El director holandés Rudolf Van den Berg acaba de rodar en Rumanía "Süskind", un filme basado en la historia del judío alemán Walter Süskind (ver fotografía), quien como gestor de las deportaciones de Ámsterdam parecía ser un colaboracionista con los nazis, pero que a escondidas salvó a más de 1.200 niños con ayuda de organizaciones cristianas.
La historia de Süskind, que murió en Auschwitz, fue conocida por muy pocas personas, aunque a partir de los años 90 empezó a divulgarse y en 2005 se rodó sobre él un documental estadounidense llamado "Secret Courage: The Walter Süskind Story".
Süskind nació en Alemania en 1906; como muchos otros judíos, huyó con su familia del nazismo alemán y llegó en 1938 a Holanda. Encontró un buen trabajo como director de empresa para reunir dinero y marchar a Estados Unidos, pero la invasión alemana de Holanda en 1940 le atrapó.
En 1942, los nazis obligaban a los mismos judíos a organizar toda la gestión de su deportación, en teoría a "campos de trabajo", a ser "mano de obra en Alemania para el esfuerzo bélico" y Süskind dirigía el centro de concentración del Teatro Judío de Ámsterdam. Como era alemán y dominaba el idioma y las costumbres alemanas, se ganó la amistad de las autoridades militares germanas con regalos, chistes y adulación.
Fue entonces cuando contactó con 4 redes distintas de la resistencia holandesa para entregarles niños a escondidas. Los niños se ocultaban en internados católicos o en familias cristianas, por lo general pobres y en el campo.
"Süskind preguntaba a los padres si estaban de acuerdo. Era un gran dilema para ellos. Algunos no querían, a otros les parecía una buena idea para salvarlos", explica a Efe el holandés Jeroen Koolbergen, uno de los productores del largometraje Süskind, rodado en parte en Rumanía y en el Teatro Judío de Bucarest.
"Süskind trabajó codo con codo con altos oficiales alemanes, jugó el juego de los alemanes, les hizo creer que eran amigos pero mientras les estaba engañando. Sin embargo, muchos judíos solo conocieron esa amistad, no se dieron cuenta de la otra parte", declara el productor.
Süskind murió en el campo de exterminio de Auschwitz o inmediatamente después. Su mujer y su hija fueron gaseadas nada más llegar al campo de Birkenau.
La red de Ámsterdam
En 1990, Adina Conn, investigadora del Museo Memorial del Holocausto en Estados Unidos, entrevistó a uno de los organizadores de la red que salvaba niños en Holanda, Pieter Adriaan Meerburg, quien explicó su funcionamiento. Meerburg nació en 1919 cerca de Utrecht, una zona con poca presencia judía, de los que Meerburg apenas sabía nada; en 1940 pasó a Amsterdam para estudiar su segunda carrera. Para entonces, la ciudad, donde siempre hubo bastantes judíos, estaba llena de refugiados judíos llegados de Alemania y Austria. Las leyes anti-judías iban promulgándose poco a poco, de forma paulatina, y los ocupantes alemanes, durante el primer medio año, se mostraban poco agresivos. "Fue en verano de 1942, cuando empezaron las razzias de verdad, cuando el sentimiento popular contra los alemanes se extendió de verdad", afirma Meerburg.
"Junto con unos estudiantes de Utrecht organizamos una organización para salvar tantos niños judíos como pudimos. Nos especializamos solo en niños, no en adultos", explica. Los adultos los derivaban a otras organizaciones. La red funcionó desde 1942 hasta mayo de 1945.
Justo enfrente de los locales del Teatro Judío estaba una gran guardería que se usaba como centro de día para los niños judíos. Süskind podía enterarse de a qué familias iban a deportar, hablaba con los padres y les proponía esconder a los hijos. Voluntarias de la red los sacaban escondidos en bolsas o de cualquier otra manera mientras Süskind distraía a los guardias. En apenas un año había dos redes independientes, una centrada en Utrecht y otra en Ámsterdam, que escondía a estos niños. Luego llegaría a haber cuatro.
La historia de Süskind, que murió en Auschwitz, fue conocida por muy pocas personas, aunque a partir de los años 90 empezó a divulgarse y en 2005 se rodó sobre él un documental estadounidense llamado "Secret Courage: The Walter Süskind Story".
Süskind nació en Alemania en 1906; como muchos otros judíos, huyó con su familia del nazismo alemán y llegó en 1938 a Holanda. Encontró un buen trabajo como director de empresa para reunir dinero y marchar a Estados Unidos, pero la invasión alemana de Holanda en 1940 le atrapó.
En 1942, los nazis obligaban a los mismos judíos a organizar toda la gestión de su deportación, en teoría a "campos de trabajo", a ser "mano de obra en Alemania para el esfuerzo bélico" y Süskind dirigía el centro de concentración del Teatro Judío de Ámsterdam. Como era alemán y dominaba el idioma y las costumbres alemanas, se ganó la amistad de las autoridades militares germanas con regalos, chistes y adulación.
Fue entonces cuando contactó con 4 redes distintas de la resistencia holandesa para entregarles niños a escondidas. Los niños se ocultaban en internados católicos o en familias cristianas, por lo general pobres y en el campo.
"Süskind preguntaba a los padres si estaban de acuerdo. Era un gran dilema para ellos. Algunos no querían, a otros les parecía una buena idea para salvarlos", explica a Efe el holandés Jeroen Koolbergen, uno de los productores del largometraje Süskind, rodado en parte en Rumanía y en el Teatro Judío de Bucarest.
"Süskind trabajó codo con codo con altos oficiales alemanes, jugó el juego de los alemanes, les hizo creer que eran amigos pero mientras les estaba engañando. Sin embargo, muchos judíos solo conocieron esa amistad, no se dieron cuenta de la otra parte", declara el productor.
Süskind murió en el campo de exterminio de Auschwitz o inmediatamente después. Su mujer y su hija fueron gaseadas nada más llegar al campo de Birkenau.
La red de Ámsterdam
En 1990, Adina Conn, investigadora del Museo Memorial del Holocausto en Estados Unidos, entrevistó a uno de los organizadores de la red que salvaba niños en Holanda, Pieter Adriaan Meerburg, quien explicó su funcionamiento. Meerburg nació en 1919 cerca de Utrecht, una zona con poca presencia judía, de los que Meerburg apenas sabía nada; en 1940 pasó a Amsterdam para estudiar su segunda carrera. Para entonces, la ciudad, donde siempre hubo bastantes judíos, estaba llena de refugiados judíos llegados de Alemania y Austria. Las leyes anti-judías iban promulgándose poco a poco, de forma paulatina, y los ocupantes alemanes, durante el primer medio año, se mostraban poco agresivos. "Fue en verano de 1942, cuando empezaron las razzias de verdad, cuando el sentimiento popular contra los alemanes se extendió de verdad", afirma Meerburg.
"Junto con unos estudiantes de Utrecht organizamos una organización para salvar tantos niños judíos como pudimos. Nos especializamos solo en niños, no en adultos", explica. Los adultos los derivaban a otras organizaciones. La red funcionó desde 1942 hasta mayo de 1945.
Justo enfrente de los locales del Teatro Judío estaba una gran guardería que se usaba como centro de día para los niños judíos. Süskind podía enterarse de a qué familias iban a deportar, hablaba con los padres y les proponía esconder a los hijos. Voluntarias de la red los sacaban escondidos en bolsas o de cualquier otra manera mientras Süskind distraía a los guardias. En apenas un año había dos redes independientes, una centrada en Utrecht y otra en Ámsterdam, que escondía a estos niños. Luego llegaría a haber cuatro.
(Vía: Forum Libertas. Continuará pasado mañana)
Estas historias me llegan a lo más profundo de mi corazón...Y, como en tantos espisodios de la historia, en medio de tanta maldad se encuentran personas valientes dispuestas a arriesgar su vida por los demás.
ResponderEliminarGracias Alfonso por este artículo.
Susana Ternero.
Gracias, Susana, por tus palabras. Ciertamente, es una historia que eleva el ánimo y nos impulsa a ser mejores, más solidarios con los necesitados. Ojalá hubiera más historias como ésta, y más filmes que las contaran al mundo entero.
ResponderEliminarUn saludo, Alfonso.