En La Opinión de Málaga me han publicado hoy un reportaje sobre "Jesucristo en el cine": un rápido panorama por la historia del Séptimo Arte para descubrir qué imagen de Jesús han configurado las películas.
En este recorrido, veremos que Cristo es el personaje histórico más veces reflejado en la pantalla: más de 150 filmes han abordado diversos aspectos de su vida. Y a lo largo de las décadas, la imagen ha ido cambiando. En la época muda, los filmes eran solemnes y respetuosos, y sobre todo estáticos: una colección de escenas, a modo de estampas, que el espectador reconoce fácilmente. En los años 50 y 60, Hollywood apuesta por el espectáculo y crea grandes superproducciones, con decorados gigantescos y estrellas consagradas: Rey de Reyes, Ben Hur, La historia más grande jamás contada.
En los 70, Jesús aparece con otro rostro: menos divino, más humano y social; un Jesús contestatario y hippy: Godspell, Jesucristo Super-Star. Y, tras unos convulsos años 80, a finales de los 90 y comienzos del tercer milenio surge una imagen más equilibrada y fiel: un Jesús al que no se le resta su Humanidad (como sucedía en los filmes de los 60) ni tampoco su Divinidad (como sucedía en los de los 70). Un Jesús divino y humano: es Dios, y le vemos obrar milagros, predicar un mensaje sublime y entregar su vida para redimirnos; y es Hombre, y por eso le vemos alegre en ocasiones y triste en otras, atento con su Madre y con los Apóstoles, preocupado por quienes le siguen y manifestando los mismos sentimientos que cualquiera de nosotros puede experimentar: Jesús, El hombre que hacía milagros, La pasión de Cristo.
Espero que este este reportaje os guste y os sirva para vivir este último tramo de la Semana Santa.
En este recorrido, veremos que Cristo es el personaje histórico más veces reflejado en la pantalla: más de 150 filmes han abordado diversos aspectos de su vida. Y a lo largo de las décadas, la imagen ha ido cambiando. En la época muda, los filmes eran solemnes y respetuosos, y sobre todo estáticos: una colección de escenas, a modo de estampas, que el espectador reconoce fácilmente. En los años 50 y 60, Hollywood apuesta por el espectáculo y crea grandes superproducciones, con decorados gigantescos y estrellas consagradas: Rey de Reyes, Ben Hur, La historia más grande jamás contada.
En los 70, Jesús aparece con otro rostro: menos divino, más humano y social; un Jesús contestatario y hippy: Godspell, Jesucristo Super-Star. Y, tras unos convulsos años 80, a finales de los 90 y comienzos del tercer milenio surge una imagen más equilibrada y fiel: un Jesús al que no se le resta su Humanidad (como sucedía en los filmes de los 60) ni tampoco su Divinidad (como sucedía en los de los 70). Un Jesús divino y humano: es Dios, y le vemos obrar milagros, predicar un mensaje sublime y entregar su vida para redimirnos; y es Hombre, y por eso le vemos alegre en ocasiones y triste en otras, atento con su Madre y con los Apóstoles, preocupado por quienes le siguen y manifestando los mismos sentimientos que cualquiera de nosotros puede experimentar: Jesús, El hombre que hacía milagros, La pasión de Cristo.
Espero que este este reportaje os guste y os sirva para vivir este último tramo de la Semana Santa.
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