En julio y agosto de 2010 hablamos en este blog de la película There Be Dragons (http://www.therebedragonsfilm.com/), basada en algunos hechos de la vida de San Josemaría Escrivá. El filme vuelve a ser noticia por una larga entrevista con el director Roland Joffé que Zenit ha publicado en dos entregas (1 y 5 de enero) .
En la primera parte de la entrevista (La guerra y san Josemaría Escrivá, según el director de cine Roland Joffé), se hablaba del sentido del título ("Encontrarás dragones") y de la guerra civil española, y del público creyente y no creyente al que Roland Joffé piensa que está dirigida la película. La segunda parte, tal y como señala el título de Zenit, trata de cómo y por qué Roland Joffé ha hecho una película sobre Josemaría Escrivá.
Lo más interesante de este segundo artículo es la anécdota que relata el propio Joffé a cuenta de por qué decidió hacer una película sobre este santo español:
"Un día, uno de los productores de la película vino a Holanda para convencerme e que hiciera la película. Traía varios libros y materiales, incluido un DVD sobre Josemaría. Tuvimos una comida muy, muy agradable y, regresando a casa, a pie, pensaba: "No tengo ganas de hacer esta película. Tengo otro proyecto ambientando en la India, y he trabajado mucho para lograrlo". En otras palabras, pensaba que era un ofrecimiento muy, muy bueno, y había apreciado realmente la comida, pero pensaba rechazarlo.
Era una noche de verano, de manera que salí al jardín, con una copa de vino en la mano, puse el DVD en mi lector, y me senté ante el ordenador para escribir una breve carta que decía: "Querido X, muchas gracias. Aprecio el que haya emprendido todo este viaje, pero pienso que verdaderamente usted debería buscar en otro lado".
Mientras tanto, el DVD seguía funcionando. Un momento de la narración llamó mi atención: Josemaría se dirigía a una multitud, en Chile, quizá, o en Argentina, no estoy seguro del lugar, y una joven levanta la mano y dice: "Tengo una pregunta, soy judía".
Y Josemaría responde: "Sí, dime, por favor".
Ella añade: "Mi más ferviente deseo es convertirme al catolicismo".
Josemaría: "¿Sí?".
Ella sigue diciendo: "Pero soy menor de edad y mis padres no me lo permiten".
Josemaría, sin pestañear, responde: "Te digo que seas muy buena con tus papás. Que tengas paciencia, que reces. No muestres ningún gesto de insurrección. ¿Está claro? Quiere mucho a tus papás [...] Y jamás una palabra de crítica de tus papás. Has de amarlos con toda el alma. Y mostrarlo con los hechos. ¿De acuerdo? Buena hija serás de Cristo si buena hija eres de tus papás".
Al ver ese momento del vídeo, me decía: "¡Qué momento maravilloso! Qué momento maravilloso, inesperado, y sobre todo viniendo de una organización de la que todo el mundo se esperaría que dijera lo contrario". Estaba mirando a mi ordenador y me decía: "Espera un momento".
Apagué el DVD. Dejé de escribir la carta. Me puse la gorra de director de cine y escribí una escena en la que Josemaría aparece con un hombre, a punto de morir, a quien ya conocía, que le dice que es judío y que su sueño es convertirse.
Escribí la escena de cabo a rabo, sin dejar de pensar: "tengo realmente ganas de ver esto en una película. Pero, no lo veré nunca si no hago la película, ¿verdad? ¿O enmarcaré esta escena en otra película?".
En lugar de la primera carta que me disponía a redactar, escribí: "Querido X, estoy verdaderamente interesado en este proyecto, a condición de disponer de toda la libertad de creación para hacerlo como quiero, y que usted no cuente conmigo para seguir una línea de parte, y si usted acepta el hecho de que no soy muy brillante y que lo haré lo mejor posible, pero que tengo que seguir mi propia verdad. Si usted está de acuerdo, me gustaría hacer verdaderamente este proyecto".
Esto es más o menos lo que sucedió. No tenía ninguna idea preconcebida sobre Josemaría, había escuchado algo sobre él, pero sobre todo fue este pasaje del DVD el que suscitó mi interés para realizar la película. Me encontré ante la historia de un hombre, y al leerla tomé conciencia de que realmente respetaba a este hombre. De hecho, más que un simple respeto, sentía que encarnaba algo de su combate, que interpelaría a todos los seres humanos de una manera maravillosa, y que esta historia que quería contar es la que cuenta esta película".
Scriptor añade a estas palabras una interesante declaración de Roland Joffé sobre el mismo asunto en el vídeo que sigue:
En la primera parte de la entrevista (La guerra y san Josemaría Escrivá, según el director de cine Roland Joffé), se hablaba del sentido del título ("Encontrarás dragones") y de la guerra civil española, y del público creyente y no creyente al que Roland Joffé piensa que está dirigida la película. La segunda parte, tal y como señala el título de Zenit, trata de cómo y por qué Roland Joffé ha hecho una película sobre Josemaría Escrivá.
Lo más interesante de este segundo artículo es la anécdota que relata el propio Joffé a cuenta de por qué decidió hacer una película sobre este santo español:
"Un día, uno de los productores de la película vino a Holanda para convencerme e que hiciera la película. Traía varios libros y materiales, incluido un DVD sobre Josemaría. Tuvimos una comida muy, muy agradable y, regresando a casa, a pie, pensaba: "No tengo ganas de hacer esta película. Tengo otro proyecto ambientando en la India, y he trabajado mucho para lograrlo". En otras palabras, pensaba que era un ofrecimiento muy, muy bueno, y había apreciado realmente la comida, pero pensaba rechazarlo.
Era una noche de verano, de manera que salí al jardín, con una copa de vino en la mano, puse el DVD en mi lector, y me senté ante el ordenador para escribir una breve carta que decía: "Querido X, muchas gracias. Aprecio el que haya emprendido todo este viaje, pero pienso que verdaderamente usted debería buscar en otro lado".
Mientras tanto, el DVD seguía funcionando. Un momento de la narración llamó mi atención: Josemaría se dirigía a una multitud, en Chile, quizá, o en Argentina, no estoy seguro del lugar, y una joven levanta la mano y dice: "Tengo una pregunta, soy judía".
Y Josemaría responde: "Sí, dime, por favor".
Ella añade: "Mi más ferviente deseo es convertirme al catolicismo".
Josemaría: "¿Sí?".
Ella sigue diciendo: "Pero soy menor de edad y mis padres no me lo permiten".
Josemaría, sin pestañear, responde: "Te digo que seas muy buena con tus papás. Que tengas paciencia, que reces. No muestres ningún gesto de insurrección. ¿Está claro? Quiere mucho a tus papás [...] Y jamás una palabra de crítica de tus papás. Has de amarlos con toda el alma. Y mostrarlo con los hechos. ¿De acuerdo? Buena hija serás de Cristo si buena hija eres de tus papás".
Al ver ese momento del vídeo, me decía: "¡Qué momento maravilloso! Qué momento maravilloso, inesperado, y sobre todo viniendo de una organización de la que todo el mundo se esperaría que dijera lo contrario". Estaba mirando a mi ordenador y me decía: "Espera un momento".
Apagué el DVD. Dejé de escribir la carta. Me puse la gorra de director de cine y escribí una escena en la que Josemaría aparece con un hombre, a punto de morir, a quien ya conocía, que le dice que es judío y que su sueño es convertirse.
Escribí la escena de cabo a rabo, sin dejar de pensar: "tengo realmente ganas de ver esto en una película. Pero, no lo veré nunca si no hago la película, ¿verdad? ¿O enmarcaré esta escena en otra película?".
En lugar de la primera carta que me disponía a redactar, escribí: "Querido X, estoy verdaderamente interesado en este proyecto, a condición de disponer de toda la libertad de creación para hacerlo como quiero, y que usted no cuente conmigo para seguir una línea de parte, y si usted acepta el hecho de que no soy muy brillante y que lo haré lo mejor posible, pero que tengo que seguir mi propia verdad. Si usted está de acuerdo, me gustaría hacer verdaderamente este proyecto".
Esto es más o menos lo que sucedió. No tenía ninguna idea preconcebida sobre Josemaría, había escuchado algo sobre él, pero sobre todo fue este pasaje del DVD el que suscitó mi interés para realizar la película. Me encontré ante la historia de un hombre, y al leerla tomé conciencia de que realmente respetaba a este hombre. De hecho, más que un simple respeto, sentía que encarnaba algo de su combate, que interpelaría a todos los seres humanos de una manera maravillosa, y que esta historia que quería contar es la que cuenta esta película".
Scriptor añade a estas palabras una interesante declaración de Roland Joffé sobre el mismo asunto en el vídeo que sigue:
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