viernes, 20 de noviembre de 2009

El "Jesús de Nazaret" de Carl T. Dreyer

 El nombre de Carl Theodor Dreyer está indisolublemente unido a dos obras maestras del cine religioso: "La pasión de Juana de Arco" (1928) y "Ordet. La palabra" (1955). Ambas, muy especialmente la segunda, reflejan el ambiente luterano y estricto en el que fue formado por sus padres adoptivos. Todo en "Ordet" transmite pesimismo y resignación. Esa religiosidad tan triste y austera, que ahoga todo sentimiento alegre y hasta el deseo mismo de felicidad, casa poco con el auténtico espíritu del cristianismo, y presenta una imagen poco atractiva de la figura Cristo.

Pues bien, leo ahora en Fila Siete que la editorial Sígueme, de Salamanca, publica en español el guión que el cineasta danés escribió para su proyecto de película "Jesús de Nazaret", que nunca llegó a rodarse. He conseguido el libro, y he visto que en el prólogo –escrito por Pedro Rodríguez Panizo, traductor del texto original- se detalla todo el proceso de investigación histórica y gran parte de la preparación del filme: ideas sobre el casting, gestiones para la financiación, tanteo con distintas productoras de Hollywood… De hecho, a finales de los años cuarenta viajó a Estados Unidos para buscar apoyos económicos y, aunque no los consiguió, en aquella larga estancia redacto en inglés la mayor parte del guión que ahora se publica. De esa introducción se deduce que el proyecto estuvo bastante cerca de llevarse a término.

Al igual que en otros guiones escritos por él, Dreyer introduce en las páginas del guión algunas explicaciones históricas, juicios sobre los personajes y anotaciones que recrean la atmósfera de las escenas. En este sentido, la lectura de Jesús de Nazaret permite al lector reconstruir en su imaginación una parte esencial del filme no realizado.

El volumen se cierra con tres breves ensayos en los que Dreyer presenta su propia visión de la pasión y muerte de Jesús, y algunas anotaciones personales sobre la preparación de la película, sobre el contexto histórico y sobre su concepción del arte cinematográfico.

La primera página de la Introducción y las 5 primeras del guión están publicadas en Internet. Pueden verse en este enlace.

4 comentarios:

  1. Gracias a tus entrevistadores Juan Orellana y Jerónimo José Martín, que realizaron un concurso hace tiempo en su programa de cine de Popular TV, me tocó una edición especial de las obras de Dreyer y varios extras sobre su vida.

    He leido el enlace que has puesto de las primeras páginas del guión y la verdad, ya me imaginaba las escenas elaboradas con su estilo tan personal. Lástima que no pudiera llevar a cabo ese proyecto.

    Referente a la maravilla que es Ordet, mucho se puede debatir. ¿Por qué afirma que todo en ese filme transmite pesimismo y resignación? que hay pesimismo y resignación ¡claro que lo hay! pero también encuentro muchas cosas positivas, como la esperanza por ejemplo.

    Para mi es un filme que me ayuda a recordar el poder de la fe para obrar milagros. Qué tanto cuesta creer con nuestras mentes tan racionalistas, tipicas de la época actual.

    Me parece magistral que sea una niña y un loco los que nos den una lección de fe. Ordet me trae a la mente siempre esta frase de Jesús: "Sólo aquellos que sean como niños podrán entrar en el reino de los cielos" como unos niños que confian ciegamente en Jesús y ven de lo más natural que él la resucite porque ellos se lo piden de corazón. "Pedid y se os dará"

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  2. Este me parece un sitio muy interesante para profundizar acerca del cine cristiano. Está hecho con mucha dedicación y profesionalismo. Saludos desde Buenos Aires.

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  3. Tienes razón, Hombre de Boston, en que la Fe es un tema fundamental en esta película, y está tratado con exquisita delicadez y profundidad. En este punto, no tengo ningún reproche, y me parece una obra maestra del cine religioso, como ya señalaba en el artículo. Pero la imagen que da del cristianismo es la propia visión luterana del seguimiento de Jesús: un rechazo de lo material y aun de lo propiamente humano (sólo el espíritu cuenta, y un espíritu bastante angustiado por el misterio del Mal y de la Muerte) que lleva a renunciar a la felicidad que Dios nos ha querido dar buscando un ascetismo rigorista.

    Me gusta más la visión católica: Jesús no renunció a lo material ni a lo humano; al revés, lo asumió en su Encarnación. Fue un hombre como nosotros, amó a su Madre y a S. José con inmenso cariño, vivió el afecto de un hogar y la alegría de una familia, y después un gran amigo de Marta, María y Lázaro. Y no dudó en comer con publicanos y pecadores, o en hospedarse en casa de Zaqueo (que debía tener una gran casa y comodidades) si con eso salvaba un alma. Luego veremos que no tenía dónde reclinar su cabeza y que nunca eludió el sacrificio cuando su Padre o la salvación de las almas lo demandaban. Pero no renunció a ser feliz en la tierra ni quiso que sus seguidores fuesen tristes, resignados y pesimistas.

    Otro día hablaré de la pugna que el filme refleja de fondo: la pugna entre dos interpretaciones del luteranismo que se ven plasmadas en las dos familias de granjeros. Lo esencial es que la visión católica del cristianismo es siempre más alegre y esperanzada sin peder un ápice la Fe: todo lo contrario, reforzándola con la alegría de sabernos hijos de Dios y de sabernos también objeto de amor y predilección de Dios Padre.

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  4. Saludos para miel y langostas. Bienvenido al blog, y espero verte con frecuencia por aquí. Todos tus comentarios y aportaciones serán bien recibidos.

    un cordial saludo.

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