viernes, 30 de septiembre de 2011

Todos contra “La Pasión de Cristo” (3).- La Liga Anti Difamación y una Comisión encizañadora


Aquella entrevista en el programa O’Reilly Factor, de la cadena CBS, paró el golpe inicial, pero la mecha estaba ya encendida y era solo cuestión de tiempo.

El 9 de marzo de 2003, el New York Times Magazine publicaba un artículo titulado "Is The Pope catholic... Enough?", que era en realidad un extenso reportaje sobre el tradicionalismo de Gibson, en el que dibujaba a su padre como un católico fanático, que negaba la existencia del holocausto judío. También abundaba en el hecho de que la película se rodaba en lenguas muertas y aventuraba la posibilidad de que retratara a los líderes judíos —en contra de lo proclamado en el Vaticano II— como los causantes de la muerte de Jesús.

Al día siguiente, y amparándose en ese artículo, el Presidente y fundador del Simon Wiesenthal, el rabino Marvin Heir, mostraba su preocupación porque la película provocara un nuevo antisemitismo en Estados Unidos. Mel Gibson contestó de inmediato, pero la rueda ya se había puesto en movimiento y no había quién la parara. Lo peor de todo fue descubrir que, con la supuesta animadversión hacia el Vaticano, la Conferencia Episcopal americana parecía ponerse en su contra. Muy pronto, sin embargo, el equipo de Icon Productions supo que en ese distanciamiento de la jerarquía había también otro motivo.

Resulta que, en los últimos dos años, Gibson había realizado varias gestiones en los estudios de Hollywood para que le financiaran la película o, al menos, se involucraran en la producción. Reacios a un proyecto tan manifiestamente religioso, su negativa fue rotunda al saber que Gibson quería filmarla en latín y arameo. “Va a ser un gran fiasco económico”, le decían, pero Gibson no estaba dispuesto a ceder en ese punto. Así que decidió acometer en solitario la producción, aportando de su bolsillo los 30 millones de dólares que el proyecto requería.

Lo que no había previsto es que aquellas copias de su guión —versiones anteriores al guión definitivo— acabaran cayendo en manos ajenas a la industria del cine. Una de ellas, en concreto, fue a parar a una comisión de intelectuales judíos y católicos que da asesoría externa al Comité de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal, además de a la conocida Liga Anti Difamación judía (ADL). Y ese comité de intelectuales estaba preparando un extenso y escandaloso informe sobre todas las cosas que Gibson debía cambiar en su guión si no quería recibir una reprobación pública.

Además, había preparado un folleto titulado “Criterios para Evaluar las Dramatizaciones de la Pasión”, fechado en abril de 2003, que sentaba cátedra —de forma bastante autoritaria— sobre lo que podía o no mostrarse en una representación de la muerte del Señor.

Pero, ¿quiénes formaban parte de aquella comisión? La sorpresa de Gibson al conocerlo fue mayúscula...

(Continuará el miércoles 5.X)

5 comentarios:

  1. Recuerdo que cuando se estreno la Pasión, como que estaba de moda hablar mal de Gibson y su película.

    Que Yeshua los acompañe.

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  2. A Zeffirelli tampoco le hizo mucha gracia:

    "Mel Gibson según Zeffirelli:

    El cineasta italiano Franco Zeffirelli aseguró que Mel Gibson padece de “una siniestra atracción” por la violencia, tal y como demuestra en su último filme La Pasión con las crudas imágenes sobre el calvario de Jesucristo.

    Zeffirelli califica a Gibson, a quien dirigió en la cinta Hamlet, como “un hombre genial y un magnífico actor”, pero añade que siente “una atracción siniestra por la más desenfrenada violencia”, según asegura en el rotativo milanés Corriere della Sera.

    En una larga carta en la que analiza el polémico largometraje, el director italiano recuerda cómo Gibson le llegó a confesar que para relajarse, le gustaba participar en sacrificio de reses en su rancho, y que prefería utilizar el cuchillo en vez de la pistola “para observar mejor el momento de la muerte”.

    El director de Romeo y Julieta (1968) conoce bien las sagradas escrituras gracias a su película Jesús de Nazaret, que realizó en 1977.

    “Comencé a preocuparme al enterarme que Gibson había decidido hacer una película sobre la Pasión de Jesucristo”, afirma Zeffirelli, de 80 años.

    Añade que el espectador sale de la película “acongojado y hecho pedazos”, y no aconseja su visión a los menores de edad.

    Zeffirelli sostiene que “con todo ese sufrimiento no se podrá evitar pensar que la culpa es de los judíos”, y se lamentó de que así “se vuelve atrás en varios siglos”.

    “A Mel Gibson el golpe le ha salido bien. Ha conseguido al mismo tiempo un río de sangre y un río de millones.”"

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  3. El filme de Gibson fue tratado con dureza e injusticia. Con independencia de la vida que después tomara su director, esta obra permanece como una de las mejores películas religiosas de la historia.

    Y el bien que ha hecho en miles de almas sólo puede hablar bien de ella. Cosas diferentes son si es o no un filme para niños y hasta que punto interesa la coherencia del director. Pero el filme, en sí mismo, sigue siendo una completa catequesis sobre la pasión de Cristo.

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  4. Creo que Zefirelli no la vio por otro lado existe el gusto de cada quien hay quien no gusto de Jesús de Nazaret por edulcorada cuestión de gustos a mi me conmovio lo mismo que la Pasión de Mel.

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  5. La oposición a la película de Mel Gibson tiene varias causas, entre ellas, la negación de los judíos de que Cristo fuera el Mesías, el hecho de que hacía afuera y hacia adentro los judíos enseñan que las únicas víctimas *siempre* son ellos y no quieren aceptar el hecho de la conjura del Sanedrín en promover la muerte de Cristo, dado que el mismo Pilatos testimonió "no encuentro en éste hombre nada que merezca la muerte", pues los romanos no tenían ningún interés ni motivo para condenar a muerte a Cristo, los únicos con tal interés eran los líderes judíos tal y como testimonian los apóstoles de Cristo (que también eran judíos), y el hecho de que para los judíos, el cristianismo ha sido EL ENEMIGO desde que surgió como religión, y lo han perseguido (y lo siguen persiguiendo) de las más diversas maneras, hasta el día de hoy.

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