(Juan Jesús de Cózar).- Este viernes 10 de octubre se estrena una cinta fresca, sorprendente y original sobre las relaciones afectivas en la adolescencia. Como habrá adivinado el lector, la ironía del titular responde a la evidente dificultad para encontrar en la cartelera películas que planteen este tema con cierta profundidad. Desgraciadamente, buena parte de las producciones del género carecen de verdadera entidad, pues suelen estar salpicadas de trampas sentimentales y gruesas zafiedades.
Cuando llega a las pantallas una cinta que, sin ser una obra maestra, aborda con honestidad un tema tan atractivo y necesario, hay que celebrarlo. Es el caso de Blanca como la nieve, roja como la sangre, dirigida por el italiano Giacomo Campiotti, al que conocemos en nuestro país por su estupenda Prefiero el paraíso (2010).
Antes de contar de qué va, es preciso hablar de Alessandro D’Avenia (Palermo, 1977), autor de la novela en la que está basada la película. Graduado en la Universidad de la Sapienza de Roma en Literatura Clásica en el año 2000, obtuvo el doctorado en Literatura Griega en 2004. En la actualidad, D’Avenia compagina su trabajo como docente en un instituto de Milán con la escritura de novelas, artículos para la prensa y guiones para el cine. Su primer libro, Bianca come il latte, rossa come il sangue (2010), constituyó un auténtico fenómeno editorial: además de vender más de un millón de ejemplares en Italia, se tradujo de forma inmediata a 12 idiomas. Repitió éxito con la segunda novela, Cosas que nadie sabe (2011), y antes de acabar 2014 publicará la tercera: Lo que el infierno no es.
Y ahora toca hablar del film, que nos presenta a Leo (Filippo Scicchitano), estudiante de 16 años enamorado de Beatriz (Gaia Weiss). Como Dante, todo un referente en la historia. Bueno, muy “estudiante” no es: “va” al instituto, donde siempre puede contar con la ayuda de la aplicada Silvia (Aurora Ruffino), su mejor amiga. Leo tiene unas curiosas teorías sobre los colores, que aplica constantemente a su vida. Cuando descubre el secreto de Beatriz, su mundo se tambaleará, pero esa circunstancia le dará también la oportunidad de crecer, con la ayuda de un profesor (Luca Argentero).
La película aborda temas de gran calado, aunque –a nadie le extraña– no puede desarrollarlos con la hondura con que lo hace la novela: amor verdadero, pasión, enfermedad, dolor, perdón… Dios. Hay golpes de humor, emoción y también lugar para las lágrimas. El tráiler puede dar una idea del tono de la cinta. Conviene verlo hasta el final:
Los jóvenes actores resultan muy simpáticos y se ganan al espectador, que también puede apreciar la veteranía de Luca Argentaro en su papel de profesor. Mención especial merece la banda sonora, que incluye un puñado de buenas canciones actuales y, sobre todo, el tema Se si potesse non morire del grupo Modà, tercer premio del Festival de San Remo 2013. Se puede oír la canción completa en el sugerente videoclip que se ha elaborado con cortes de la película, y que lleva más de 14 millones de visitas. Aquí lo dejo:
El estreno de Blanca como la nieve, roja como la sangre es una buena oportunidad para que muchos jóvenes vean una película hecha para ellos sin los clichés de turno; seguro que les hará pensar y, quizá, cambiar algún esquema. Pero también es un film que interesará a padres y profesores, porque ofrece sugerentes temas para ser tratados en casa o en el aula.
Por fin, un film de adolescentes… ¡recomendable!
Cuando llega a las pantallas una cinta que, sin ser una obra maestra, aborda con honestidad un tema tan atractivo y necesario, hay que celebrarlo. Es el caso de Blanca como la nieve, roja como la sangre, dirigida por el italiano Giacomo Campiotti, al que conocemos en nuestro país por su estupenda Prefiero el paraíso (2010).
Antes de contar de qué va, es preciso hablar de Alessandro D’Avenia (Palermo, 1977), autor de la novela en la que está basada la película. Graduado en la Universidad de la Sapienza de Roma en Literatura Clásica en el año 2000, obtuvo el doctorado en Literatura Griega en 2004. En la actualidad, D’Avenia compagina su trabajo como docente en un instituto de Milán con la escritura de novelas, artículos para la prensa y guiones para el cine. Su primer libro, Bianca come il latte, rossa come il sangue (2010), constituyó un auténtico fenómeno editorial: además de vender más de un millón de ejemplares en Italia, se tradujo de forma inmediata a 12 idiomas. Repitió éxito con la segunda novela, Cosas que nadie sabe (2011), y antes de acabar 2014 publicará la tercera: Lo que el infierno no es.
Y ahora toca hablar del film, que nos presenta a Leo (Filippo Scicchitano), estudiante de 16 años enamorado de Beatriz (Gaia Weiss). Como Dante, todo un referente en la historia. Bueno, muy “estudiante” no es: “va” al instituto, donde siempre puede contar con la ayuda de la aplicada Silvia (Aurora Ruffino), su mejor amiga. Leo tiene unas curiosas teorías sobre los colores, que aplica constantemente a su vida. Cuando descubre el secreto de Beatriz, su mundo se tambaleará, pero esa circunstancia le dará también la oportunidad de crecer, con la ayuda de un profesor (Luca Argentero).
La película aborda temas de gran calado, aunque –a nadie le extraña– no puede desarrollarlos con la hondura con que lo hace la novela: amor verdadero, pasión, enfermedad, dolor, perdón… Dios. Hay golpes de humor, emoción y también lugar para las lágrimas. El tráiler puede dar una idea del tono de la cinta. Conviene verlo hasta el final:
Los jóvenes actores resultan muy simpáticos y se ganan al espectador, que también puede apreciar la veteranía de Luca Argentaro en su papel de profesor. Mención especial merece la banda sonora, que incluye un puñado de buenas canciones actuales y, sobre todo, el tema Se si potesse non morire del grupo Modà, tercer premio del Festival de San Remo 2013. Se puede oír la canción completa en el sugerente videoclip que se ha elaborado con cortes de la película, y que lleva más de 14 millones de visitas. Aquí lo dejo:
El estreno de Blanca como la nieve, roja como la sangre es una buena oportunidad para que muchos jóvenes vean una película hecha para ellos sin los clichés de turno; seguro que les hará pensar y, quizá, cambiar algún esquema. Pero también es un film que interesará a padres y profesores, porque ofrece sugerentes temas para ser tratados en casa o en el aula.
Por fin, un film de adolescentes… ¡recomendable!
Buen artículo. La recomendaré a mis hijas a"adolescentes", a ver si consigo que vean algo decente.
ResponderEliminarMe gustó el libro. Espero que también la peli cuando la vea.
ResponderEliminarHola buenos días como estan, estoy interesada en una orientación para utilizar esta pelicula como cine foro, para saber como sensibilizar un poco el momento despues de la pelicula. Que preguntas consideran son las indicadas para tratar este tema de la relación afectiva en la adolescencia, entre muchachos de 15-17 años de edad.
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