lunes, 30 de agosto de 2010

La secuencia de la Pasión en "Del pesebre a la cruz" (1912)

En 1912, Sidney Olcott dirigió una de las grande películas sobre Jesús de la época muda: Del pesebre a la Cruz, que fue relanzada en 1916 con el título Jesús de Nazaret. Este monumental trabajo (de 71 minutos, cuando los filmes duraban entonces entre 12 y 18) resume de manera notable la vida de Jesucristo, desde la Anunciación y el Nacimiento hasta su Muerte y Resurrección. En medio, asistimos a sus enseñanzas, su oposición a las autoridades judías, sus milagros y su atención a sus discípulos.

El relato está basado en las Escrituras, y a modo de marco, separando en cuadros la brillante puesta en escena (teniendo en cuenta la época), aparecen intertítulos con citas textuales de los cuatro Evangelios que preparan al espectador antes de cada una de las secuencias.

La crítica la ha calificado de magnífica tanto desde la recreación de ambientes y escenarios como en lo que se refiere a las interpretaciones de todos los actores y a la fidelidad con que se adapta la historia. Queda claro que se trata de una historia de amor, de sacrificio, de perdón y de redención.

Además el filme cuenta con el aliciente especial de haber sido filmado en Palestina, lo que contribuye a una más realista ambientación de la historia.

Aquí ofrezco el fragmento nº 9 de los 10 que componen el filme: dura 10 minutos y abarca desde la coronación de espinas hasta el comienzo de la Resurrección. Es interesante ver la conexión entre las imágnes y los intertítulos.




(Para ver el vídeo en Facebook: pincha abajo "Ver la publicación original").

1 comentario:

  1. Lo que he visto es que la película del pesebre a la cruz, esta basada, en su puesta en escena, directamente, en las acuarelas de James Tissot, un pintor frances que realizó una obra de 700 dibujos y acuarelas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, de gran realismo, y basadas en las descripciones, en el caso del Nuevo Testamento, de Ana Catalina Emmerich, las cuales aparecen cuidadosamente dibujadas en las acuarelas de Tissot. Cabe destacar que Tissot se trasladó a Palestina para realizar esta monumental obra, y que murió en un convento mientras seguía dedicado a ella, tanto Ana Catalina Emmerich como Tissot sufrieron una experiencia de fe, y me parece que esto es digno de ser mencionado pues le da a la película un importante valor añadido.

    Recomiendo comparar exaustivamente la película con las acuerlas de Tissot para comprobar que las acuarelas son la película, ya que la puesta en escena y vestuario son en algunos casos parecen casí idénticos.

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