La historia parte de la amistad entre dos chicas adolescentes que se han decantado por dos modelos opuestos: Maureen es responsable, inocente y católica; Diana es rebelde, liberal y sarcástica con la religión. Casi al principio, Diana le dice a su amiga : “¿Cuándo terminará esto?, ¿cuándo comenzaremos a vivir?”. La pregunta adquiere una importancia insospechada cuando, encerradas en el baño del colegio antes de una clase, escuchan el ruido de personas que corren, gritos de desesperación y ráfagas de ametralladora. Michael Patrick, otro compañero del que todos se burlan en el instituto, irrumpe armado en el baño, después de matar a una quincena de compañeros (en clara referencia a lo sucedido en la escuela de Columbine). Pero Michael sólo le disparará a una, la cuestión es saber a cuál de ellas. Con gran muestra de cinismo les hace escoger a ellas quién merece continuar con vida.
¿Se puede sobrevivir a una tragedia como esa y ser la misma persona? ¿Qué cambios puede producir una experiencia así en una adolescente que apenas estaba definiendo su personalidad? La otra Diana que vemos en la película, la que tiene quince años más y que encarna Uma Thurman, es muy distinta. Ahora lleva una vida perfecta: tiene un hogar estable, un marido que la quiere y una respetable carrera de profesora de Historia del arte. El recuerdo de las personalidades contradictorias que tenían ella y su amiga en el instituto atormenta a la Diana adulta, sobre todo a medida que se acerca el decimoquinto aniversario del tiroteo.
El papel de la conciencia
Marcada por los terribles sucesos de ese día, Diana ve como su vida actual se desmorona: su marido pasa cada vez menos tiempo en casa, su hija empieza a faltar a clase y ella comienza a perder el contacto con la realidad.
Recordando el pasado, Diana descubre el poder redentor de su amistad con Maureen, incluso cuando el terrible espectro de violencia amenaza en el horizonte. En este sentido, la lealtad, el sacrificio por los demás, la integridad, son valores que salen reforzados. Pero sobre todo se ensalza el valor de la consciencia y del juicio que distingue el bien del mal, y que nunca calla cuando hemos elegido el camino equivocado.
Cabe destacar, entre esos errores, el aborto provocado que tuvo de adolescente. En este sentido, durante la película se ahonda en la dura experiencia que vive una mujer que toda su vida tiene que arrastrar la responsabilidad de haber decidido por la vida de otra persona.
(Síntesis de: Forum Libertas)
(Síntesis de: Forum Libertas)
Uno de los diversos valores que se hallan muy a la baja, hoy en día, es ése precisamente de la amistad, lealtad y sacrificio y, quizá subsiguientemente, el fenómeno "genocida" del aborto quede subsumido en todo ello.
ResponderEliminarVivimos en una sociedad poseedora de muchas ventajas técnica; adelantos impensables hace solo treinta años o menos; nivel de confort, etc. Pero, !Ah amigo!, paralelamente con todas esas ventajas camina, inmisericorde, un tufo deshumanizante y deshumanizador cada vez mayor. "Magnis itineribus" o "A marchas forzadas", como decían los clásicos.
Junto a todo eso, galopa que vuela la incoherencia y el engaño más descarado (diríase casi diabólico, por ser "ese sujeto" el padre de la mentira).
Y me refiero a toda esa línea socio política del bienestar social, con extensión en el tiempo de las edades de jubilación y peligro de las protecciones sociales más necesarias, por envejecimiento de la población y -!eh ahí la contradicción y le gran mentira-, sin embargo, se propicia, fomenta, estimula y se preconiza como un derecho el enorme crímen genocida del aborto.
¿ Cómo se califica tamaña incoherencia, cuando se tapona y impide el relevo generacional necesario con nuevos y necesarios nacimientos de personas ?.
Las mentes perversas, sin duda, de las que surgen esas políticas, son las que se hallan en boga, no solo en España sino también en Europa, mandando y gobernando.
¿ Un nuevo ocaso de occidente ?.
Al paso que vamos, nos reemplazarán otras culturas que no tienen como prioridad el aborto y las cosas que ello lleva aparejadas.
Occidente en general y España en particular, pagará (pagaremos) ese gran pecado de lesa humanidad, cuando caigamos en la infamia y en la esclavitud de quiénes, de momento, solo aspiran a sobrevivir en nuestra tierra, pero sin abdicar de sus principios morales y religiosos.