tenemos ninguna otra forma de llamarlo".
La directora del documental, Rebecca Cammisa, confía que la Madre Dolores se llevará el Oscar. "Este es su regreso a Hollywood después de 50 años," dijo Cammisa. "Esta es su vuelta a casa", agregó la cineasta.
La hoy religiosa fue una de las presentadoras en los Premios Oscar de 1959 y sigue siendo miembro votante de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas, que entrega el galardón cada año.
(vía: Religión en Libertad)
Aunque sorprendente, la situación no pillará a nadie desprevenido. Cualquier periodista que se precie conoce hoy su historia: una actriz con mucho porvenir que, después de compartir filmes con Anthony Queen, Gary Cooper, Anna Magnani y el mismo Elvis Presley, cambió el deslumbrante mundo de Hollywood por el de la humildad y el silencio de un convento de clausura en Connecticut.
La Madre Dolores, como ahora es conocida, es el sujeto este año de la nominación de un Oscar por el documental "Dios es más grande que Elvis" (God Is the Bigger Elvis) que será transimitido por la cadena HBO en abril próximo. El cortometraje recoge la historia de su vida como religiosa después de su brillante carrera en Hollywood en la que actuó con el rey del rock and roll ("Loving You" en 1957 y "King Creole" en 1958), Anthony Quinn ("Wild Is the Wind", 1957) y George Hamilton ("Where the Boys Are", 1960). Sin embargo, su favorita es "Lisa," de 1962, en la que protagonizó a una refugiada judía después de la Segunda Guerra Mundial.
Pero el nominado documental no solo explora el periodo hollywoodense de Hart sino también su vida en el convento y el día a día de sus hermanas religiosas en la abadía, que incluye su trabajo en la granja. Como la Madre Dolores, muchas de las monjas han tenido ocupaciones profesionales antes de entrar a la clausura, incluyendo las de leyes y ciencia.
"Dios es más grande que Elvis" también presenta la última reunión entre la priora benedictina y su ex prometido, Don Robinson. Él nunca se casó y continuó visitando y ayudando a las religiosas del convento hasta su muerte, ocurrida en 2011.
En declaraciones a USA Today, la religiosa ha reconocido que "adoraba Hollywood", y que no se fue de allí "porque fuera un lugar de pecado" sino por "una cosa misteriosa llamada vocación. Es una llamada que viene de otro lugar que llamamos Dios, porque no tenemos ninguna otra forma de llamarlo".
La directora del documental, Rebecca Cammisa, confía que la Madre Dolores se llevará el Oscar. "Este es su regreso a Hollywood después de 50 años," dijo Cammisa. "Esta es su vuelta a casa", agregó la cineasta.
La hoy religiosa fue una de las presentadoras en los Premios Oscar de 1959 y sigue siendo miembro votante de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas, que entrega el galardón cada año.
(vía: Religión en Libertad)
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