Ninguna crisis resiste a la sincera petición de perdón. Pero saber perdonar y –aún más importante- saber pedir perdón es un arte complejo y difícil que pocos llegan a dominar. Todo empieza con una mala contestación, quizás como otras anteriores, pero que ese día afecta especialmente, y no se perdona, y empieza el terrible distanciamiento. Como señala Susana Moreu en su libro “Y fueron felices…”: “No hay distancia más dolorosa que dormir en la misma cama, pero a años luz el uno del otro”.
En el filme “Kramer contra Kramer”, la cuestión del perdón llega a convertirse en la clave de todo el proceso. En el capítulo que hoy ofrezco del documental “La familia en el cine”, los puntos para cine-fórum son:
- La clave de la vida familiar: saber pedir perdón
- Comprender al cónyuge, entender sus aspiraciones, ponerse en su lugar
- Para ser buen padre o buena madre: paciencia, constancia, saber escuchar
viernes, 18 de diciembre de 2009
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Escribo para felicitar a todos la Navidad, especialmente a ti, Alfonso.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Mariángeles
Saber perdonar, es la esencia del amor cristiano. De suyo el amor cristiano está determinado no por un concepto o idea, sino por un nombre: Jesucristo. En El se hace presente y se radicaliza el perdón de Dios a la humanidad. El amor cristiano no es fruto de una virtud humana sino que tiene origen en Dios.
ResponderEliminarEn esto se ha de diferenciar el perdón cristiano del perdón altruísta, filosófico o meramente la dulzura humana compasiva. Estas formas están a medias. El amor de Cristo escapa a las definiciones preconcebidas del hombre. Sin El no comienza ni existe antes o después.
El verdadero amor es sacudida y espada (cf. Mt. 10, 34ss); así el eros, la filantropía y el altruismo protestan y se sienten sacudidos. Solo con el amor cristiano aparecen definido el mal y sus clases o estadíos; sin el amor cristiano el perdón no es verdadero, el mal es una realidad inofensiva e incluso inexistente que no requiere ninguna acción sino meramente la indiferencia que muy a menudo nunca se ha perdonado en su raíz.
El amor cristiano y el perdón es fruto del conocimiento de Dios. Pidamos al Dios del amor que en estas navidades nos enseñe el verdadero sentido del amor y la paz, una paz que no es la que ofrece el mundo, sino que es continua conversión en la búsqueda del rostro de Dios.
Para todos os deseo una Santa Navidad.
A los dos quiero agradeceros vuestras felicitaciones navideñas. La mía la publicaré el día 23, muy cercana ya la víspera de la Navidad. Pero me alegro de que queráis compartir vuestra felicitación en este blog, y que la hagáis extensiva a todos.
ResponderEliminarCoincido contigo, Lorenzo: saber perdonar es la esencia del amor. Por eso Jesús nos aclaró que no sólo teníamos que perdonar siete veces, sino setenta veces siete (sabiendo que eso significa "siempre" para los judíos). A la vez, nos propuso esa maravillosa parábola del Hijo pródigo, que es un referente claro para nuestra capacidad de perdonar: Dios, el padre bueno de la parábola, es un ejemplo para nuestro comportamiento y nuestro corazón. ¡Qué buen mensaje para estas fiestas de Navidad!